- Sobre la pandemia: "Hemos cambiado totalmente el ritmo tan acelerado de vida. El problema es que nos pensemos que fue una mala pesadilla, y el virus sigue ahí"
- Medidas que presentará en el próximo pleno: "Hay un montón de pequeños empresarios, en su mayoría autónomos, que a quien venden es al turista. Hay que mirar por ellos también porque lo tienen muy difícil"
- "He apoyado medidas de IU Podemos. Si son buenas para los toledanos por qué no las vamos a apoyar, e ideológicamente estamos en polos opuestos, pero si son buenas no tenemos inconveniente"
María de los Ángeles Ramos Fernández, portavoz del grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Toledo, está viviendo esta legislatura su primera experiencia como política en la capital regional. Desde el pasado mes de noviembre sustituye a Alberto Romero al frente de la formación que consiguió dos concejales en las pasadas elecciones municipales. Sin embargo, tras la salida de Luis Miguel Núñez del partido -ahora concejal no adscrito-, Ramos es la única representante de Vox en el Consistorio.
Este lunes, 15 de junio, se cumple el primer año de la actual legislatura y en toledodiario.es hemos entrevistado a los portavoces de todos los grupos municipales del Ayuntamiento para hacer balance, conocer las prioridades de cada formación de cara a los próximos tres años y saber cómo han afrontado también de manera más personal la pandemia de la COVID-19 los representantes políticos de la ciudadanía.
Pregunta: ¿Cómo ha vivido estos meses de pandemia? ¿Ha tenido que lamentar la pérdida de algún familiar o ser querido?
Respuesta: De familiares gracias a Dios no pero sí la de un amigo. Fue muy rápido, empezó con síntomas un viernes y el lunes estaba enterrado. No dio tiempo a nada. Fue de los que murió en casa y se imagina uno que tampoco contabilizará en las cifras de fallecidos al no haber tenido ni prueba de COVID-19. Era concejal de Vox en Ugena.
Tengo cuatro hijos y lo he llevado yo peor que ellos. Los jóvenes se adaptan más fácilmente que los mayores. A mí me ha costado mucho. Más que el estar encerrada, el salir a la ventana y al balcón y sentir ese silencio. Era aterrador, se te ponían los pelos de puntos, de estar acostumbrados a esa vorágine de vida... fue algo que me impresionó bastante. Desde el día 9 de marzo tuve que autoaislarme y cuando pude salir a hacer la compra por primera vez, ya en abril, me llamó mucho la atención ver estanterías vacías, aunque quizás fue por las hora a la que fui pero me impactó.
Esto era inimaginable, te cambia el concepto de todo. Hemos cambiado totalmente el ritmo tan acelerado de vida. El problema es que nos pensemos que fue una mala pesadilla, y el virus sigue ahí. Al personal sanitario, y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, los han mandado a una guerra con tirachinas. No han tenido los medios necesarios, no digo para atajarlo pero sí para poder trabajar y que no se contagie la cantidad de profesionales que se han contagiado. Ha sido lamentable, no se han tomado las medidas necesarias en los momentos necesarios. Pedimos en su momento que se cerraran las fronteras y se nos echó todo el mundo encima.
¿Qué balance hace de este primer año de legislatura y de su primera experiencia como concejala en el Ayuntamiento?
Al igual que en España, llevamos un año un poco extraño. Tomé posesión el día 7 de noviembre, nos estrenamos con los presupuestos y presentamos 18 enmiendas. También presentamos -antes de la pandemia- una moción para modificar el reglamento del pleno y tener la posibilidad del voto telemático, quién iba a decir que íbamos a necesitarlo un mes y poco después. Nos lo echaron para atrás porque no miran el fondo de la propuesta. Se piden cosas coherentes y de sentido común. En el último pleno, presentamos tres planes estratégicos fiscales y de lucha contra la COVID-19, y una lista de medidas para la hostelería. Tampoco lo apoyaron.
¿Se sienten discriminados?
No, no. Cada uno va a defender sus ideas políticas o sus planes económicos. Discriminados en ningún momento pero sí se echa de menos que se mire el fondo de las cuestiones que se plantean y no las siglas que las presentan. Yo he apoyado medidas de IU Podemos. Sí son buenas para los toledanos por qué no las vamos a apoyar, e ideológicamente estamos en polos opuestos, pero sí son buenas no tenemos inconvenientes en apoyarlas. No miramos las siglas de quienes las presentan sino lo qué presentan y si es bueno para Toledo y beneficia a los ciudadanos.
¿Cuál considera que ha sido la mayor aportación de su grupo en este primer año?
Que se haya aprobado, poco porque no nos aprueban nada. Nosotros trabajamos por los toledanos, por Toledo y por quienes depositaron la confianza en las urnas en nuestro proyecto y en nuestras siglas. Personalmente, debido a la premura y, por qué no decirlo, al no haberme encontrado nunca ante una situación así, haber presentado 18 enmiendas a los presupuestos de este año. Nuestra postura más cómoda podría haber sido una enmienda a la totalidad.
Y ahora, frente a los demás, que es el 'y tú más' y no presentan nada, pues el equipo de Gobierno ha presentado la mayoría de medidas impuestas por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), independientemente de que no sean tomadas en consideración, hemos intentado dar solución al problema tan enorme que tenemos con esta crisis económica, sanitaria y social.
De cara al próximo pleno, que aún no se ha convocado, hemos registrado también una serie de medidas para el sector turístico, a ver si podemos hacerlas extensibles a aquellos comercios que se dedican a la venta de 'souvenirs' y están más enfocados al turismo. Parece que el turismo solo influye a las visitas de monumentos, la hostelería o las empresas dedicadas a las guías turísticas pero hay un montón de pequeños empresarios, en su mayoría autónomos, que a quien venden es al turista. Hay que mirar por ellos también porque lo tienen muy difícil.
¿Cuáles son a su juicio las cuestiones más relevantes en las que tiene que trabajar el Ayuntamiento en los próximos tres años?
Según las circunstancias que tengamos. Esto hace cuatro meses era impensable. Está pendiente un POM para la ciudad, no se pueden seguir haciendo parches, hay que intentar que los barrios no estén aislados y mejorar la intercomunciacíon entre los barrios.
Si nos remontamos al mes de enero, en nuestro ritmo de vida anterior, pues no se puede por ejemplo tener autobuses que no pasen por determinados barrios con mayor frecuencia. Hay que darle una vuelta a la movilidad y que no haya barrios aislados en este sentido.
¿Si se volviesen a celebrar elecciones, cree que Vox mejoraría los resultados del pasado año en Toledo?
Creo que sería otro resultado totalmente distinto. En las últimas generales hubo una gran subida de votos, si bien es cierto que las generales no tienen nada que ver con las municipales y no se vota lo mismo, pero yo considero que subiríamos bastante. Teniendo en cuenta además la convulsión política en cuanto a determinados grupos que no tienen claro hacia donde van, ni donde vienen ni donde se quedan. Hay gente descontenta o que con determinadas decisiones políticas de otros grupos que igual no se siente identificada. Creo que habría un aumento considerable y un baile de números considerable en todas las formaciones políticas por el descontento.
Se ha hablado mucho estos meses sobre si con esta crisis saldremos siendo mejores personas o mejor sociedad. Tras los broncos episodios que vemos en el Congreso en las últimas semanas, ¿cree que la sociedad saldrá con una mejor clase política?
Sinceramente, no sé si vamos a salir mejor como sociedad o nos vamos a quedar cómo estábamos. Ha llegado a un punto de crispación... lo ideal sería que saliésemos todos reforzados como sociedad y como personas, pero no sé si algunos permitirán eso. Es un poco complicado.
¿A qué se refiere con que algunos no lo permitirían?
No se puede acusar a nadie porque opine distinto a ti diciendo que vas a dar un Golpe de Estado y ser un déspota, estar en una comisión y que tengan que poner un cartel porque la señora presidenta hace caso omiso cuando se está acusando a la Guardia Civil de tortura cuando quien habla pertenece a una banda de asesinos. Estoy hablando de situaciones en el Congreso que no se pueden permitir ni se pueden tolerar. Hay que hacérselo mirar, primero como personas y luego ya podemos hacerlo extensible a la sociedad.
¿Vox no tiene que hacérselo mirar con algunos debates de los que ha levantado?
Una cosa es que se levante debate porque uno defienda sus ideas. Tú puedas discrepar y opinar totalmente lo contrario y lo opuesto a lo que otro pueda decir y por eso no tienes que insultar al que tienes enfrente y decir mentiras ni acusar a nadie de nada. La discrepancia política y la democracia se basa en eso, en que cada uno podamos expresar libremente lo que piense pero sin traspasar ciertos límites.
Brevemente, ¿podría valorar el papel de cada grupo municipal y del concejal no adscrito en este primer año de legislatura en el Ayuntamiento?
Cada uno vamos a defender nuestra postura política y cada uno trabaja en esta línea. Cada partido con la suya y el no adscrito pues con sus principios. Nosotros estamos en nuestra línea del sentido común. Cada uno defiende su ideología y su postura en la medida que le dejan y puede en cada momento.
¿Cuál es el evento que más ha disfrutado en la ciudad en el último año y cual es el que más echa de menos de los que no se ha podido celebrar o no vaya a poderse realizar por la pandemia?
Se ha vivido de forma distinta pero el Corpus es el Corpus y la verdad que este fue difícil, contradictorio. Lo estabas viviendo (en la misa y la procesión que se realizó dentro de la Catedral) pero se echaba de menos. Fue realmente cuando tomé conciencia de que esto ha venido y que se va a quedar mucho tiempo. Nos ha cambiado la vida.
Era un momento especial para mí que me hubieses gustado vivir como en cualquier otro año de los anteriores, también por la experiencia de hacerlo por primera vez como concejala. Me quedó esa sensación de que esto no parece que se vaya a terminar tan pronto. Todos separados, con mascarillas, con el aforo reducido... fue una sensación muy extraña. Fue muy bonito pero me quedé con un sabor de boca raro.
Del resto de actos a los que he acudido, entregas de premios, honores y distinciones, me quedo también con el Día de la Inmaculada en la Academia de Infantería, que no había estado nunca y me resultó muy bonito, fue un acto emotivo.