El Gobierno de Castilla-La Mancha continúa los contactos en defensa de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) a nivel europeo para artículos artesanales e industriales. Con esta normativa se espera dificultar las falsificaciones de productos emblemáticos de la región como la cuchillería de Albacete; la cerámica de Talavera y Puente del Arzobispo; la espada y el damasquinado toledano; los encajes de Almagro; el mimbre de Cuenca o Priego; o el oficio de Lagartera.
Así lo ha trasladado la directora general de Asuntos Europeos, Virginia Marco, en la reunión del Observatorio de Artesanía y en su encuentro con el director de la de la Oficina Española de Patentes y Marcas, José Antonio Gil Celedonio, que tenían lugar esta semana.
En sendas citas, la representante del Gobierno castellanomanchego ha reiterado la necesidad de que las distintas administraciones “estemos unidas en una cuestión de justicia y de interés común como es la protección a nivel europeo de los productos artesanales".
Además, según Marco la normativa conllevaría otros beneficios como, por ejemplo, económicos, legales y territoriales; la revitalización de las zonas rurales, mediante la diversificación económica rural; el aumento del turismo; la promoción del territorio; y la transparencia de cara también al público.
Desde el año 2015 el Ejecutivo de Emiliano García-Page viene solicitando la necesidad de que Europa regule esta figura de protección, de la que ya disponen los productos agroalimentarios.