El Gobierno de Castilla-La Mancha va a asumir y trasponer en su regulación de medidas contra la COVID la nueva guía nacional de indicadores y medidas aprobada ayer en el Consejo Interterritorial de Salud, pero la adaptará a sus particularidades y “realidad específica”, ya que se trata de un documento “modulable y flexible”. De esta forma, dejará solo tres niveles de alerta en la comunidad autónoma, eliminando otros que hasta ahora se habían utilizado a nivel provincial y en ciudades con más de 50.000 habitantes.
Así lo ha detallado el director general de Salud Pública del Gobierno regional, Juan Camacho, quien ha subrayado que la nueva guía estatal establece una serie de “mínimos” como “herramienta común” para todas las comunidades autónomas en la lucha contra la pandemia, pero que ha de ser trasladado a las singularidades de cada región.
“Es un protocolo de actuaciones y respuesta coordinada, de acuerdos mínimos, con ocho indicadores y paquetes de medidas orientativas basadas en los ejes de mayor y menos riesgo. Pero no pueden ser las medidas iguales en la Comunidad de Madrid que en Castilla-La Mancha”. Ha puesto como ejemplo el hecho de que para municipios menores de 5.000 habitantes los indicadores estatales no son de utilidad, cuando en esta comunidad autónoma estos pueblos son la inmensa mayoría. ”Eso nos obliga a hacer un trabajo epidemiológico muy fino para establecer los criterios”.
De hecho, ha explicado que el Ejecutivo castellanomanchego ya estaba trabajando en un documento de modificación de medidas de salud pública en el que ahora incorporará esos mínimos estatales. Las nuevas medidas simplificarán las instauradas hasta ahora dejando solo tres niveles de alerta y de medidas en esta comunidad autónoma. “Incluiremos el documento estatal de actuaciones coordinadas, de forma que cada una de las medidas de nuestros tres niveles queden alineadas con las establecidas a nivel nacional, ya que no son iguales porque nuestra realidad es distinta”.
Se prevé un aumento de la incidencia
Precisamente, en relación a los indicadores de alerta establecidos en este protocolo estatal, ha recalcado que Castilla-La Mancha se sitúa en la mitad de la tabla “hacia abajo” de todas las comunidades autónomas en cuando a la Incidencia Acumulada en 7 días. Pero ha insistido en tomar estos datos “con mucha prudencia”. “En las últimas semanas ha habido una tendencia a la mejora de la incidencia, pero la situación dista mucho de ser buena, y tenemos que seguir insistiendo en las medidas y en el refuerzo de los recursos en rastreo y asistencia”. Es más, la autoridad sanitaria regional prevé un aumento de la incidencia en los próximos días debido a la incorporación de los tests rápidos de antigénicos. Ayer mismo se superaron por primera vez en esta segunda oleada los 1.000 nuevos contagios diarios.
En cuanto al toque de queda, a la espera de la consulta jurídica que realiza el Gobierno central, Camacho ha reiterado que la postura del Gobierno e Emiliano García-Page es que se aplique de manera armonizada a nivel nacional. “Tanto la herramienta jurídica como su aplicabilidad mejoran si se hace a nivel nacional; de aplicarse en todo el país, su utilidad se podría ver incrementada”.
Finalmente, ha recordado que hoy se cumplen ocho meses desde que se detectó el primer paciente de coronavirus en Castilla-La Mancha, concretamente en Guadalajara. “Hemos vivido de todo desde entonces: sorpresa, desaliento, aprendizaje, ánimo… Entendemos la fatiga de la sociedad, sometida a restricciones, miedos y dificultades, pero, o permanecemos vigilantes con la guardia alta, o difícilmente vamos a poder con el virus”, ha concluido.