El italiano Andrea Bosco se instaló hace ahora cuatro años en un pequeño local de la toledana plaza de la Magdalena de Toledo y desde entonces su objetivo ha sido "educar" al consumidor toledano a la hora de tomar café.
Desde 'Il Capuccino', pequeño establecimiento donde lleva una olimpiada preparando decenas de tipos de café, Bosco explica que ha experimentado una evolución "muy positiva" en cuanto a la clientela, que aumenta "gota a gota" cada día.
En su opinión, cuando el cliente "se da cuenta" de la calidad que puede alcanzar el café en un establecimiento especializado como el que regenta, "ya no da un paso atrás" y siempre quiere sacar el máximo partido a lo que consume.
"Aunque la gente no entienda de café, nota la diferencia. Y poco a poco y gracias al 'boca a boca' va apreciando más el buen café, recién tostado, recién molido y preparado de manera correcta", ha manifestado.
No sólo los clientes habituales del Casco Histórico de Toledo acuden a por su dosis a diario, sino que gracias al impulso de plataformas como Google o TripAdvisor, que le sitúan por las opiniones de los consumidores en la cima de la clasificación, consigue atraer a muchos turistas.
Bosco se quita mérito y asegura que, como barista, su papel es "un simple trámite" entre el producto y el consumidor final, como lo es la recolección y el tueste.
"Educamos el paladar"
El italiano reivindica el papel del barista como profesional que no sólo prepara café sino que "educa el paladar". Por ello pone el acento en que tomar café "es una costumbre diaria" y no siempre se le presta la atención que a su juicio merece.
"Es un hábito diario, y mi intención como profesional es enseñar los beneficios de una taza perfectamente extraída de la máquina o filtrada", ha argumentado, reconociendo que poco a poco se valora más el trabajo del barista.
La cultura del café va más allá de una simple preparación, por lo que insiste en potenciar la didáctica y seguir enseñando al consumidor. Así, pone de relieve que en España es habitual la especialización en productos como el queso, la cerveza, el vino, el aceite o la ginebra. "¿Por qué no con el café? ¡Es la segunda bebida más consumida en todo el mundo después del agua!", ha señalado.
De ahí que Bosco incida en el papel del barista, que "no sólo se limita a ofrecer un café sólo o un cortado". "En un restaurante el camarero te pregunta cómo quieres la carne. En una tienda especializada como ésta te enseñamos. No somos camareros. No somos cocineros. Somos baristas", afirma.
Según ha declarado, el café "es un ser vivo" y su trabajo pasa por tratarlo "con cuidado" y cocinarlo "de manera adecuada" y, además "explicar el por qué" de todo ello, de tal manera que "el cliente acabará notando la diferencia aunque no sea un experto". "Aunque alguien no sea profesional del vino, sabe diferenciar entre un buen vino o un vino de cartón", ha considerado.