En España no existe una cultura de posesión de armas y además su venta, distribución y tenencia está regularizada y es restrictiva. Salvo por la caza, una práctica muy arraigada en determinadas zonas y muy vinculada a la gastronomía ibérica, la mayoría de la sociedad no ve en pistolas ni escopetas nada cotidiano ni atractivo. Las tragedias derivadas de tiroteos masivos como las que se suceden en Estados Unidos provocan el rechazo mayoritario de la ciudadanía e incluso la única propuesta política que se ha hecho al respecto de su legalización, que enarboló Vox, cayó por su propio peso.
Sin embargo, durante la última década ha proliferado la compraventa de armas de todo tipo en Internet. Investigadores de la Fundación Franz Weber detallan a elDiarioclm.es que actualmente hay cientos de transacciones activas en portales generalistas de artículos de segunda mano como Milanuncios.com y, en menor medida, Wallapop. De todas ellas, la mayoría se realizan desde anunciantes que se ubican en Castilla-La Mancha, una de las regiones donde la caza está más arraigada.
Son datos que esta redacción ha podido corroborar en un rastreo online. Las ofertas de venta de armas se cuentan por cientos en estas webs: pistolas de perdigones o de aire comprimido desde 50 hasta 250 euros, o escopetas, sobre todo de caza, desde 300 hasta 3.000 euros. “No parece existir ningún control real sobre estas transacciones y se utilizan excusas de lo más inverosímiles para venderlas ”, afirma esta ONG naturalista. Además, en algunos anuncios tan solo aparece reflejado el número de referencia del arma pero ningún registro oficial o documento que autorice el uso de la misma por parte de la persona que la vende o que la compra.
“No podemos hacer una comprobación real porque si es ilegal como pensamos, induciríamos al vendedor a cometer un delito y lo estaríamos cometiendo nosotros por tenencia ilícita de armas. Además, muchas de las personas afirman que las van a registrar (las armas compradas) en la Intervención de la Guardia Civil. Eso puedes ponerlo en una web o sobre el papel, pero ¿quién comprueba eso?”, alertan.
Reglamento de Armas: solo en webs especializadas
El Reglamento de Armas del Ministerio del Interior, que data de 1993, establece que estos artefactos solo pueden publicitarse en publicaciones especializadas, principalmente armerías vinculadas al sector cinegético. Concretamente, su artículo 45 establece que las armas de las categorías 1ª (pistolas y revólveres) y 2ª (escopetas y armas de fuego largas para caza mayor), solo podrán ser objeto de publicidad en revistas, catálogos o folletos especializados. En ese mismo apartado prohíbe la exhibición pública de armas de fuego y de reproducciones, salvo en las ferias o exposiciones comerciales o en los establecimientos autorizados.
En algunos de los anuncios, los anunciantes son armerías y tiendas profesionales, pero, según la interpretación del Reglamento que hace la ONG, tampoco estaría permitido, porque tendrían que hacerlo en sus propias páginas webs especializadas, no a través de portales generalistas. De hecho, en webs especializadas en armas como Compactum avisan de que las multas por anunciar armas en portales de segunda mano pueden variar entre 600 y 30.000 euros.
Ante las dudas suscitadas, desde la Fundación Franz Weber piden una regulación de estas operaciones puesto que la existencia de la venta online ni siquiera se ha incorporado al Reglamento de Armas. No está actualizado, y por lo tanto, además de la compraventa también se producen “intercambios en redes sociales”. El Ministerio del Interior sí que sanciona a anunciantes en los casos en los que se pueden identificar, pero la petición es que esa multa se dirija también a quien permite su publicación, que es la página web.
La redacción de elDiarioclm.es ha solicitado al Ministerio una valoración sobre estas cuestiones y también detalles sobre una posible actualización del Reglamento de cara a las publicaciones online, pero no ha obtenido respuesta. Sí han valorado estas operaciones en Milanuncios.com. En relación a la denuncia de la ONG, fuentes de este portal de compraventa afirman que el Reglamento de Armas exige que se presente ante la Guardia Civil la solicitud de transmisión de armas de fuego, la cual realiza una serie de comprobaciones y autoriza dicha transmisión. Es decir, esta empresa es el portal que facilita el contacto entre comprador y vendedor interesados en dicha transacción, “sin que le corresponda a la verificación del cumplimiento de estos requisitos”.
Pero pese a no intermediar en las transacciones que se realizan entre los usuarios, el equipo de de Milanuncios comenta que está “muy comprometido con el bienestar y seguridad” de los usuarios por lo que dice trabajar continuamente “para evitar la publicación de cualquier contenido ilícito o ilegal, especialmente si pone en peligro el bienestar y la salud de los usuarios”. Por esa razón, afirma que colabora estrechamente con los diferentes Cuerpos y Fuerzas de seguridad poniendo a su disposición toda la información de la que disponen, “tanto cuando nosotros denunciamos como cuando ellos nos solicitan estos datos”.
Concretamente, cuando en esta web detectan un anuncio que infringe la legalidad, aplican una serie de sistemas de seguridad automáticos que rastrean el contenido del portal al mismo tiempo que su equipo de expertos en calidad realiza “controles recurrentes” para localizar y eliminar anuncios ilícitos. “Fruto de nuestro trabajo de revisión, cada día se filtran, moderan y eliminan anuncios que incumplen nuestras políticas internas”, subrayan las mismas fuentes. Los propios usuarios, concluye la empresa, también juegan un papel muy importante, ya que “pueden reportar contenido inapropiado que hayan detectado para que nuestros agentes lo puedan valorar y eliminar si considera que infringe las normas de Milanuncios”.
No obstante, en la Fundación Franz Weber consideran que no es suficiente y hacen hincapié en que no se trata de un asunto menor. Recuerdan que a finales de 2021 un estudiante universitario compró una escopeta a través de uno de estos portales web y, tras probarla en un campo de tiro cercano, se dirigió al campus de Leioa de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) realizando una veintena de disparos en sus instalaciones.
Episodios de "atrincheramientos"
“Los episodios de atrincheramiento con armas de caza se han sucedido en los últimos tiempos”, subrayan, poniendo como ejemplo al hombre que disparó e hirió a un Guardia Civil en Oleiros (A Coruña) cuando iba a ser detenido por violencia machista, en diciembre de 2020. También al individuo que fue reducido por los GEO cuando llevaba cuatro horas atrincherado con una escopeta de caza en Valladolid o el conocido asesinato de dos agentes rurales en Aspa (Lleida) por parte de un cazador en 2017.
En este sentido, señala que el acceso a estos anuncios no dispone de filtro previo alguno por lo que “una persona menor de edad podría adquirir, de forma relativamente sencilla, un rifle o una escopeta, y recibirla sin pasar los controles pertinentes”, ya que la inmensa mayoría de los anuncios no incluyen información completa sobre la persona vendedora ni documentación de las armas.
Así, la Fundación internacional denuncia la “condescendencia institucional” con estas ofertas, donde el control por parte de las empresas propietarias es "ínfimo". Esgrime argumentos de especialistas como la psicóloga Virginia Portilla, quien recuerda que ya existen estudios que demuestran científicamente la interrelación entre los distintos tipos de violencia, “cuando un acto de maltrato hacia animales, incluso normalizado como una cacería, puede suponer un vector de violencia entre humanos”. “Tomar el maltrato animal a la ligera o como un acto aislado, contradice la evidencia científica que indica que una persona que maltrata animales pudo haber tenido este tipo de comportamiento desde la niñez", concluye.