En el Día Internacional de las Gafas de Sol, fijado el 27 de junio, repasamos algunos de los consejos de esta modalidad de anteojos que, lejos de ser una mera moda, está muy relacionada con la salud. Al igual que en la piel, el sol también puede causar lesiones en la visión.
Así lo indican desde colectivos como la Asociación Española de Optometristas, desde donde afirman que los rayos ultravioleta pueden producir daños como la queratitis actínica que aparece por sobreexposición ocular sin protección y suele manifestarse con dolor, fotofobia, lagrimeo y rojez de ojos.
Entre las afecciones más normales, el exceso de luz al que nos sometemos durante los meses de verano, típico de la piscina o la playa, empeora función las condiciones de visibilidad y, por lo tanto, puede ocasionar dolor de cabeza, picor en los ojos o pesadez de párpados.
Estas molestias pueden aparecer en cualquier persona ya que todos los ojos necesitan protección, aunque existen personas más sensibles a las condiciones de alta luminosidad como quienes tienen los ojos claros, aquellas que padecen astigmatismo o las que sufren algún tipo de trastorno ocular más grave.
El uso de gafas de sol protege si son homologadas
La normativa europea sobre fabricación y comercialización de gafas de sol establece cinco niveles de protección. El mínimo absorbería el 20% de la luz solar, mientras que el quinto protegería del 97% de las radiaciones ultravioletas.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios, “si las gafas no cumplen con este objetivo podrían ser más perjudiciales para la vista que el hecho de no llevarlas.” Y es que, las gafas no homologadas, aunque sean oscuras, están compuestas de lentes que no filtran los rayos adecuadamente por lo que “entrarán más rayos y nos exponemos a posibles daños oculares.”
Desde la Asociación Española de Optometristas “la utilización de gafas de sol homologadas con filtros UV es lo más recomendable para evitar cualquier problema ocular.” Sin embargo, según el colectivo, en nuestro país una de cada tres gafas no cumplen con la normativa.
El “¿Sabías qué?” del Ministerio de Sanidad
Entre la gran variedad de gafas y de problemas en la salud que puede provocar su falta de uso, cabe destacar cómo estas lentes reducen la calidad de la visión si son utilizadas de forma progresiva en espacios interiores.
Además, el Ministerio de Sanidad recomienda prestar especial atención a los colores de la lente ya que los oscuros no son siempre los que más protegen. Algunos, como los cristales marrones, grises y verdes, por ejemplo, favorecen la conservación de los colores de la visión.