Este viernes 5 de marzo se celebra el Día Mundial de la Eficiencia Energética. La efeméride está vigente desde finales de los años 90 del pasado siglo, pero ha sido el año 2020, con la llegada de la pandemia, el que quizá marque la diferencia hacia la llamada Transición Ecológica. Hacia la diversificación energética vía renovables y en el objetivo de reducir emisiones de CO2.
¿Y qué es la eficiencia energética? De entrada, es una de las prioridades de la agenda política europea, y por tanto de España, hasta 2030.
De hecho, ya existe una Directiva Europea de Eficiencia Energética con la que nuestro país no ha cumplido si hablamos de edificios, residenciales o de otro tipo.
Precisamente, esta directiva se encuentra, desde el 21 de febrero (y hasta el 22 de marzo) en proceso de revisión. Se ha abierto a consulta pública y cualquier ciudadano puede opinar al respecto en la web de la Comisión Europea.
El Pacto Verde Europeo incluye una estrategia llamada ‘Renovation Wave’ para impulsar la renovación energética de los edificios y cumplir el objetivo de reducción de emisiones en la próxima década.
Ahora la Unión Europea pregunta a los ciudadanos si hay que cambiar o no la Directiva hasta su renovación prevista en 2026, si hay que reforzar o no la legislación o si hay que introducir nuevas medidas para una mayor descarbonización de los edificios en Europa.
"Queremos ahorrar por un lado y ser consecuentes con lo que hacemos con el planeta por otro”
Más allá de lo que finalmente se decida, el concepto parece haber calado entre los ciudadanos.
Está de plena actualidad porque las diferentes administraciones públicas, entre ellas la Junta de Castilla-La Mancha, están ofreciendo ayudas en los últimos años para que nuestras casas sean más eficientes, ahorremos energía y dinero y contribuyamos en la lucha contra el cambio climático.
Pero además la pandemia ha despertado el interés ciudadano. León Pintado es gerente de las empresas Ecodoleón e Instalaciones Integrales Leyda con sede en Quintanar de la Orden (Toledo) que opera en Castilla-La Mancha y en Madrid. Lleva 18 años en el negocio vinculado a las energías renovables. “Ahora tenemos mucho trabajo por la demanda que llega desde los particulares”.
Desde su experiencia cree que “el confinamiento nos ha hecho repensar las cosas por las que pagamos”. Muchas personas se vieron obligadas a teletrabajar. “Hemos visto cómo son nuestros consumos de luz y queremos ahorrar por un lado y ser consecuentes con lo que hacemos con el planeta por otro”.
Aerotermia, energía solar-fotovoltaica, biomasa, geotermia…Son conceptos cada vez más frecuentes en el vocabulario del sector inmobiliario, de los arquitectos o incluso en nuestro propio ‘argot’, cuando queremos comprar una vivienda.
Para Carlos Sánchez, CEO de la empresa castellanomanchega Ibernergi, “el ejemplo más claro hasta ahora es haber pasado de las típicas bombillas a las LED con las que ahorras un 70%. O que las máquinas de climatización hayan multiplicado su rendimiento por seis. Eso lo tenemos muy interiorizado”.
En el sector residencial se ha avanzado mucho en domótica o en aislamientos, pero todavía queda “mucho camino”. En particular en una región como la castellanomanchega con un envejecido parque de vivienda. El problema de la eficiencia energética no está tanto en la obra nueva sino en los edificios o viviendas individuales que necesitan rehabilitación.
Las necesidades también son diferentes, dependiendo de si hablamos de vivienda individual o colectiva. “Para comunidades de propietarios se están poniendo sobre todo repartidores de costes y válvulas termostáticas”, explica Carlos Sánchez, porque “lo primero es hacer eficiente el centro de producción de energía”, es decir, la caldera, y después “atacar” los aislamientos.
Poco a poco nos vamos olvidando de esa práctica tan común de abrir las ventanas para esquivar el sofocante calor de una calefacción central en un bloque de vecinos donde no todos se calientan por igual. De hecho el Gobierno de España daba plazo, el pasado verano, hasta 2022 para instalar contadores individuales en los edificios con calefacción central y así cumplir con la normativa europea.
En las viviendas individuales se ha ido pasando, poco a poco, de calderas atmosféricas a otras de condensación con alto rendimiento.
Ahora, la apuesta pasa por el autoconsumo en fotovoltaica. “Estamos logrando producir mucha energía en nuestro tejado a través de una inversión que se amortiza rápido y además ayudamos al medio ambiente. O quizá apostar por sistemas de aerotermia que es más eficiente y está evolucionando más que la geotermia”, dicen desde Ibenergi.
En eso coincide León Pintado, de Ecodoleón. “Es más complicado que alguien quiera hacer un pozo que requiere la geotermia, cuyo coste de mantenimiento es mayor. La demanda pasa más por la aerotermia e incluso la biomasa”.
El ciudadano busca evitar complicaciones en cuanto a instalación y el posterior mantenimiento, dice este empresario toledano. “Los estudios de Arquitectura de mi zona ya están metiendo aerotermia en todos sus proyectos, aunque todo depende de la necesidad del cliente, de si es un piso, un chalet…Y desde luego no es lo mismo un radiador que un suelo radiante”, asegura.
Cuando la eficiencia energética permite conciliar economía y medio ambiente
¿La eficiencia energética es una moda, una necesidad, un avance hacia una mayor cultura de la sostenibilidad ambiental?, preguntamos.
“Con esto ocurre algo muy bonito y es que se combina lo económico y lo social que muchas veces llevan caminos muy diferentes. Se ahorra dinero y se ayuda al medio ambiente, eso también ayuda a que se haya puesto de moda”, sostiene Carlos Sánchez, de Ibenergi.
“Sí, creo que son ambas cosas”, coincide León Pintado. “Con lo que está pasando con el medio ambiente, la gente se siente culpable, no podíamos seguir a este ritmo”.
Por otro lado, cree que “nos hemos dado cuenta de que se puede hacer una inversión y recuperarla en tres años sabiendo que te ahorras el 21% de IVA en la factura de la luz si te generas tu propia energía. La diferencia se nota sobre todo ahora que la tecnología es mucho mejor”.
Reducir burocracia en la tramitación de proyectos y en las ayudas
Carlos Sánchez cree que en el camino hacia la descarbonización de las viviendas es necesario reducir burocracia. “Nosotros tramitamos muchos proyectos de autoconsumo. El proceso lo paraliza todo. Es muy complicado a veces para el ciudadano de a pie”.
En plena transición verde y con la esperada llegada de los fondos europeos derivados de la pandemia, los Next Generation Next, este empresario cree que hay que cambiar algunas cosas. “Si los fondos europeos vienen a fondo perdido hay que agilizar los trámites para ahorrar dinero al ciudadano y a las empresas y que el dinero se mueva”.
"Nuestro gremio tiene futuro", opina León Pintado, pero hay que correr. En el horizonte otras tecnologías aplicadas a la edificación piden paso. “En Alemania ya se habla de baterías para autoconsumo en fotovoltaica que permitan disponer de energía sin tener que verter a la red”, dice Pintado.
Carlos Sánchez apunta al hidrógeno verde, incluso para el ámbito doméstico en el que trabajan los investigadores. “Es el futuro a corto plazo para dar un golpe sobre la mesa respecto al cambio climático”.