Del encuentro personal que hace 15 años tuvo en Malmö (Suecia) con el músico iraní Reza Shayesteh, que le sirvió para adentrarse en la cultura persa, la intérprete y compositora Ana Alcaide ha lanzado su nuevo disco 'Ritual', que pondrá en escena este sábado, 30 de abril, en el Teatro de Rojas de Toledo.
Se trata del sexto álbum de Alcaide, una invitación al recogimiento, a descubrir espacios internos no transitados y a buscar puntos de unión por medio, incluso, de un lenguaje inventado que se entrelaza con el farsi, tal y como ha relatado la artista en una entrevista con Europa Press.
Este sábado estrena en el Teatro de Rojas 'Ritual'. ¿Qué va a encontrar el público en este último trabajo?
'Ritual' es algo diferente a los trabajos anteriores. Han pasado casi seis años desde el anterior disco, 'Leyenda', y he recorrido mucho desde entonces. La propuesta escénica que estrenamos en el Teatro de Rojas y en Madrid es un viaje, yo digo que por las 'Mil y una noches', con danza, poesía y música persa. No es meramente un concierto, sino una experiencia más completa para viajar hacia un mundo lejano, pero a la vez interno. Es una invitación a un encuentro personal.
'Ritual' tiene dos lecturas. Una más externa, que se da tras mi encuentro con el músico iraní Reza Shayesteh y esa inspiración por la cultura, la poesía y los instrumentos persas, lo que tiene ese halo oriental, ensoñador, evocador. Y luego tiene una lectura más interna, que tiene que ver con el encuentro con uno mismo y con poner la atención en los pequeños gestos cotidianos que todos tenemos en nuestro día a día y permiten dirigir nuestro destino. En esta época, en la que se nos está poniendo a prueba de manera muy evidente, es importante reafirmar lo que uno es, no dejarnos llevar por los miedos, las inseguridades y tomar el poder. 'Ritual' es una invitación a recordar ese poder.
En estos tiempos convulsos y de enfrentamiento, ¿'Ritual' es una llamada al entendimiento?
Es un claro mensaje a tender puentes y sitios de unión, porque tenemos mas en común que lo que nos separa. Pese a que en el mundo actual se nos haga creer que cada vez tenemos más divisiones y distancia, es importante volver a sentir que hay mucho más que nos conecta. En este cometido, la música y el arte son una buena herramienta para ofrecer esa verdad a través de la experiencia emocional que supone ir a un concierto o escuchar una canción. En 'Ritual' yo canto en una lengua que me invento para conectarme con Reza, que canta en farsi. Se trata de unir nuestras voces y explorar algo más instintivo, dejar que la voz vaya por caminos no establecidos.
Desde el anterior trabajo ha pasado mucho tiempo y una pandemia que ha desbaratado el orden mundial. ¿Cómo ha afectado esta crisis a la elaboración del disco?
Me encuentro en otra fase de vida. Desde el disco 'Leyenda' he tenido dos hijos más en este periodo. También ha cambiado mucho el mundo de la música. 'Ritual' ha surgido de la idea ambiciosa de encontrarme con Reza. Con la pandemia empecé a trabajar las canciones de otra manera. Me fui al estudio, me encanta el mundo de producción e investigar sonidos. Por eso es un disco muy trabajado, y con una dimensión más profunda de lo que iba a ser en inicio. Ha sido un proceso muy reposado y complejo en lo logístico, porque implica la presencia de Reza, que vive en Suecia, de otro músico de Irán y otro que viene de Estados Unidos.
Ha elegido Toledo como punto de partida de esta nueva andadura. ¿Qué supone esta ciudad para usted?
Toledo es la ciudad en la que me ubico. Empecé haciendo música inspirada en Toledo, la música sefardí. He tocado otras inspiraciones, me he ido a las leyendas, ahora al mundo persa místico, pero Toledo sigue siendo mi punto de anclaje, donde he decidido vivir. Aunque haya cambiado mi espectro de inspiraciones, no la cambio. Es una ciudad que me abrazó. Sentí que me acogió enseguida y me sigue inspirando día a día.
Su presencia en el entorno de la catedral tocando con su nyckelharpa se ha convertido en habitual. ¿Qué significa para usted tocar en calle?
Es un acto de servicio. Quiero compartir lo que sé hacer y los fines de semana que no tengo conciertos busco un entorno que me inspire, no me pongo a tocar en cualquier sitio. Es como si a través de mí o de mi música estuviera reviviendo las memorias guardadas en esos lugares. La calle es mi escuela, siempre lo ha sido y, aunque he alcanzado otros espacios, como teatros o festivales, la calle es una dosis de realidad. Es como volver a lo que soy yo en esencia. Además, en la etapa vital en la que estoy, en plena crianza, cuando salgo a tocar es una forma de reencontrarme conmigo misma, me da mucha paz.
La gira que inicia este sábado le llevará a Malmö, ciudad Sueca en la que sitúa el germen de 'Ritual'.
La nyckelharpa me llevo a estudiar música hasta Malmö hace 15 años. Allí conocí a Reza, que me enseñó esta música y entre nosotros se estableció una relación yo diría que de hermandad. Le siento como un hermano mayor. En mi trabajo 'La cantiga de fuego' ya tuvo una colaboración, y en este trabajo he querido extender esta semilla, que se quedó pendiente. En este tiempo ha cambiado mi capacidad de dar dimensión de disco a este proyecto, compartir su belleza y hacerla pública. Es un autoregalo. Reza es el invitado musical más importante. He querido hacer las canciones pensando en su voz. Es un trabajo muy a su medida. Lo veo como si fuera el sacerdote que entra en mi templo musical para procesar la ceremonia conmigo.
¿Cómo acoge el publico sueco, del que ha tomado su instrumento, su música?
El nórdico, en general, es un público muy abierto a otras culturas, otras fusiones, otras lenguas. En Suecia hay muchos inmigrantes. En el caso del Malmö, un tercio de su población es inmigrante o descendiente. Hay una mezcla cultural muy importante. Siempre he sentido que acogen muy bien las fusiones, aunque hay gente más purista que defiende lo propio.
En su carrera, la renovación es una constante. Ha transitado por la música sefardita, las melodías indonesias y ahora se ha sumergido en la cultura persa. ¿Qué otros estilos tiene en mente?
Soy melómana y, como tal, siempre me siento atraída por otras músicas. Tengo un montón de inspiraciones. Las músicas cuajan en función de las circunstancias. Quizá ahora me apetezca encontrarme con una Ana más del pasado. La maternidad y los cambios en mi vida personal me han hecho verme limitada en el crecimiento. No lo digo como algo negativo pero, con todo lo que tengo encima, el lado de esa Ana más íntima no lo he tocado tanto. 'Ritual' responde a un aspecto de mí distinto, pero no supone una evolución artística en mi estilo. Por eso, quizá me apetezca volver a ese punto de la Ana que empezó y ver lo qué tiene que decir ahora. Ya veremos.
Puedes consultar todos los detalles de la presentación del nuevo disco de Ana Alcaide en nuestra Agenda Cultural.