El mes de noviembre es la fecha en la que los 39 conserjes del Museo del Ejército que alberga el Alcázar de Toledo tienen puestas todas sus esperanzas. Tras un largo conflicto con la empresa Proman, encargada hasta el 31 de agosto de este servicio, la situación de todos ellos sigue siendo entre “surrealista” e “inaguantable”, según han apuntado en varias ocasiones. El Ministerio de Defensa tiene previsto contratar una nueva adjudicataria en los primeros días del próximo mes y ahora confían en que esta nueva compañía haga la subrogación de la plantilla, es decir, vuelva a contratarlos.
Desde el sindicato CCOO, Carlos García Montoya explica que todo apunta a que el servicio se reabra en noviembre. “Todos esperamos con que la nueva empresa cuente con todos los trabajadores que han estado prestando este servicio”.
Actualmente, la mitad de ellos está con una rescisión de su contrato por finalización de obra y servicio, y a la otra mitad les comunicaron un permiso retribuido sin fecha de finalización, con lo que ni están cobrando el desempleo ni han cobrado lo que les debe la empresa. En total, estos últimos arrastran seis meses sin cobrar: los cuatro primeros que no pagó la anterior adjudicataria más los dos últimos (septiembre y octubre) desde que Defensa rescindió el contrato. De igual forma, los que despidieron están con demandas laborales abiertas.
Aunque Proman ya no tiene ningún vínculo con el Museo desde el 31 de agosto, sí que lo mantiene con los trabajadores a los que comunicó permiso retribuido, ya que no les ha dado de baja en la Seguridad Social, pero “no están cobrando ni de la empresa ni por desempleo”. Una situación “inaguantable” para muchos de ellos.
Mientras, el Museo del Ejército lleva sin conserjes todos los días desde el 1 de septiembre, aunque la huelga de estos trabajadores durante los fines de semana ya comenzó a principios de agosto. Por lo tanto, la entrada al museo ahora es gratuita y “se está perdiendo cinco euros por cada visitante”. Además, sin auxiliares, las exposiciones están cerradas, y solo se pueden visitar las ruinas y los jardines.
García Montoya recuerda que el conflicto laboral con Proman se inició “desde el minuto uno”, primero por no subrogar a trabajadores y segundo por despidos improcedentes y bajos salarios. Así las cosas, confían en el sindicato en que tras meses de lucha, la empresa que se haga cargo de este servicio cuente con la plantilla anterior, tenga un convenio con “condiciones dignas” y los trabajadores puedan volver a llevar una vida normal.