Acaban de celebrar su segundo aniversario y en Curves Toledo están "muy contentas" y "orgullosas" con la acogida que ha tenido este espacio deportivo dedicado exclusivamente a mujeres y que cuenta actualmente con cerca de 300 socias en la capital regional. Así lo traslada María Jesús, impulsora de este centro en Toledo con un circuito de entrenamiento en el que se llevan a cabo entre tres y cinco sesiones semanales de 30 minutos de duración.
"Es un ambiente femenino, muy familiar, de comunidad. Se apoyan entre ellas y lo que nos gusta mucho es que se hacen amigas. Gente que no se conocía viene al gimnasio y después se van juntas a tomar algo o preguntan por la próxima vez que nos vamos de cena", explica sonriente María Jesús, que dejó su vida en Madrid para volver a su municipio natal -Consuegra- tras trabajar durante varios años para multinacionales americanas en el desarrollo de software y hardware informático.
La gerente de Curves en la capital castellanomanchega -que se ubica en la calle Reino Unido y que es el único centro de esta cadena que hay actualmente en la región- destaca que el "90% de las socias" de este gimnasio se han inscrito con una cuota anual y que aunque la mayoría tiene entre 35 y 55 años, también hay mujeres con más de 70 años. En este sentido, subraya que la edad mínima establecida es de 14 años, aunque precisa que es orientativa y que depende también de su crecimiento corporal.
María Jesús conoció este tipo de gimnasios en Madrid, un lugar que identifica "como vía de escape" a su vida cotidiana. "Me gustó mucho la idea. Era mi plan B y lo activé", relata la propietaria, que señala que este centro cuenta con máquinas hidráulicas -sin pesos- que se adaptan a todos los niveles de fitness, tanto de quien "no ha hecho ejercicio en su vida como de quien sí está habituado hacerlo".
"Cambio", la única voz masculina del gimnasio
En cada máquina están 30 segundos, hasta que suena la única voz masculina de Curves que, en off, recuerda "el cambio" de máquina que han realizar las usuarias para rotar por todo el circuito, indica la gerente, que cuenta con dos entrenadoras más en el equipo de Curves que motivan y orientan a las usuarias durante el ejercicio. Como motivación para superarse cada día, o al menos para mantener el mismo ritmo, las máquinas cuenta con una tecnología que mide las repeticiones que realizan en cada una. Además, disponen de una estación metabólica para controlar las pulsaciones, que no deben de superar el 80% de la capacidad total, precisa María, una de las entrenadoras de Curves, una cadena que está causando "furor en Japón".
Además de las ventajas para la salud que proporciona este entrenamiento de fuerza y cardiovascular, María Jesús resalta los beneficios "emocionales" del ejercicio: "El primer día que empiezas a entrenar duermes como un tronco. Simplemente el descansar bien por la noche te hace ver la vida de otra manera". "Sube mucho la autoestima. Las mujeres, en general, estamos acostumbradas a cuidar de todo el mundo; de los hijos, de los maridos, de los padres... Nos vamos echando a la mochila una carga y esto es un desahogo", agrega.
Así, recuerda también que, por normal general, no admiten niños y niñas en el centro ya que creen que "el ratito que pasan aquí es para ellas, no para estar pendientes de ellos". Treinta minutos de desconexión del trabajo, del estudio o de las tareas cotidianas que escogen libremente de lunes a viernes, entre las 9.00 y las 12.00 horas y las 14.00 y las 21.00 horas.
Tras completar las distintas máquinas del circuito, que dura 24 minutos, se completa la sesión en la de estiramientos, donde se trabaja también "la flexibilidad" y en la que se oxigenan los músculos que se acaban de trabajar, dice María Jesús, que destaca también que desde el momento en que llega una socia intenta conocer sus necesidades y sus objetivos con esta práctica deportiva para orientar de manera adecuada su actividad.
Sin espejos
Otra de las peculiaridades de Curves es que se trata de una sala sin espejos. "No los hay porque somos las más críticas con nosotros mismas. Aquí se viene a entrenar, no a autocriticarse. En otro gimnasio lo primero que ves es el postureo", bromea también María Jesús sobre este centro que "se llama gimnasio porque no tiene otro nombre, pero un gimnasio al uso no es".
Adela, una de las socias de Curves apunta que lleva acudiendo a Curves desde el pasado mes de junio. "Siempre he querido estar en forma. He estado en otros gimnasios y vine a este con una amiga. Me gustó el planteamiento y me apunté", cuenta la usuaria, que suele hacer el entrenamiento durante tres veces a la semana.
"A nivel personal me siento más animada y físicamente me siento más ágil. El hecho directo de venir el gimnasio es estar más en forma y lo estoy, me noto mejor físicamente y mentalmente", asevera Adela.