Tal y como ha ocurrido en países como China o Italia, en los que el coronavirus se propagó en mayor medida entre la población antes de que lo hiciese en España -más de 4.200 casos (120 fallecidos y 189 altas) ya, de los que 194 se concentran en Castilla-La Mancha y 31 en la provincia de Toledo, las administraciones estatales, regionales y locales han impulsado en los últimos días una catarata de medidas preventivas para frenar el contagio de esta enfermedad.
Esta misma tarde, el presidente del Gobierno, ha declarado el estado de alarma en el país, una decisión avalada por la Constitución que permitirá al Consejo de Ministros de este sábado establecer más medidas extraordinarias con el objetivo de contener esta crisis sanitaria. Se alargará durante un plazo de 15 días y "sólo se podrá prorrogar con autorización expresa del Congreso de los Diputados, que en este caso podrá establecer el alcance y las condiciones vigentes durante la prórroga", apunta la normativa, que avala al Estado a, entre otras medidas, garantizar el abastecimiento de alimentos o medicamentos, intervenir fábricas o centros de trabajo así como limitar movimientos de ciudadanos y vehículos.
Antes de que se diera a conocer esta actuación, este mismo viernes todos los centros educativos de Castilla-La Mancha suspendían la actividad lectiva, los ayuntamientos decretaban también el cierre de bibliotecas, centros culturales, de ocio o deportivos, así como espacios públicos como parques o áreas infantiles -el Consistorio toledano lo ha decretado este misma tarde-. También, las autoridades sanitarias están recomendando a la ciudadanía permanecer en sus casas y en otras ciudades del país, como en el País Vasco, Catalunya o Murcia, están siendo confinadas.
Por su cuenta, ya que hasta el momento en la región no se ha decretado el cierre bares y restaurantes como en la Comunidad de Madrid, muchos comercios, establecimientos o empresas han optado también por no abrir sus puertas en connivencia con las recomendaciones que están trasladando a la ciudadanía. Ya desde por la mañana, aparcamientos medio vacíos como el de Azarquiel en Toledo -habitualmente completo- eran reflejo del inédito viernes que afrontaba la capital regional.
La ciudad, un destino turístico por excelencia, despertaba también con la incertidumbre de profesionales como los guías turísticos que, al no haber recibido en un primer momento ninguna orde de cesar la actividad, se situaban por una plaza de Zocodover mucho más vacía de lo que acostumbra, aunque en ella se podían ver también negocios como el tren turístico o el bus turístico y en funcionamiento. No obstante, según transcurren las horas son cada vez más los que anuncian ceses temporales de su actividad como la empresa Cuéntame Toledo, el Café del Fin, Santo Tomé o la cadena Burguer King, por citar solo unos pocos ejemplos. También, el Ayuntamiento ha informado sobre el cese temporal de la actividad de atención al público de la Oficina de Turismo del Consistorio.
En Italia, como hemos visto, el Gobierno ordenó esta semana el cierre de todos los comercios salvo farmacias y supermercados por el coronavirus, una medida que, según se van conociendo la de su homólogo español, no parece descartable que sea también una realidad en los próximos días en nuestro país. Mientras tanto, muchas de las estanterías de supermercados de la ciudad siguen vaciándose cada día, en especial la del papel higiénico. Sin embargo, las organizaciones agrarias aseguran que “no va a haber problemas de abastecimiento porque los agricultores van a seguir trabajando en el campo”.
Es palpable ya el impacto económico negativo que va a tener el coronavirus de manera global con la paralización que hemos comenzado a vivir. Todavía, dicen los expertos, es imposible definir las consecuencias que va a generar el coronavirus en nuestra sociedad. Por poner otro ejemplo, en el área de Juventud, el albergue Juvenil San Servando de Toledo ha cancelado un total de 63 reservas comprometidas, afectando a unos 1.500 usuarios, según ha informado el Gobierno regional.
En este sentido, la alcaldesa, Milagros Tolón, se reunía este viernes con representantes de la Federación Empresarial Toledana (Fedeto) y de la Cámara de Comercio de Toledo, al igual que lo ha hecho con los sindicatos, para informales de las medidas decretadas por el Gobierno local con la intención de paliar los efectos de la crisis del coronavirus COVID-19.
Ha aconsejado al colectivo que tome decisiones de manera inminente encaminadas a evitar la concentración de público en establecimientos, incluso, en la vía pública, en espacios, por ejemplo, como las terrazas de bares y cafeterías. En este encuentro, también se ha puesto de manifiesto que desde la Administración local se está estudiando un posible escenario de medidas encaminadas a mermar la repercusión que la pandemia puede acarrear a sectores productivos de la ciudad.