Los nuevos análisis realizados en Polán muestran que la calidad del agua vuelve a ser apta para el consumo humano en el municipio. Así lo ha comunicado el Ayuntamiento en un bando en el que indica que los valores analíticos cumplen otra vez con la normativa vigente tras haber aplicado las actuaciones recomendadas por las autoridades sanitarias.
Fue el pasado 20 de enero cuando la Delegación provincial de Sanidad recomendaba no beber agua a la ciudadanía debido a la "descompensación en los valores durante el proceso de la cloración del agua detectado en un análisis rutinario".
En declaraciones a este medio, fuentes de la propia Delegación provincial explicaban que el problema detectado se debía a "la presencia de trihalometanos, un compuesto que se genera en el proceso de potabilización del agua por la reacción del cloro o otros desinfectantes usados con la materia orgánica aún no tratada".
Al mismo tiempo, indicaban que "al superar la cantidad o límite permitido de ese compuesto el agua no se puede consumir", por lo que notificaron al Ayuntamiento realizar una serie de acciones para bajar la presencia de este compuesto y que vayan desapareciendo del agua. "Es un problema que se produce en ocasiones, por la reacción del cloro y la materia orgánica", agregaban.
Así, este martes se tomaron nuevas muestras para analizarlas que han dado un resultado favorable para declarar de nuevo el agua apta para su consumo.