En un contexto en el que a diario son los datos, las cifras y los números sobre contagios, hospitalizados y fallecidos con COVID-19 los protagonistas de la actualidad informativa, es posible que en ocasiones quede desdibujado el hecho de que en todo momento hablamos de personas que sufren. Tanto por los efectos del coronavirus como de otras muchas enfermedades. Por ello la humanización supone también un indicador de la calidad en el ámbito sanitario y sociosanitario, aún más si cabe en tiempos de pandemia. Con la vista puesta en esta situación, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha sacado a información pública un nuevo decreto con el que quiere gestionar de forma coordinada la “humanización” de la asistencia sociosanitaria.
Parte del hecho la Administración regional de que la enfermedad o los procesos de dependencia hacen que las personas se sientan más vulnerables y frágiles, “siendo crucial una actitud basada en el respeto a la persona y su dignidad”. “El cuidado, la empatía, la escucha y la cercanía son tareas ineludiblemente humanas”. Por ello el decreto es uno de los pilares del Plan de Salud de Castilla-La Mancha 2019-2025.
Ahora, la crisis sanitaria generada por la pandemia ha mostrado que la humanización ante situaciones adversas adquiere mayor relevancia en la prestación de los servicios sanitarios y sociosanitarios. Recuerda el Ejecutivo autonómico que el aislamiento necesario para proteger especialmente a los colectivos de mayor fragilidad durante esta crisis ha puesto de manifiesto que es crucial implementar medidas de humanización dirigidas a la población general, a colectivos más vulnerables y también a profesionales sanitarios a quienes afecta la situación de presión asistencial y las repercusiones que la enfermedad pueda tener sobre su salud y la de su propia familia.
"Una cultura de humanización"
Habla así de una “cultura de humanización desde dentro hacia fuera”, promoviendo no solo cambios regulatorios, sino también en “actitudes, aptitudes, habilidades y competencias de todas las partes implicadas en la asistencia sanitaria”. Vincula para ello a todas las administraciones, profesionales que atienden a pacientes, personas usuarias y sus familias, organizaciones y dispositivos sanitarios y sociosanitarios que se convierten “en puntos de contacto para la persona enferma y su entorno familiar y social”.
En el año 2017, la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha puso en marcha el primer Plan de Humanización Regional bajo el nombre de “Plan Dignifica”, que daba continuidad a iniciativas anteriores como el llamado Plan de los Pequeños Detalles de 2003 y la Estrategia de Confortabilidad de 2008. Pero en el momento actual, y teniendo muy presente la crisis sanitaria, ve “imprescindible” continuar trabajando con este enfoque y realizar un esfuerzo para su regulación, desarrollo e implementación.
Así, aparte de los órganos ya creados como la Escuela de Salud y Cuidados y La Dirección General de Humanización y Atención Sociosanitaria, el decreto incluye nuevas estructuras organizativas para este objetivo: un Consejo Regional de Humanización, una Comisión Regional Técnica de Humanización, una Comisión de Humanización de las Gerencias, un responsable regional de Humanización y otro esta labor específica también en las Gerencias.
Nuevos órganos
El Consejo Regional de Humanización, que se reunirá con periodicidad anual, tendrá entre sus objetivos proponer actuaciones básicas, revisiones o adaptaciones de las mismas para su elaboración posterior por la comisión técnica, así como definir anualmente las áreas prioritarias de actuación. Esta última comisión técnica, que se reunirá cada cuatro meses será la que elabore el Plan de Humanización de la Asistencia Sanitaria, la que evaluará el grado de implantación de las acciones en las Gerencias,
En cuanto a la Comisión de Humanización en las Gerencias, será un órgano que deberá aprobar su propio reglamento, subcomisiones y periodicidad, ya que tendrá que aprobar los objetivos del Plan Operativo de cada gerencia y también convertirse en un espacio de participación de cada una de ellas, en el que se establezca la metodología para el desarrollo de los proyectos o programas a realizar anualmente.
Además, cada gerencia contará con una plaza de Responsable de Humanización, que elaborará las propuestas del Plan Operativo y que apoyará en la implementación de las actuaciones de humanización correspondientes, además de realizar su seguimiento y evaluación. Los objetivos y actuaciones recogidos en estos planes serán vinculados a los acuerdos de gestión de la gerencia, determinando sus indicadores de evaluación y el alcance perseguido.