Un total de 8.051 hectáreas dañadas, 5.392 de ellas en Toledo, y una pérdida de en torno a un 10% en la cosecha de aceite, es el balance del temporal Filomena que el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo ha expuesto hoy en la Comisión de las Cortes regionales para analizar las consecuencias de este temporal que afectó a la región en la segunda semana del pasado mes de enero.
Según estos datos, la provincia más afectada es Toledo, dónde Filomena se dejó sentir con mayor virulencia, así como el cultivo del olivar, ya que la cosecha estaba en plena campaña de recogida cuando se produjo el temporal de nieve y de heladas posteriores.
Según los datos de los siniestros declarados desgranados por el consejero los daños afectan a 3.445 parcelas de Castilla-La Mancha, lo que supone una superficie de 8.051 hectáreas. Los daños están repartidos por varios cultivos, a excepción del olivar que acapara las 5.523 hectáreas de los daños declaradas por agricultores con seguro en la región.
Por provincias, es Toledo con 2.342 parcelas que suponen 5.392 hectáreas del total en la región la más afectada. En cultivos herbáceos, se han declarado daños en 954 hectáreas; 661 hectáreas en ajo; 447 hectáreas en viñas; 282 hectáreas en hortícolas y 184 en frutos secos.
Según el consejero, “el olivar es el cultivo más afectado por las nevada y heladas, sobre todo en la Mancha toledana donde aún quedaba parte por recolectar, el daño es por reducción de cosecha, perdida de calidad de cosecha y daños a futuro por daños en ramas y arboles”, en este último caso hay que esperar para ver las consecuencias definitivas, aunque Martínez Arroyo ha señalado que cree “que los daños por muerte de árboles serán pequeños pero puede que haya un perdida de rendimiento en los próximos años”.
En lo que respecta a la cosecha de aceite de oliva, la previsión antes del temporal estaba en las 120.000 toneladas de aceite en la región, y los datos señalan que habrá una reducción entre las 10.000 y 15.000 toneladas de aceite de oliva. Con estos datos, la cosecha se quedará en torno a las 100.000 toneladas, “que es la media de los últimos años”, ha manifestado Martínez Arroyo.
Los problemas en el resto del cultivo son mucho menores. Se han producido algunos problemas en almendro, pistacho y viñedo, pero mucho menores por el tipo de cultivo leñoso, por las zonas y por su capacidad mayor que el olivar para aguantar temperaturas bajas, según el consejero.
En cuanto a cultivos herbáceos, el consejero ha apuntado que puede haber algunos daños en las partes vegetativas del cultivo en comarca La Mancha, provincia de Cuenca y Albacete, en algunas variedades, ya que en otras aún no estaban plantadas y no se han visto afectadas.
En la ganadería, según estos datos, ha habido daños en algunas explotaciones por caídas de techos de las naves ganaderas, sobre todo en la provincia de Toledo, y algún caso puntual en Guadalajara y Albacete y dificultades para alimentar al ganado, para llegar a los lugares en los que se encuentra la explotación, que se intentaron solventar con la implicación de todas las administraciones implicadas.
También el consejero ha mencionado problemas en algunas industrias agroalimentarias por dificultades de acceso por la nieve a los polígonos industriales que también se solventaron de manera inmediata.
Balance positivo
No obstante, para Martínez Arroyo el balance “tiene que ser positivo porque es un aporte de agua excepcional que para algunos cultivos va a suponer una solución a la producción y rentabilidad cuando llegue el momento de recolectar el fruto, sobre todo viñedo, pistacho y almendro”, ha señalado.
Así, ha realizado un balance de los aportes de agua que las precipitaciones han dejado en las cuencas y los pantanos de la región, que para el conjunto de Castilla-La Mancha ha supuesto una aportación de un 11% de agua más que antes de la nevada.
Por cuencas, para la del Tajo, ha aumentado en 283 hm3 (hectómetros cúbicos), lo que supone un 4,2% más de acuerdo, así los embalses de cabecera se encuentran al 27.8% de su capacidad, que está por encima de la media de los últimos diez años. “En apenas un mes y debido a las nevadas han aumentado en 84 hm3, un 13% más que antes de las precipitaciones”, ha señalado Martínez Arroyo.
Los pantanos de Burguillos y San Juan en Toledo están al 80% de su capacidad, lo que permite afirmar que tanto el abastecimiento como las necesidades de los agricultores están garantizados este año.
También el pantano de Beleña ha subido al 83% de su capacidad y está a punto de verter agua al cauce y el del Alcorlo ha aumentado un 11%.
Respecto a los caudales, han aumentado de manera clara sobre todo a su paso por Toledo y Talavera que están con 134 metros cúbicos por segundo en Toledo y 165 a su paso por Talavera, lo que supone un aumento de unos 50 m3 por segundo.
Por lo que respecta a la cuenca del Guadiana, el embalse de Peñarroya se encuentra completamente lleno y está soltando agua en estos momentos, “lo que es muy importante porque nos hace prever que acabará llegando a las Tablas de Daimiel”, ha apuntado el consejero.
También Cigüela y Záncara han mejorado y llevan agua en poblaciones a las que hace años que no llegaba como el caso de Quintar de la Orden, la Pueblo de Almoradiel o Socuéllamos.
Por lo que respecta a la cuenca del Segura, la mejora es muy clara, lo datos muestran mejora de todos los embalses con previsión de que sigan aumentando, ha señalado el consejero. También hay mejora en el Júcar, que en su conjunto ha aumentado.