El Consorcio de Toledo anuncia la puesta en marcha de su Plan Estratégico 2030, un conjunto de acciones en las que la rehabilitación del patrimonio se convierte en una herramienta para fijar población en el Casco Histórico. Y es que la entidad pública persigue evitar que los actuales vecinos de edificios antiguos dejen sus viviendas, a la vez que rehabilita edificios patrimoniales como una nueva oferta de viviendas para jóvenes, estudiantes y familias.
El Plan cuenta con novedades como la próxima apertura y recuperación del Corral de San Diego; el lanzamiento de un nuevo paquete de ayudas a la rehabilitación que tendrán en cuenta “baremos humanos”; y el Programa Coopera, rehabilitación de edificios privados sin residentes para devolverles su uso residencial.
Así lo ha anunciado el gerente de la entidad, Jesús Corroto, quien asegura que estas iniciativas son fruto de la “colaboración y comunicación” con el tejido social del Casco Histórico de Toledo.
El Consorcio se ha nutrido de la experiencia de asociaciones, fundaciones y colectivos para dar forma a sus nuevas líneas de acción. “Ha sido muy enriquecedor palpar la ciudad y recibir en este espacio diferentes ideas y realidades con las que hemos desarrollado un plan de rehabilitación colaborativa”.
Tal y como ha asegurado Corroto, el principal objetivo de esta estrategia es preservar la vida y la riqueza del Casco con un paquete de acciones que siguen el ejemplo “de la Europa contemporánea y el urbanismo de las ciudades patrimoniales”.
Entre las novedades presentadas se encuentra un nuevo paquete de ayudas económicas para la rehabilitación de edificios en uso, es decir, en los que hay personas residiendo. “Las personas son lo más importante para que la ciudad tenga vida” aunque “la rehabilitación del patrimonio sea el objetivo prioritario”.
Las nuevas subvenciones de la entidad contarán con unas renovadas bases reguladoras de adjudicación que tendrán “baremos de patrimonio pero también baremos humanos”.
Según Corroto, el objetivo es que las personas residentes en viviendas antiguas tengan la oportunidad, y el apoyo económico necesario, para “mejorar la accesibilidad y la tecnología o para renovar patrimonialmente el edificio”. Se trata, añadía el gerente, de “apoyar a las personas que ya viven en el Casco” para evitar que se muden a otros barrios o ciudades.
Atraer nuevos residentes, el segundo paso
La ciudad necesita mantener su vida y solo podrá hacerlo si los vecinos no se marchan y si llegan nuevos. Por ello, el Consorcio ha preparado el Programa Coopera destinado a la rehabilitación de edificios privados “abandonados o en desuso, donde no hay vecinos” para convertirlos en viviendas.
“Sacaremos unas bases reguladoras para que se puedan presentar los propietarios que quieran que el Consorcio, con su sabiduría y experiencia, se haga cargo de ese edificio, no como propiedad, sino como un instrumento de rehabilitación”, ha explicado Corroto. “Realizaremos informes arqueológicos patrimoniales y arquitectónicos, y de las 7 u 8 viviendas que salgan de estas casas patio, dos pasarán a ser del propietario quien no tendrá pérdida patrimonial porque cambian un edificio en desuso por dos viviendas”.
Tal y como ha apuntado el gerente, el resto de viviendas pasarán a una bolsa de demanda pública para introducir en el Casco Histórico a nuevos residentes. Según estimaciones de la entidad, con estas acciones, “de aquí a 2030 podremos tener hasta 200 nuevas viviendas para personas que ahora no viven en el Casco Histórico pero que quieren aquí a un precio razonable”.
Esta línea de acciones se encuentra dentro de los Planes de Regeneración Urbana de las Ayudas Europeas.
“Contemplamos un tercer paso en esta estrategia: el uso de los grandes edificios en desuso de las Entidades Consorciadas”, añadía Corroto. “Estos podrían servir como grandes residencias para investigadores, estudiantes, personal digitales… que vienen a vivir en la ciudad durante periodos de tiempo cortos”.
Con estas tres iniciativas, el Consorcio pretende beneficiar a residentes, a personas que buscan alquileres y a quien está de tránsito.
El Casco contará con una nueva “ágora”
A estas novedades se suma la apertura del Corral de Don Diego. “En octubre estará saneada la plaza y estamos trabajando para que las viviendas de la Empresa Municipal de Vivienda (EMV) cuenten con uno de estos programas para que dentro de poco haya aquí un futuro de vida, familias y nueva población”.
Tal y como ha subrayado Corroto, la apertura de esta zona otorgará al Casco Histórico “un espacio abierto nuevo con sombra, de ágora, de encuentro, agradable y con un tránsito importante, como una vía alternativa a la calle Ancha”.