Castilla-La Mancha ha sido unas de las regiones españolas más castigadas por la pandemia de coronavirus. Lo ha sido en cuanto a la emergencia sanitaria y lo será, según todos los análisis, conforme a sus consecuencias sociales. Conscientes de esta realidad, en el Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de la comunidad autónoma han querido ahondar en el sentido “humano y responsable” de estas consecuencias a través de una encuesta realizada a primeros de mayo entre más de un millar de residentes en la región, y que adelantamos en exclusiva. La conciliación familiar, el duelo por la pérdida de seres queridos o la concepción de los cambios en la sociedad son solo algunos de los datos más significativos.
Este estudio se ha realizado a partir de un muestreo no probabilístico por “bola de nieve”, es decir, a través del cual ciudadanos y ciudadanas, previamente seleccionados, reclutan a otros nuevos participantes permitiendo que el tamaño de la muestra vaya aumentando. El objetivo es explorar cómo se ha sentido la población de Castilla -la Mancha durante el confinamiento, con un error muestral del 3,1%
Del total de personas que han respondido, el 62,1% son mujeres, y el 37,9% restante, hombres. Tienen una edad comprendida entre los 18 y los 81 años, siendo la media de edad de 43,7 años.
Según los resultados obtenidos, en el 56,8% de los casos, la población castellanomanchega no ha sufrido despido laboral como consecuencia del estado de alarma. El 13,8% son autónomos, el 11,2% se encontraba ya en situación de desempleo, el 6,2% son estudiantes y el 12,1% manifiesta tanto en su caso como en el de su pareja, o ambos, que han sido despedidos.
¿En casas con exteriores o en casas interiores?
Mientras que el 42,8% de los encuestados vive el confinamiento en casas, pareados o chalet con jardín o patio, y el 38,8% en pisos con balcón, terraza o patio, el 18,4% lo está pasando en pisos o casas sin este tipo de salidas arquitectónicas al exterior. En cuanto al número de personas que residen en el mismo hogar, el 48,9% convive estos días con tres o más personas; el 19,4% vive con dos personas, además de la encuestada; el 23,8% con una persona, y el 7,3% declara vivir solo o sola. El 3,5% tiene alguna hija o hijo con discapacidad, y el 10,5% tiene alguna persona mayor a su cargo habitualmente.
La encuesta se centra por otra parte en los aspectos de salud. Si bien el 60,8% mantiene no tener constancia de haberse contagiado del virus, y el 29,4% no haber estado enfermo, el 11% ha convivido estas semanas con alguien que sí ha padecido la enfermedad y el 30,1% tiene algún familiar que padece o ha padecido la enfermedad, aunque no vivan juntos. El 10,4% de las personas que han respondido la encuesta manifiesta que ha fallecido algún familiar por coronavirus, y el 8,9% que ha perdido algún familiar durante estos días, pero de otra enfermedad.
En este punto, el Colegio de Sociología se ha centrado en un aspecto muy concreto, como es el de la despedida de familiares o amigos. Apuntan que estas muertes están dejando secuelas importantes, ya que la despedida del ser querido no puede realizarse como venía siendo habitual, afrontando el duelo “sin derecho a una digna despedida”.
Otra cuestión analizada es el trabajo en casa con motivo del confinamiento y cómo ha afectado a la situación familiar. Durante el tiempo que se pasa en el domicilio, muchas familias tienen que compaginar el teletrabajo con la atención a las tareas escolares de sus hijos y la realización de las tareas domésticas. En términos generales, se puede concretar que, en el caso de encontrarse teletrabajando, en el 15,6% de las familias lo hacen los dos miembros de la pareja, en el 15,1% solo teletrabaja la mujer, y en el 11,8% solo lo hace el hombre.
En cuanto a las tareas escolares se refiere, si bien el 25,4% declara atender conjuntamente las tareas de sus hijos, destaca el 15,9% de las familias en las que solamente se encarga la mujer de las tareas escolares frente al 2,6% de las familias en las que se encarga solamente el hombre. Por su parte, la mayoría de las familias, el 61,7%, se reparte el trabajo doméstico entre la pareja, si bien en el 19,2% de las familias solamente realiza las tareas domésticas la mujer, frente al 3,2% en las que se encarga de estas solamente el hombre.
A su vez se les ha preguntado a los/as encuestados/as en qué medida temen que esta situación de crisis sanitaria puede perjudicar a diferentes ámbitos de su vida, relacionados con el trabajo, la salud o los estudios. Lo que más preocupa a los castellanomanchegos en esta situación es no ver a sus familias (70,4%), seguido de la salud familiar (48,7%), la economía familiar (44,6%), el propio trabajo (44,4%), la propia salud (40,1%), los estudios de sus hijos (35,9%), el trabajo de sus hijos (25,4%), y los propios estudios (12,9%).
Todas estas circunstancias, más la propia visión de la gravedad de la situación, provoca que el 95,5% opine que el coronavirus tiene un nivel de gravedad alto (23,7%) o muy alto (71,8%).
Más sentimientos y emociones
Cuando se pregunta a la ciudadanía de la región qué sentimientos o emociones han experimentado estas semanas, desde el estado de alarma, la mayoría mantiene haber sentido muchas o bastantes veces: incertidumbre (70,4%), también empatía (68,7%), enfado (57,7%), tristeza (53,4%),y frustración (51,0%). La situación de la mujer en muchas de estas familias, compaginando teletrabajo, tareas domésticas y atención a las tareas escolares de sus hijos está produciendo mayor grado de ansiedad.
¿Y cómo nos hemos comportado durante el confinamiento más estricto? Los castellanomanchegos sí estamos cumpliendo, con carácter general, las medidas de contención ya que antes de la fase 0 por el estado de alarma se han acatado las restricciones impuestas para no salir de casa a excepción de las situaciones permitidas. Solo un 6,5% reconoce no haber cumplido alguna de estas medidas.
En cuanto a cómo valoran las medidas aprobadas por todas las administraciones, entre las acciones más apoyadas destaca la creación de hospitales de campaña, con un 97,4% de respaldo de los encuestados; la suspensión total de la cuota de autónomos, con 89,7%; el cierre de todas las fronteras, con el 88,7%; y la suspensión del pago de hipotecas y alquileres (solo de la primera vivienda), con el 85,7%. Otras medidas, aunque han sido apoyadas, presentan porcentajes más bajos, como es el caso del aumento de policías y militares en las calles vigilando que nadie se salte la cuarentena (un respaldo del 69,4% de la población); el cierre de empresas, con el 66,7%; la renta mínima garantizada, con el 66,4%; y la limitación total de movimientos de las personas, con un 58,5%.
Entre los aspectos que, en todo este tiempo, consideran más irracionales destacan el no haber proporcionado equipos de protección individual a profesionales, sobre todo a los del ámbito sanitario y socio-sanitario; el no obligar a toda la población a usar mascarilla cuando se sale de casa; y la no realización de los test de diagnóstico a toda la población y especialmente a los profesionales sanitarios y socio-sanitarios.
El Colegio de Sociología considera además “muy significativo” el que no se hayan previsto medidas para que las personas enfermas en hospitales, a punto de morir, puedan recibir visitas de familiares, al igual que los entierros limitados a tres personas “sin tener en cuenta que hay familias que tienen más de dos hijos y por lo tanto todos ellos no han podido despedirse dignamente”. La población participante en el cuestionario cuestionario ha echado en falta “el factor humanización del trato dado desde las instituciones a las familias de los enfermos hospitalizados y fallecidos, incluso aunque no hayan muerto por coronavirus”.
Finalmente, también destacan los sociólogos y sociólogas, a la luz de este estudio, que es importante aprender de los errores cometidos y seguir cumpliendo las medidas sanitarias y no sanitarias. Al preguntar a los encuestados en qué medida creen que esta situación nos ayudará a mejorar como sociedad se aprecia “cierto halo de positividad”: un 21,1% considera que nos hará cambiar bastante nuestras actitudes; y el 47,8% opina nos hará cambiar algo, aunque no sea mucho. Solo el 2,1% considera que habrá grandes cambios en toda la sociedad y que todo irá a mejor. Sin embargo, el 18,6% afirma que seguiremos comportándonos exactamente igual y el 10,4% que no solo no cambiará nada, sino que iremos a peor.