En nuestro país se generan cada año alrededor de 1,6 millones de toneladas de residuos a base de envases de plástico y se recicla algo menos de la mitad, según las estadísticas que recoge el Ministerio para la Transición Ecológica. En los peores casos, buena parte de estos residuos va a parar directamente al medio natural, donde también es posible encontrar mascarillas, guantes o plásticos de un solo uso, productos cuyo consumo ha disparado la contaminación en Europa durante la pandemia, según un informe de la Agencia Europea del Medio Ambiente.
El uso del plástico está generalizado en la sociedad y, a su vez, en múltiples sectores laborales. El de la agricultura no es una excepción, y entre los malos usos que también se pueden encontrar en sus prácticas, el ingeniero agrónomo y activista de Ecologistas en Acción, Santiago Martín Barajas, ha puesto como ejemplo en sus redes sociales la imagen (la que ilustra este artículo) de un cultivo de regadío de cebollas con "un montón de ellas sin recoger y todo lleno de plástico".
"En la comarca de La Sagra se está extendiendo cada vez más el uso de plástico en los cultivos de regadío, quedando éste después esparcido por los campos e incorporado al terreno. Se estima que se abandona en el campo del orden de 100 kg de plástico/ha y año. Lamentable", traslada en el mensaje Martín, quien subraya a este medio que "la imagen hace poca justicia" pues "la realidad es mucho más impactante".
En la comarca de La Sagra (Toledo) se está extendiendo cada vez más el uso de plástico en los cultivos de regadío, quedando éste después esparcido por los campos e incorporado al terreno. Se estima que se abandona en el campo del orden de 100 kg de plástico/ha y año. Lamentable. pic.twitter.com/sxatE5wv0p
— Santiago M. Barajas (@Santi_MBarajas) January 25, 2022
Reseña el experto que "cada vez más se está haciendo una agricultura intensiva de regadío", una práctica que incrementa el consumo de agua o de abono, así como la generación de residuos de plástico. También provoca, afirma Martín, que "las aves esteparias sean más escasas" en estos campos de cultivo.
La fotografía, indica, es un terreno de la localidad de Cabañas de la Sagra, "pero podría ser de cualquier otro municipio de la comarca". "Es un desastre como está", remarca. Lamenta que en este caso se trata de un cultivo que está “prácticamente todo el año consumiendo agua y luego no se recoge la cosecha, dejando además esos residuos que luego se convierten en microplásticos", pequeñas piezas que contaminan el medio ambiente.
"Hay que reducir la intensidad y perseguir el regadío irregular"
"Ahora se pone viñedo y olivo en regadío cuando son cultivos que pueden crecer en secano. Hay que ser menos intensivo en la producción aunque se gane un poquito menos", manifiesta el conocido dirigente ecologista, que considera que "las administraciones, que son cómplices de estas situaciones, deberían reducir la intensidad y perseguir el regadío irregular", aunque "no es la situación que se da en este cultivo de La Sagra", aclara.
Sí se da ese regadío, cita Martín, en otros cultivos que se nutren del sobreexplotado acuífero de Doñana, donde los agricultores han roto su histórica unidad ante la polémica propuesta de la Junta de Andalucía -PP y Cs con el apoyo de Vox- de aumentar el suelo regable en 1.460 hectáreas. O en los cultivos de aguacate y el déficit hídrico que afirma que están generando en otras zonas del país.
Por todo ello, el ingeniero agrónomo apuesta por “una agricultura más extensiva”, en la que se pueda cultivar cualquier alimento “consumiendo menos agua y generando menos residuos”, pues "los daños ambientales quedan ahí si la administración no exige retirar los plásticos" que dañan el medio natural.