La mención que la ministra Teresa Ribera hizo hace unos días en Guadalajara a la “preservación de los recursos naturales” del Tajo de cara al nuevo Plan Hidrológico del río ha hecho tomar nota positiva al Gobierno de Castilla-La Mancha respecto a su petición de respetar los caudales ecológicos. En realidad, fue lo que estableció el Tribunal Supremo cuando anuló parcialmente la anterior planificación hidrológica y resulta determinante, no solo para remediar el deplorable estado de sus cauces sino para poner fin, a largo plazo, al polémico trasvase Tajo-Segura.
Ahora llega una fecha clave. Este martes, día 3 de mayo, se reúne el Consejo Nacional del Agua para aprobar el nuevo Plan Hidrológico del Tajo. Y el Gobierno de Emiliano García-Page ha decidido reunirse en la cabecera del río para decidir si lo respalda, junto con el resto de planes de cuenca de las demarcaciones hidrográficas que tiene la comunidad autónoma. La cita será en Sacedón (Guadalajara), en pleno corazón de los embalses de Entrepeñas y Buendía, donde nace el trasvase.
Según fuentes del Gobierno castellanomanchego, el voto sobre el nuevo Plan del Tajo, dentro del tercer ciclo de planificación que ha preparado el Ministerio para la Transición Ecológica, aún no está decidido. Hasta ahora, las valoraciones del Ejecutivo autonómico han sido positivas pero en todo momento ha insistido en que “no es suficiente”. Aunque ya tiene claro que rechazará otros planes de cuenca como el del Guadiana, en el caso del Tajo mantiene la duda entre el ‘sí’ y la abstención dentro del Consejo Nacional del Agua. Es decir, no votará en contra.
Tanto García-Page como el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, se han referido a esta cuestión de manera optimista. El primero señalando que este martes “puede ser un gran día” y el segundo afirmando que con ello se abre "una nueva era". ”No se puede permitir durante más tiempo que tengamos limitaciones al crecimiento y desarrollo industrial para la región cuando se está llevando agua a otros territorios“. Y más concretamente ha dicho que con este nuevo Plan se rompe esta tendencia y se abre una nueva era en la cuenca del Tajo.
Caudales ecológicos frente a trasvase
Es un ejemplo de la intención del Gobierno de García-Page de mantener la incógnita hasta el final. El propio presidente autonómico celebró que la ministra Ribera se refiriera en Guadalajara a la importancia de los caudales ecológicos, pero también ha sido crítico con el mantenimiento del trasvase, pese a las nuevas reglas de explotación, que han permitido reducir las transferencias de agua.
En el trasfondo del problema también se encuentra la situación del río aguas abajo, a su paso por Toledo o por Talavera de la Reina. Ayuntamientos, colectivos en defensa del río y ciudadanía no dudan en apuntar directamente tanto a la depuración en el río Jarama como al trasvase. Sucede así desde hace décadas y aunque muchas esperanzas están puestas en el nuevo plan de cuenca, el pesimismo sigue latente.
En esta nueva planificación, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido establecer un caudal ecológico en el río Tajo. Es decir, una cantidad mínima en su curso para permitir la subsistencia de los ecosistemas fluviales. Será la primera vez que el río más largo de la península ibérica dispondrá de este caudal asegurado ya que, anteriormente, solo se había fijado en 2016 un denominado “caudal legal” que fue anulado por el Tribunal Supremo al contravenir el mandato de la legislación europea.
Esta medida se ha incorporado en el tercer ciclo de planificación hidrológica de los ríos españoles. Con esta decisión sobre el Tajo, el Gobierno central busca dar cumplimiento a la mencionada sentencia del Supremo, que consiguió la Plataforma en Defensa del Tajo al llevar a los tribunales el todavía vigente plan hidrológico.
Ahora, prevé una implantación gradual de este caudal ‘ecológico’ a lo largo de seis años: primero un caudal medido a la altura de la ciudad madrileña de Aranjuez de 7 metros cúbicos por segundo cuando se apruebe esta planificación (2022). Después se pasaría a 8 m3/s en 2026 para acabar en 8,6 m3/s el 1 de enero de 2027. La petición de Castilla-La Mancha, por donde discurre buena parte del río, era mayor. Cuando presentó sus alegaciones en la fase anterior de la planificación hidrológica, defendió incrementar el caudal ecológico del Tajo a su paso por Aranjuez hasta los 10,86 metros cúbicos por segundo.
Trasvase a las Tablas de Daimiel y cambio climáico
A todo se suma el nuevo trasvase del Tajo al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, en Ciudad Real, para solucionar la situación de emergencia en la que se encuentra. Es el primero de estas características que se realiza en 13 años y tanto los municipios de la cabecera como el Gobierno regional lo ha apoyado como solución 'in extremis'.
El cambio climático también ha sido determinante en todo el proceso. Sus efectos se han convertido en una referencia de primer nivel para la elaboración de los nuevos planes hidrológicos. Así lo hizo constar ya la Confederación Hidrográfica del Tajo en su informe de propuestas para la revisión del plan hidrológico. Este organismo admitía en su informe que además de la problemática que conlleva la “incapacidad de la satisfacción de las demandas” en la cuenca, tiene también su afección sobre los excedentes y, por lo tanto, sobre el trasvase hacia el río Segura. “En un escenario de cambio climático en el que los recursos sean escasos en la cuenca del Tajo, difícilmente se podrá disponer de excedentes trasvasables”.
Estos factores, junto con la letra pequeña del nuevo Plan del Tajo, serán los que analice el Gobierno de Castilla-La Mancha en esta suerte de cumbre ejecutiva de Sacedón. A los pies del inicio de un acueducto construido durante la dictadura franquista, el Consejo de Gobierno decidirá si este tercer ciclo de planificación es el verdadero “punto de inflexión” que la comunidad autónoma, como cuenca cedente, necesita para recuperar su río más emblemático e importante.