Grandes y pequeñas, mujeres de todas las generaciones, se daban cita en Matadero Lab durante la tarde de este miércoles, 4 de marzo, para disfrutar del espectáculo teatral de Pamela Palenciano, quien durante el acto confesaba que también le gusta que la denominen"actriz" y no solo "activista feminista". Combinando ambos perfiles, Palenciano conseguía silenciar a un auditorio a rebosar y donde también podía verse a espectadores varones.
Independientemente de su género, todas las asistentes se quedaban atónitas ante una Palenciano que adapta el monólogo a su público, tal y como explicaba en una entrevista con este medio. Durante su actuación de este miércoles, la actriz intercalaba el relato de su propia experiencia de violencia de género con distintas realidades machistas de nuestro país como la violación de “la manada” o el caso de Juana Rivas, mujer víctima de violencia de género cuyo agresor ha conseguido la custodia de sus hijos.
El toque de humor llegaba cuando la activista interpretaba algunas de las reacciones del alumnado ante sus actuaciones en institutos. “Trabajando con adolescentes he aprendido más de lo que he enseñado”, aseguraba. Palenciano explicaba estos saltos, entre su propia experiencia y la actualidad, afirmando que ella “lo hace todo” desde un estudio sociológico hasta un monólogo y lo realiza "en estado de regla permanente" ya que así se justifica todo mucho más fácilmente.
“Ahora todo es machismo”
El público más adolescente de Palenciano refleja muchas de las reacciones adultas ante el auge del feminismo: desde el “todo es machismo”, hasta “el hembrismo también existe”, pasando por utilizar excusas como el “supuesto machismo de la población inmigrante”. La activista justifica el auge de este discurso debido a su respaldo por Vox y por organizaciones como Hazte Oír.
“Dan charlas en cárceles a hombres condenados por violencia de género y les dicen que están ahí por un complot policial de ideología de género y les dan argumentos para defenderse”, explicaba.
‘No solo duelen los golpes’, el monólogo cultural y político
“Claro que mi monólogo es político porque lo personal es político y además hablo de las desigualdades y no solo las existentes entre hombres y mujeres”, añadía Palenciano respondiendo así a las críticas que recibe su espectáculo desde el propio feminismo.
El público del monólogo podía comprender las características de la violencia de género, un tipo de violencia en la que cambian los escenarios y los personajes pero repite los mismos comportamientos: “los silencios asesinos”, la culpabilidad de las víctimas, el maltrato psicológico o el control sobre las amistades, las redes sociales o la forma de vestir.
“Pamela, ¿sabes que en la vida no solo duelen los golpes”. Esta fue una de las muchas frases que la actriz recibió de su psicóloga que actualmente da nombre a su trabajo y que se ha convertido en una forma clara de explicar otras formas de violencia machista más allá de la física.
Además de este tipo de machismo, Palenciano apunta a la violencia que se ejerce desde las instituciones permitiendo la custodia compartida en casos de violencia de género o de la propia sociedad con términos como el “gas lighting”. “Se lo ha inventado la sociedad moderna para adornar las distintas formas de violencia de género”.
“No es normal tenerle miedo a la persona a la que amas”
Entender la historia es entender la actualidad ya que “en la historia patriarcal a las mujeres siempre se nos ha dicho que nos callemos” por lo que es difícil denunciar casos de violencia de género porque se trata de una “violencia que te rompe por dentro”.
Según la activista, “este mundo no cambia porque nadie se está haciendo cargo de evolucionar. Nadie se hace cargo del lugar de privilegio en el que nacemos”.
Pamela Palenciano finalizaba su actuación compartiendo con el público el porqué de su lucha feminista. “Mi objetivo es contar mi historia para evitar que pase pero, si tuviera hijos, estaría luchando por protegerlos de su padre maltratador”.
La activista reconocía el miedo y las amenazas que siempre ha recibido y que se han intensificado durante los últimos meses debido al auge de la ultraderecha. “Gracias a quien me ha traído aquí porque ya parece un acto de coraje”.