"Muy complicada". Así describe Antonio Luengo, director gerente de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha la situación que se encontró hace poco menos de cuatro años, al recibir el cargo de manos del PP. Están, por un lado, las cuestiones que han llegado abiertamente a la opinión pública, como el "célebre" memorándum del río Tajo, que "hipotecaba" la situación del río en su cabecera. Por otro lado, hubo otras más alejadas que suponían un retroceso difícil de atajar, como entrar después de que se cumpliera el plazo para poner alegaciones a los planes de cuenca.
"En Castilla-La Mancha, salvo el Miño, tenemos todas las cuencas importantes del país", recalca Luengo. Esta, recuerda, fue una "limitación importantísima", con temas como el plan especial del Alto Guadiana, el Centro de Intercambio de Derechos del mismo río, o lo que ocurría en el río Júcar. "Todas las cuencas intracomunitarias estaban dentro de la demarcación del Júcar y esto lo hipotecaba", explica. "Es el río más castellano-manchego, por así decirlo, y esto iba en favor de ríos de fuera de la región como el Vinalopó o el Turia y por eso tuvimos que trabajar mucho, fue un desafío".
Pero no sólo fueron estos ríos "hipotecados", sino que también hubo otra cuestión "dantesca": la depuración. "Habían parado todo el programa de la depuración, de la construcción de depuradoras que eran ineludibles", asegura Luengo. Entre ellas, más de setenta municipios que se enfrentaban a procedimientos de sanción europea por no contar con una depuración "conveniente". En cifras, se trataba de 157 depuradoras y 215 millones de euros. "Evidentemente tuvimos que empezar a retomarlo y esto fue un problema", asegura.
Logro social del agua
Sin embargo, no todo fue negativo. Y de hecho, existen éxitos que sí quieren celebrar desde la Agencia del agua, especialmente lo que consideran un "logro social" que fue poner encima de la mesa la necesidad de la defensa del agua y su importancia en cuanto a la riqueza, al desarrollo y la evolución socioeconómica de la región. "La gente tiene que tener conciencia y hablo no sólo del Tajo-Segura, sino de todo. Del Guadiana, del Tajo, del Júcar, del Segura", recalca.
Para ello, recuerda que han trabajado dialogando con asociaciones de "todo tipo", desde los regantes hasta los ecologistas, pasando también por las autoridades municipales. "Esto ha sido de lo más importante que hemos hecho", afirma. Pero este tipo de trabajo se complementa atacando los principales problemas que se han encontrado, trabajando por recuperar las infraestructuras paralizadas para que exista "suficiente agua en abastecimiento, de calidad y luego también depuración". "Es imposible que una región no afronte el problema del ciclo integral del agua", remata Luengo.
Esto servirá, afirma, para lograr el abastecimiento de calidad y también para no deteriorar el medio ambiente. "Esto es importante y es algo en lo que hemos avanzado mucho. En la calidad del agua, porque hoy no tenemos prácticamente ningún núcleo sin abastecimiento y ahora tenemos que avanzar en el tema de calidad, hemos avanzado muchísimo en la depuración", describe. Para ello, el Gobierno regional ha invertido más de cien millones de euros, un esfuerzo "importantísimo" para "cerrar el ciclo integral". "Tenemos un programa terminado, a falta de algún trámite administrativo para la depuración integral de la región".
Situación "diferencial" tras el cambio de Gobierno
"Mientras que el objetivo del PP fue parar el sistema, nosotros lo hemos dinamizado. Evidentemente no es fácil. No siempre se llega a todo, es lento muchas veces. Pero nosotros lo tenemos bien definido y bastante avanzado", reflexiona Luengo. Y a esto, además, se suma el cambio de Gobierno de España, que ha supuesto una situación "diferencial" que ha permitido establecer un dialogo entre administraciones. "Desde los trasvases, cesiones de derechos, la situación del Guadiana, planificación y la importancia de la depuración", afirma Luengo.
A pesar de que lamenta la lentitud con la que se pueden llevar algunos procesos, recalca que este dialogo con el Gobierno de España ha logrado que se aceleren cuestiones como el del proyecto de Morillejo, que incluye el abastecimiento de los pueblos ribereños de Entrepeñas y Buendía. "Lo hemos acelerado y nos hemos encontrado con problemas que ni se habían tocado, muy concretos y que paraban la obra", relata. Y la importancia, señala, es que el abastecimiento se realiza desde el Tajo con agua de "calidad" y para muchos pueblos. "Los sondeos de muchos pueblos no eran suficientes y no estaban suficientemente mantenidos", recalca.
De cara al futuro, Antonio Luengo tiene claro que existen cuestiones "fundamentales", que parten de la revisión de los planes hidrológicos que se deben cumplir en abril y son necesarios para saber "hacia donde va el agua en Castilla-La Mancha". "Para eso tenemos que reunirnos todos los agentes sociales. Esto es urgente y perentorio", recalca. Igualmente, aboga por trabajar para mejorar el abastecimiento de la región, y, a la vez, mejorar la calidad del agua.