El Palacio de Tavera (Hospital de San Juan Bautista) de Toledo ya es oficialmente un edificio considera como Bien de Interés Cultural (BIC) después de que haya transcurrido el plazo de información pública pertinente tras el acuerdo alcanzado por el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha el pasado 9 de octubre y no se hayan presentado alegaciones al mismo.
El Consejo de Gobierno solicitó el informe favorable de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Toledo y del Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha. En dichos informes se estimaba que deberían incluirse nuevas parcelas en el entorno, por lo que se procedió a abrir
un nuevo período de información pública mediante resolución , que se ha saldado sin alegaciones, según indica la Resolución que publica este viernes la Consejería de Educación, Cultura y Deportes en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM).
Vistos los informes y datos técnicos pertinentes, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes considera que el mencionado bien reúne los valores patrimoniales necesarios para gozar de la protección que la legislación vigente dispensa a los Bienes de Interés Cultural, por lo que entiende procedente su declaración como tal.
La fachada principal se ofrece a la calle Duque de Lerma, la oriental a la calle del Cardenal Tavera y la trasera, al norte, a la calle de San Lázaro. Por el este se extiende un amplio espacio ocupado por un jardín e instalaciones deportivas. Tavera está a tan solo unos pasos de la puerta de Bisagra y fue edificado en el siglo XVI como hospital para “los tocados de diferentes enfermedades ” y panteón de su fundador, el cardenal Juan Pardo Tavera. Su construcción abría, en 1540, el programa de renovación arquitectónica y urbanística que el círculo de humanistas que rodearon al Emperador Carlos V proyectó para adecuar la imagen de Toledo a su papel de Capital Imperial.
Es un edificio clásico de corte renacentista que también alberga el Archivo Histórico de la Nobleza, centro de titularidad estatal además de una importante colección de obras de arte -entre ellas algunos ‘Grecos’- en la zona privada del edificio, que puede visitarse y con regularidad sirve de escenario para eventos públicos y privados e incluso para el rodaje de películas o series de televisión.