Aunque algunos ya abrieron el lunes de la pasada semana con cita previa, buena parte del comercio toledano llevó a cabo ayer su reapertura con la entrada de la provincia de Toledo en la fase 1 de la desescalada, así como también lo hizo, en menor medida, la hostelería. Una "nueva normalidad" en la que poco a poco se intentará reactivar la economía paralizada a causa de la pandemia de la COVID-19.
La capital castellanomanchega arrancaba con buenas temperaturas que, para los pocos negocios hosteleros que decidieron abrir ya sus puertas, animaban a volver a desayunar o a tomarse su vermú en las terrazas. Sin embargo, encontramos distintas perspectivas según el espacio del que dispone en la calle cada establecimiento y del barrio en el que se encuentra.
En este sentido, según nos traslada Tomás Palencia, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería y Turismo de Toledo, “muchísima gente ha optado por no abrir”. “No es lo mismo tener una terraza en Buenavista, en el Polígono o en Santa Teresa que en el Casco Histórico, donde hay terrazas pequeñitas que, con la limitación del 50% del aforo, podrían abrir con tan solo un par de mesas”.
Palencia apunta que los ERTE generan incertidumbre para que los hosteleros se lancen a abrir sus puertas. "No está bien aclarado, la última apreciación es que si una persona empieza su actividad no solo paga los seguros sociales de la gente que saca del ERTE sino también de los quedan fuera. Es meter más presión económica y gasto fiscal. Hasta el 30 de junio estamos cubiertos de forma mayor, si no empiezas esos gastos no corren. La gente está un poco a la espera de saber cómo queda si reactivan su actividad", agrega sobre esta medida regulatoria temporal del empleo.
Ambiente en Santa Teresa
En el barrio de Santa Teresa, establecimientos como La Ramona o Katanga tenían clientes prácticamente en todas sus mesas a mediodía. Ambos han instalado carteles informativos en los que recuerdan la normativa a seguir y advierten sobre la espera que hay que llevar a cabo hasta que los camareros les indiquen las mesas que pueden ocupar.
“Hay gente que tenía ganas de salir. Había nervios con los preparativos para que todo saliera bien”, explica Augusto, gerente de La Ramona, mientras que Antonio Losada, responsable de Katanga, muestra su satisfacción ya que veía “contento” tanto al personal como a los que han acudido al establecimiento.
Por su parte, Carlos Molina, presidente de la Asociación de Comercio y Hostelería de Santa Teresa, apunta que, aproximadamente el 50% de los negocios hosteleros del barrio han vuelto a reabrir sus puertas, mientras que en el comercio la cifra se sitúa en torno al 90%.
“Se ha visto más movimiento, más tráfico y la gente de los comercios está contenta porque ven que los vecinos del entorno están volcados también”. En este sentido, apela a estar “más unidos que nunca” y a que los vecinos apuesten por los comercios de proximidad: “Que se olviden de la sonrisa de cartón, nosotros tenemos mejores sonrisas y atendemos mejor”.
El Casco Histórico, "muy dependiente del turismo"
De su lado, Carmen Zayas, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Casco Histórico de Toledo Distrito 1, señala que buena parte de los establecimientos del barrio antiguo están optando de momento por abrir por las mañanas y atender con cita previa por las tardes.
En este sentido, subraya una importante cuestión y es que, con los centros educativos todavía cerrados, muchos comerciantes no pueden abrir en su horario habitual ante el deber de cuidar y atender a sus hijos. "O contratan a alguien, que no es el momento, o concentran citas para poder atender los pedidos", indica Zayas.
No tan buena impresión del primer día de apertura ha tenido por ejemplo Fernando Ruiz, propietario de Sr.Miyagi, en el Casco Histórico de Toledo, un barrio que “depende demasiado del turismo”. “Está todo parado, hay muchas tiendas que no han abierto. Solo podemos apelar al cliente local y es complicado”, apunta este comerciante que, sin embargo, espera que la situación pueda cambiar dentro de poco y la economía se reactive.
Ruiz destaca también la peculiaridad de tiendas que, como la suya, tienen productos textiles. En su caso, afirma que las prendas que los clientes quieran probarse las desinfectará vaporizándolas y dejándolas en cuarentena "unas 48 horas" antes de que otra persona pueda probárselas de nuevo.
Sí ha habido movimiento en los bares situados en la plaza de la Magdalena o en El Trébol, que ya desde por la mañana registraban clientes en sus terrazas. No obstante, la mayoría de los negocios del barrio antiguo disponen de terrazas más pequeñas en las que les resulta más complicado que la reapertura compense la inversión. "Un 80 o 90% vive del turismo, sería tontería abrir un negocio para nada", dice en este sentido Tomás Palencia, que no dispone de terraza en su restaurante y que señala que "habrá que esperar a que haya movilidad" para poder rentabilizar la reapertura de estos establecimientos.
"Esperanza" en Santa Bárbara
Por otra parte, en el barrio de Santa Bárbara la mayor parte de los negocios hosteleros no abrieron sus puertas este primer lunes de fase 1, aunque sí que se pudo ver cómo algunos de ellos preparaban sus terrazas para abrir escalonadamente estos días. Miren Rojo, vicepresidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Bárbara, calculaba que, de los establecimientos que forman parte de este colectivo -alrededor de 40- casi un 60% ya abrió el lunes de la semana anterior, mientras que con la entrada en la fase 1 se ha incrementado hasta el 75%.
Apunta también que, los siete negocios hosteleros inscritos en la asociación, como el Gurugú, el Nuevo Tejar o El Dólar, abrirán sus puertas a lo largo de esta semana tras desinfectar sus terrazas y prepararse con las medidas de protección sanitarias adecuadas.
"Se está viendo algo de repunte en carnicerías, pescaderías o tiendas de comestibles", subraya Rojo, que indica que en este barrio toledano hay un importante número de establecimientos de alimentación que no han cerrado durante el estado de alarma. "No es que estemos salvados de nada, pero nos da más esperanza que la situación pueda ir mejor", dice la representante de la asociación sobre los pequeños comercios y "la seguridad y confianza" que están encontrando en los vecinos para realizar en ellos sus compras.
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