Lo que nunca le ha faltado a Lourdes Alameda es ilusión. Actualmente es jugadora de la selección española de rugby y conoce bien lo que es abrirse camino en un mundo tradicionalmente de hombres. Esta toledana ha sido una de las seis mujeres que ha participado en el debate 'Mujeres excepcionales: el valor de una oportunidad', presidido por la reina y organizado por la Fundación Microfinanzas BBVA.
Es bicampeona de Europa, subcampeona de la Copa de la Reina y además, juega y entrena en el Sanse Scrum, el club de rugby de San Sebastián de los Reyes. Charlamos con ella sobre sus comienzos y sobre su experiencia en el mundo del rugby.
¿Cómo se inició en este deporte?
Llegué a Madrid para estudiar Biología y también rugby porque era un deporte que no conocía y que me apetecía probar y así fue como empecé. De la facultad pase al Sanse Scrum, que es mi club de entonces y actual, de ahí me llamaron a la selección de Madrid, luego a la selección de España y hasta hoy.
Ha recibido varios reconocimientos a lo largo de su carrera. ¿Qué suponen?
Lo único que hago individualmente es entrenar, tengo un plan físico con la selección y luego voy a entrenar con mi club. Creo que lo único que hago es dar lo máximo de mi para darle al equipo mi mejor yo y todos los títulos que tengo han sido no solo gracias a mi sino al rendimiento de mi club o de mis compañeras del club o de la selección y es un premio al trabajo en equipo.
El rugby ha sido un deporte tradicionalmente de hombres, ¿Cómo se ha sentido en este deporte?
Tengo mucha suerte porque desde que empecé me he sentido muy acogida tanto por mis compañeras como por mis compañeros, de hecho creo que es la razón por la que me quedé y por la que me apasionó tanto y no he sentido nunca machismo, ni ningún tipo de barrera para dedicarme a esto y me siento muy afortunada.
Es cierto que desde que empecé, el rugby femenino ha pegado una explosión, quizá a raíz de los Juegos Olímpicos, pero no solo el femenino sino también el rugby en general. Creo que tiene mucha más visibilidad y esto hace que aumente el número de fichas en las escuelas y que haya muchas más niñas practicándolo ahora.
Antes quizá veías menos chicas de menos de 18 años, era todo mas a nivel universitario y senior y sin embargo, ahora se van viendo niñas que entran en las escuelas, se están desarrollando equipos y ha tenido un crecimiento bestial en cuatro años.
En el ámbito familiar, ¿Cómo recibieron que quisiera dedicarse al rugby?
Al principio mi madre fue la primera que me dijo que el rugby no me iba a dar de comer pero yo no lo pensé, dije voy a apostar por esto y esto es lo que quiero hacer y desde entonces es mi prioridad.
Cuando mi madre me lo dijo tenía toda la razón del mundo porque me vine a Madrid para estudiar la carrera y ella lo veía como una amenaza para mis estudios, pero cuando vio que de verdad iba en serio y me hacía feliz, han sido los primeros en apoyarme y son mis mayores fans, mi madre, mi padre y mi hermana.
¿Actualmente compagina el rugby con otro trabajo?
Más que vivir de esto sobrevivo porque es cierto que cuando vamos con la selección nos pagan dietas pero soy entrenadora en mi club, estoy con la selección, sigo estudiando la carrera y a parte intento compaginarlo con trabajos que me puedan salir esporádicos. Quizá soy más profesional de actitud que por remuneración.
¿Qué barreras ha tenido que romper a lo largo de su vida?
La verdad es que no he sentido que haya tenido que romper ninguna barrera. Creo que esto es algo más de la sociedad que de nuestro propio deporte. El hecho de que seamos un referente para el resto de mujeres será porque aun hay gente que lo ve como un deporte de hombres.
Lo único que he hecho ha sido lo que me gusta. He jugado con mis compañeras, he disfrutado, he llorado, he reído y quizá esas son las barreras que he tenido que tirar, las de caerme de una convocatoria y tener que seguir o de tener una lesión y tener que seguir. Para mi las barreras han sido esas, de sufrimiento, de trabajo diario, de compaginar mi vida personal con mi vida deportiva, pero en cuanto a problemas de inserción o problemas de machismo no he tenido que romper ninguna barrera, creo que las tiene que romper la sociedad.
¿Cree que sigue habiendo mucho prejuicio en el deporte?
El hecho de que a mi me hagan una entrevista, felicitándome por los resultados que he tenido, a pesar de ser una mujer, eso es un signo y una evidencia de que hay mucho que hacer todavía. Ha habido momentos en los que yo me he sentido enfadada y decepcionada porque no me felicitaban por mi trabajo, sino que nos felicitaban por nuestros resultados a pesar de ser mujer, que es el colmo.
Creo que están cambiando las cosas, de hecho que nos den tanta visibilidad es parte del cambio y creo que empieza a haber una concienciación real de que tenemos que llegar a una igualdad y justicia en la sociedad para estos temas.
Actualmente hay mayor visibilidad en los medios de comunicación del deporte femenino. ¿Qué le parece?
Creo que las mujeres llevan teniendo resultados desde que llevan practicando deporte, y a lo mejor es estar en la sombra lo que nos ha hecho más fuertes y lo que nos ha hecho salir con más fuerza pero si que es cierto que últimamente se nos está reconociendo más, porque el número de fichas aumenta, gracias a las redes sociales y los patrocinadores y las televisiones se interesan mucho mas por nosotras.
La sociedad también lo está pidiendo, porque al final cuando un deporte se conoce más, hay resultados, la gente lo quiere ver y se convierte en algo interesante. En nuestro caso creo que los Juegos Olímpicos hicieron un trabajo excepcional con nuestro deporte y las escuelas han crecido y el nivel de competición ha aumentado.
¿Qué proyecto tiene a corto y medio plazo?
El más inmediato es acabar la carrera y a largo plazo todas las que formamos grupo de la selección española de rugby, las de seven clasificarse para los Juegos de Tokio 2020 y las jugadoras de 15 tenemos un proyecto de clasificación para el Mundial de 2021 en Nueva Zelanda.