"Jamones de plástico para decoración y atrezo", así publicitan la venta de los casi 800 jamones que adornaban el restaurante toledano 'Plaza Mayor'. El bar cerró sus puertas, tras más de diez años, durante el confinamiento decretado al comienzo de la pandemia de la COVID-19 y se dejó en el establecimiento a sus tradicionales jamones decorativos.
Sin embargo, el local está ahora en manos de la Cooperativa La DiverGente, un proyecto asociativo formado por ciudadanía toledana, que ha decidido hacer de este restaurante su espacio cultural en el que no tienen cabida los jamones.
Lejos de optar por tirarlos, la Cooperativa ha decidido ponerlos a la venta a través de una plataforma de Internet por 10 euros la pieza.
Y es que, aunque la decoración no coincidiera con su estilo, desde la DiverGente consideran esta la mejor ubicación para su proyecto en el que unirán las artes, con el comercio o la hostelería. "Es un espacio que conjuga barrio y a usos ciudadanos, con el paso de turistas”, explicaba su vicepresidenta, Alicia Es. Martínez, quien destaca que además "se encuentra en el eje de las artes que crean el Teatro de Rojas, el Mercado y el antiguo feriado”.
El local se encuentra, concretamente, en los bajos del Mercado de Abastos del Casco Histórico de Toledo, en la calle Sixto Ramón Parro, 1.
Tras firmar el contrato de alquiler hace apenas unas semanas, La DiverGente ya se ha puesto manos a la obra para hacer de lo que fuera un restaurante en un espacio cultural, social y de encuentro, libre de jamones de mentira.