El “efecto Mateo” o “principio de San Mateo” es la expresión con que los científicos sociales designan los efectos no intencionados, y hasta perversos, de las acciones humanas. Toma su nombre de la proposición evangélica de que ”a cualquiera que tiene se le dará y tendrá más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”. Con esta afirmación se quiere dar a entender que los grupos sociales con más recursos y poder, se benefician más que los grupos en desventaja, con menos recursos y poder. Valga como ejemplo del efecto Mateo el nuevo reparto de titulaciones que lleva a cabo la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) entre los distintos campus.
El sentido del reparto se describe en el borrador que lleva por título Mapa de nuevas titulaciones asociado a la estrategia UCLM 2020. Este borrador de nuevas titulaciones para la Universidad de Castilla-La Mancha, pretende justificar el reparto de los títulos entre los campus sobre la base de dos criterios; uno, la especialización de las provincias y el otro, la especialización por la “cartera de titulaciones” de los campus.
El documento comienza por atribuir a las provincias unos denominados “patrones de especialización”, en este sentido se habla de sectores estratégicos y potencialidades de las provincias.
Según estos “patrones de especialización” es posible sintetizar (sin pretensión de deformar) la clasificación de las provincias de la forma siguiente: industrial y de automoción (Albacete); agroalimentaria y minera (Ciudad Real); artística y cultural (Cuenca); turística y aeronáutica (Toledo).
El borrador asimismo construye otros “patrones de especialización”, en función de los recursos internos de los campus (es decir de la “cartera de titulaciones”). Según estos patrones se clasifican los campus en biosanitario y agronómico (Albacete), científico y agronómico (Ciudad Real), artístico y de comunicación (Cuenca), medioambiental, del bienestar y del patrimonio (Toledo). Pues bien, a partir de la convergencia de los dos criterios descritos se distribuye la cartera de nuevas titulaciones entre los distintos campus.
Las nuevas titulaciones han sido escogidas previamente atendiendo a su empleabilidad, nota de acceso, base investigadora y traslados de expedientes de preuniversitarios a otros sistemas universitarios. Y de acuerdo con los “patrones de especialización”, el reparto entre los campus de las titulaciones seleccionadas da lugar a la siguiente distribución de los grados entre campus: en Albacete, grados de odontología, óptica y optometría; en Ciudad Real, grado de enología y matemáticas; en Cuenca, grados de comunicación audiovisual y pscología y, por último en Toledo, turismo, nutrición, podología. ingeniería aeroespacial y estudios internacionales.
Pasando por alto unas eventuales reflexiones sobre la mayor o menor equidad del reparto, nos vamos a centrar en la definición que la Comisión hace de Cuenca. Cuando alguien que conoce Cuenca, lee los “patrones de especialización”, que el documento elaborado por la Comisión de Estrategia atribuye a la provincia y al campus de Cuenca, no puede por menos de quedarse perplejo. Porque es sorprendente y llama poderosamente la atención, lo que el citado documento no dice sobre Cuenca.
En concreto, entre los “patrones de especialización” de Cuenca no se menciona que es ciudad patrimonio de la Humanidad (como sí sucede en el caso de Toledo), ni se dice que la economía se centra sobre todo en el turismo, tampoco se hace referencia a que Cuenca tiene los yacimientos más importantes del cretácico de Europa occidental (Las Hoya y el Hueco). Y sobre la especialización interna, el documento omite que hay un grado en historia cultural y un título de especialista en gestión turística.
A la vista de este afán por ocultar las características sobresalientes y las particularidades de la provincia y del campus de Cuenca la pregunta que a uno le surge inevitablemente es: ¿por qué no se mencionan estos “patrones de especialización” que posee Cuenca? Es obvio, porque quienes tienen poder para distribuir titulaciones han decidido que el grado en Turismo, aprobado en 2010 y que se debería haber implantado en Cuenca el año 2012, había que quitarlo de Cuenca.
Por tanto, es posible afirmar que en Cuenca, además de los “patrones de especialización” arriba mencionados, el criterio que inconscientemente se ha aplicado para asignar las titulaciones, por parte de la Comisión de Estrategia de la UCLM, se inspira en el principio de San Mateo: “a quien tiene se le da y tiene más; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado (13:12)”. En virtud de lo cual, según el borrador del Mapa de Nuevas titulaciones asociado a la estrategia 2020 de la Universidad de Castilla-La Mancha, el campus de Cuenca se queda sin el grado de Turismo, aunque la sociedad perciba esta decisión como injusta y se ocasione una lamentable frustración de expectativas.
Fernando Casas - Profesor de Ciencias Políticas de la UCLM