Un médico ha sido agredido mientras trabajaba en el Centro de Salud de Santa Olalla (Toledo), según han informado a Europa Press fuentes del Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 112, que no han facilitado datos ni del alcance de las lesiones sufridas ni de la edad del profesional. El sindicato CSIF ha informado después de que también una residente de segundo año y una enfermera fueron zarandeadas. Los hechos ocurrieron a las 23.57 horas de este pasado jueves en el Centro de Salud de la citada localidad y según el 112 el agredido se trasladó por sus propios medios al Hospital Nuestra Señora del Prado de Talavera de la Reina.
Nada más conocerse los hechos, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha condenado esta agresión y ha precisado que se produjo cuando el médico realizaba una guardia en este punto de atención continuada y que, además, una residente de segundo año y una enfermera fueron zarandeadas por el agresor.
Ha vuelto a incidir en la necesaria prevención de estos hechos y por ello pide al SESCAM, una vez más, que dote a los centros sanitarios de más medidas de seguridad para proteger debidamente a los profesionales. En este sentido, la Junta de Personal del Hospital de Talavera tiene previsto llevar a cabo esta mañana una concentración para reclamar medidas. El sindicato lamenta la falta de medios para evitar estas situaciones, como la falta de cámaras de vigilancia y vigilantes jurados, la adaptación de los sitios de trabajo para abandonarlos con rapidez frente a una agresión o la implantación del denominado Botón del Pánico.
Por su parte la Junta de Personal de la Gerencia de Talavera ha recordado que lleva años denunciando la "pasividad" del SESCAM para adoptar medidas eficaces en la prevención de este tipo de agresiones. "Es el alto riesgo de conflicto y posibilidad de sufrir agresiones en los centros sanitarios. Los recortes en la sanidad, la impotencia y desesperación de los pacientes cuando consideran que no son debidamente atendidos, alentados por campañas institucionales que falsean la realidad sanitaria, suelen traducirse en protestas y reclamaciones".
Un trauma "físico, psicológico y moral"
Ante esta situación de "violencia social", explica que hay profesionales que sufren hoy las consecuencias, "el trauma físico, psicológico y moral de la desprotección en la que son obligados a trabajar", y denuncia que esta asistencia por accidente de trabajo esté "injustificadamente asignada" por el Gobierno castellano-manchego a Solimat, mutua que "no presta la asistencia a los profesionales que estos demandan y necesitan".
"La violencia contra los sanitarios no arregla ni los problemas personales que un paciente pueda tener en un momento determinado, ni por supuesto los grandes problemas sanitarios actuales. Es obligación del Gobierno y de la Gerencia poner todos los medios para que estas agresiones no sucedan y, adoptar las medidas de prevención necesarias para que los profesionales y sanitarios en general puedan realizar su labor sin sufrir agresiones de ningún tipo".
Desde la Junta de Personal exigen la convocatoria urgente del Comité de Seguridad y salud del SESCAM para adoptar medidas urgentes que den "una protección real y eficaz a nuestros profesionales, evitando que estas salvajes agresiones vuelvan a ocurrir".
Tras conocerse los hechos, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha mostrado su más "absoluta repulsa" ante la agresión y ha anunciado que se personará como acusación particular en el caso de apertura de un procedimiento judicial tras este "deleznable suceso". Ha recalcado su postura clara de rechazo ante la violencia, sea de la naturaleza que sea, y ha ofrecido todo su apoyo y solidaridad tanto a los profesionales agredidos, como a sus familias y a sus compañeros del Centro de Salud, al tiempo que se les ha ofrecido el asesoramiento legal y el soporte jurídico y administrativo que precisen en estos momentos.