“El Gobierno de Castilla-La Mancha tiene encima de la mesa todas las medidas y no renunciamos a ninguna de ellas”. Así se ha pronunciado la portavoz del Ejecutivo regional, Blanca Fernández, sobre un posible confinamiento domiciliario para frenar la expansión de la COVID y de cara al Consejo Interterritorial de Salud que reunirá de nuevo al Gobierno central con las comunidades autónomas.
Según ha afirmado, tanto el presidente autonómico, Emiliano García-Page, como el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, han sido “muy claros” a este respecto y en ningún momento se descarta el confinamiento en casa como una de las acciones a adoptar. “Pero queremos darle tiempo a las medidas que con mayor o menor intensidad hemos ido adoptando en todo el ámbito geográfico y ver los datos epidemiológicos”.
Blanca Fernández ha insistido en que si todas las restricciones siguen cumpliéndose, para lo que ha vuelto a hacer un llamamiento a la responsabilidad, habrá que ver la evolución de los datos, por un lado, y la situación de las hospitalizaciones y de las UCI, por otro. Y ha reiterado también que de cualquier forma la coordinación debe ser estatal y no deben adoptarse medidas de este calado “de espaldas” al Consejo Interterritorial. “El Ministerio de Sanidad debe dar homogeneidad a todas las propuestas de las autonomías, pero con la suficiente flexibilidad para que cada una las aplique en su territorio”, ha subrayado.
Preguntada por si la Junta contempla el cierre de la hostelería al igual que en otras regiones como Castilla y León, la portavoz ha recalcado que están “sobre la mesa” todas las medidas y no se descarta ninguna de ellas, pero insistiendo en que el Gobierno debe valorar las últimas acciones adoptadas como el toque de queda o el cierre perimetral y su incidencia en los datos regionales.