“Quiero pensar que hemos, entre todos, evitado muchísimos casos” de asesinatos machistas. Tras casi 25 años trabajando con violencia de género, la agente de la Policía Nacional Cristina R.P, considera “injusto” que se crea que los efectivos van a poner en duda a las víctimas del machismo que decidan acudir a ellos para pedir ayuda.
Según la también jefa de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en Toledo, nos encontramos ante una “falsa”. “Es una información muy vendible pero eso de poner en duda a la víctima no es cierto”, asegura.
“Evidentemente, como en todos los trabajos, puede haber profesionales que lo hagan peor por lo que si se da el caso se da en la misma medida que cualquier otro profesional no pueda hacer bien su trabajo, pero no es algo extendido”, mantiene.
Y es que, según la agente en el protocolo ante casos de violencia de género “todo está pensado para que tras la denuncia, en la mayoría de las ocasiones el paso siguiente sea detener a ese hombre o investigarle. ¿Dónde está el cuestionamiento? Si se hace en algún momento es por algo muy justificado”.
Tal y como detalla Cristina, la Policía Nacional atiende a las víctimas, independientemente de si denuncian o no, ofreciéndoles “asesoramiento nuestro y jurídico”. “Nos cuenta su situación y sus temores, lo que ella quiere, la ponemos en contacto con un abogado especializado y le informaremos de los pasos que siguen a una denuncia y de los derechos que tiene como víctima de violencia de género, entre ellos ayudas o recursos de acogida”.
Se trata de pasos que todo agente debe seguir. “La policía tampoco cuestiona a las víctimas cuando denuncian violencia sexual. Eso es muy doloroso para quienes trabajamos en esto y conocemos los pormenores de las investigaciones”, añade la jefa de la UFAM. “Como solo nos fijamos en los fallos, no podemos valorar ni enumerar los asesinatos que se han evitado: hemos protegido a las víctimas, les hemos informado, ellas se han podido sentir más seguras, han dado pasos para denunciar y luego no retirar la denuncia”.
Sin embargo, Cristina es consciente de que “el sistema no es infalible”. “Cuando hay un caso de asesinato machista personalmente me solidarizo muchísimo con los policías que lo lleven porque, hayan hecho lo que hayan hecho, su trabajo se va a cuestionar a partir de ese momento”.
“No podemos meter a todos en la cárcel”
El área de protección de la UFAM en Toledo está dirigida por Fernando H. G, quien al igual que Cristina cuenta con una amplia especialización en violencia de género. Tras 14 años de experiencia en esta unidad, asegura que la única solución para no registrar ni un asesinato machista sería “meter a todos en la cárcel, pero no podemos”.
El agente coincide con su compañera al afirmar que destacan más los fallos policiales que los aciertos.
“Ojalá tuviéramos la respuesta para decir qué ha fallado y cómo lo vamos a subsanar”, añade la jefa de la UFAM. “Lo que podemos asegurar es que cuando falla el sistema, al que ha fallado o al que ha podido cometer una negligencia, se le piden responsabilidades”.
Cristina insiste en dejar claro que “no todo es un fallo de quien tiene que proteger”.
“Todos los policías, desde el que está en la calle, desde el que recibe la llamada, desde el que está en la oficina de denuncias, desde nosotros que hacemos la investigación, desde ellos que están en la protección, el juzgado que adopta una medida… todos tenemos interiorizado que esto es prioritario y ponemos la carne en el asador que tenemos para tratar de proteger a la víctima”, subraya.
Toledo capital: 16 años sin un asesinato machista
“No es mérito nuestro, es mucho más de la sociedad, pero en Toledo capital llevamos 16 años sin un asesinato machista, y antes no había datos. Y agresiones graves habrá habido 2 o 3”, recuerda Fernando quien destaca cómo solo “si pasa algo malo cualquiera dice que la Policía no hizo nada”.
“En muchos casos, nos llaman contándonos que en la casa de al lado podría haber un caso de violencia machista y nos personamos pero al día siguiente no encuentras ni un testigo ni nadie que hable”, explica.
Creer y proteger a las víctimas de violencia de género se convierte así en una responsabilidad social que en muchos casos dependerá del lado en el que se esté. “El familiar o amiga de la víctima, sabrá que la Policía la ha atendido bien, informándola y haciéndole un seguimiento, sin embargo, si hablamos de los conocidos del denunciado les puede parecer injusta la actuación policial”.