El castillo de Villalba, en Cebolla, acaba de ser incluido en la Lista Roja del Patrimonio que elabora la asociación Hispania Nostra (www.listarojapatrimonio.org) y que recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
El castillo se ha venido usando de cantera y prácticamente todas las torres conservadas han sufrido el expolio de los ladrillos situados en las esquinas inferiores de las mismas, lo que ha ocasionado una importante erosión en sus bases, según ha informado Hispania Nostra en nota de prensa.
La situación se ve agravada en la torre aparentemente mejor conservada, la suroeste, pues presenta una grieta en su unión con el muro del castillo. Además, el interior del castillo está completamente destruido. Pese a estar catalogado como BIC, el castillo se encuentra en estado de ruina progresiva.
También conocido como el castillo de Bolobras, fue entregado por Alfonso VII a la Iglesia de Toledo en el siglo XII, se encuentra situado en un cerro en el término municipal de Cebolla, aunque alejado del núcleo urbano de la localidad. El nombre de Villalba proviene de 'Villa Blanca'.
Según Hispania Nostra, existen indicios de que los romanos levantaron una fortificación que serviría para vigilar la vía Emérita Augusta, que unía Toledo con Mérida.
Se cree que los musulmanes aprovecharon esta estructura para levantar el castillo en el siglo XII, con la finalidad de tener un punto de vigilancia desde el que proteger el Califato de Córdoba de los cristianos.
La Orden del Temple
Tras la reconquista, el castillo pasó a la Orden del Temple, quien lo custodiaría hasta su disolución en el siglo XIV.
A finales de este siglo, pasaría a manos de la nobleza castellana, siendo ocupado sucesivamente por una de las ramas familiares de los Ayala, por los condes de Oropesa, por los duques de Frías y por los duques de Arión. En 1420 el castillo fue testigo y escenario de la huida del rey Juan II y don Álvaro de Luna, desde Talavera al castillo de Montalbán, al escapar del infante de Aragón, quien los tenía presos.
Actualmente, el castillo de Villalba es propiedad de los condes de Deleytosa. El Castillo de Villalba es una construcción realizada principalmente a base de cantos rodados unidos con cal y arena, reservándose los ladrillos para reforzar las esquinas de las torres y crear los típicos cajones del llamado aparejo toledano.
Es de planta rectangular y debió contar con una torre en cada una de sus esquinas, aunque la de la esquina norte es la única que se conserva.
En la mitad de cada uno de los paños se sitúan torres cuadradas de menor tamaño; en el muro noroeste, debido a que se encuentra la puerta de acceso al recinto --que es de arco de medio punto-- se construyeron dos torres, una a cada lado de la entrada.
La estructura carece de matacanes, voladizos o fosos y el antemuro se encuentra, en la actualidad, prácticamente perdido.
El séptimo monumento de la provincia en lo que va de año
Desde que comenzó 2020, siete monumentos toledanos han sido incluidos en la Lista Roja del Patrimonio. En concreto el Castillo de Carabanchel o Monreal (Dosbarrios), el Puente romano La Canasta (San Martín de Montalbán),el Castillo de Peñas Negras (Mora), la Torre y castillo de Malamoneda (Hontanar), el Castillo de Santisteban (San Martín de Pusa), el Antiguo colegio de gramáticos (Cuerva) y el Castillo de Villalba (Cebolla).