Todo comenzó en un certamen de coros y danzas, recuerda Sergio Martín, uno de los fundadores del grupo bonita, que apuesta por una fusión de rock que quiere recuperar el folklore manchego. "Yo no estaba interesado especialmente en la música folklórica, nunca tuve el interés de ponerme a escucharlo. Flipé, porque no era lo que yo creía, no lo que tenía estereotipado en mi cabeza. Me dije, esto es básicamente el rock que escucho", recuerda.
El nombre de Bonita recuerda a su suegro, que llamaba así a su pareja, Bebes Anaya que junto a Vidal Anaya es parte también de la banda. "Él la llamaba bonita y así se ha quedado el nombre. Porque Bonita somos sus dos hijos y yo", recuerda, un nombre que vino después de la primera maqueta que grabaron. Ahora se les ha unido también el bajista Carlos Faba, que le ha dado un toque "más melódico" a la música que llevan también a la primera edición del festival Aperitindie, en Toledo.
Respetan las letras del folklore manchego, nunca dejarlas igual, siempre con su toque personal, pero siempre teniéndolas presente en la música. "Queremos que sean reconocibles como nuestras, pero junto a pasajes originales que respetamos, porque al final queremos que sea folklore y que suene a folklore", explica.
"Cuando empezamos con el proyecto, me daba muchísima rabia poder ver grupos de folk irlandés mezclado con rock, que viniera de Tomelloso, o rock balcánico de Toledo pero que eso no pasase con la música de aquí", explica. Pero todo cambia cuando hacen un concierto y la gente se acerca a los músicos para decirles que "no se esperaban eso", de manera positiva, o que llegue una señora e identifique una jota de vendimia y les diga que la bailaba con su madre. "Bonita nace como un proyecto para reivindicar que la gente se sienta identificada con su folklore".
Música en tiempos de pandemia
"La pandemia ha sido para nosotros un arma de doble filo, porque sabíamos que ibas a estar prácticamente parado, pero también pudimos aprovechar todo el tiempo sin parar", explica Martín. De este modo pudieron desarrollar "una personalidad", dándose a conocer en las redes sociales o "dando la tabarra" con mucho contenido en vídeo, aunque no pudiesen hacer conciertos.
"No podíamos tocar con gente, pero sí hacer vídeoclips, hacer directos, hacer lo que pudiésemos con nuestros propios medios", recalca. De este modo han ido haciendo una "especie de base" para darse a conocer. "Hemos tenido la suerte de tener esa base preparada y nos han salido varios conciertos. La gente acaba muy sorprendida con nuestra música", recalca.
Por eso, recalca que eventos como el Aperitindie son "esenciales" para la cultura. "Debe ser promocionada desde otro tipo de espacios, tanto públicos como privados. Porque la cultura de primeras no es rentable, lo que sí puede serlo es en unos diez años. Pero no se puede hacer sólo esperando que los grupos por sus propios medios lleguen a ese punto. La cultura siempre es rentable, pero a largo plazo", concluye.