En estos días en que el río Tajo ha vuelto a estar en boca de todos con motivo del debate del dictamen sobre el agua en el Parlamento Europeo, conviene echar la vista atrás. Así lo ha hecho el portavoz de la Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche, Miguel Méndez, colectivo impulsor de la petición europea que desembocó en ese informe. En su blog La Mejor Tierra de Castilla, recopila una serie de fotografías sobre el estado de este río cuando era apto para el baño y en los márgenes de sus riberas en Toledo y Talavera no había cieno y aguas fecales.
"El Tajo de las arenas de oro como lo describía Cervantes, era un río como todos, con sus crecidas y sus avenidas que limpiaban los fondos y las orillas descubriendo sus arenales para el disfrute de los bañistas", explica Méndez.
Posteriormente, afirma que hoy este río se ha convertido en u na charca "sin apenas fondo de cieno" donde crecen los espadañares y el río se va quedando reducido "a la mínima expresión" gracias al trasvase Tajo-Segura y a "sus muchos cómplices".
Relata que, en el siglo XVII, cuenta una historia de Talavera que los jerónimos hacían anualmente una procesión hasta los molinos de Abajo, entonces de su propiedad, y después de oraciones y bendiciones abrían las compuertas bruscamente para que la corriente arrastrara la suciedad del río.
Finalmente, afirma que para que el río tenga un cauce fluvial con un régimen de caudales que limpie islas y playas como antiguamente "tendremos que cerrar las compuertas del trasvase y así el Tajo volverá a ser simplemente eso, un río".