Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE) no dejan lugar a dudas. Castilla-La Mancha pierde población. No solo hay más defunciones que nacimientos en una comunidad autónoma con una sociedad ya de por sí envejecida y con problemas de despoblación, sino que los movimientos migratorios tampoco dibujan un escenario más positivo en este sentido. Actualmente, con datos del segundo semestre de 2018, esta región tiene 2.020.807 habitantes, Es una variación muy pequeña con respecto al mismo periodo del año anterior (apenas ha descendido un 0,2%) pero otras variables sobre emigración e inmigración hacen augurar que el descenso vaya siendo cada vez mayor.
Según los datos del INE recogidos en EP Data (la nueva base de datos de la agencia Europa Press), en el primer trimestre de 2018 se fueron de Castilla-La Mancha un total de 5.423 personas. Supone un 22,84% menos con respecto al año anterior. Mientras, llegaron a la región hasta 7.840 inmigrantes, un 37,18% más. Son datos muy positivos para la comunidad autónoma que dejan en evidencia muchos bulos sobre inmigración, ya que son estos movimientos los que pueden permitir el asentamiento de la población.
Respecto a los movimientos migratorios, si las cifras se extraen por grupos, se concluye que durante el primer semestre del año pasado, 2,67 de cada 1.000 personas de Castilla-La Mancha emigraron, frente a 3,56 por cada 1.000 habitantes que hicieron lo propio en el conjunto de España. Mientras, 3,86 por cada 1.000 personas llegaron como inmigrantes a Castilla-La Mancha, frente a 6,17 por cada mil habitantes que lo hicieron al conjunto de España. En ambos casos, las cifras son más bajas.
Pese a estos datos, las estadísticas oficiales prevén que en el año 2031, Castilla-La Mancha tenga una población de 1.909.805 personas. Esto supondrá bajar de la barrera de los dos millones y que descendiera aún más la densidad de población. ¿Por qué esta previsión? El INE se basa en la tendencia global de los últimos años, y no en los datos del último año. Y esa tendencia es descendente:
Está previsto, por tanto, que la población de España, igual que en otros países desarrollados, experimente un proceso de envejecimiento en los próximos años debido a la mejora de las condiciones de vida en la tercera edad y la reducción de la natalidad, entre otros motivos.
Pero esta evolución en los índices de población ofrece diferentes escenarios si acudimos a los datos por ciudades. Por ejemplo, en Toledo viven actualmente un total de 84.282 personas, lo que supone un leve incremento del 0,65% frente a un 0,16% en el conjunto de España. Así ha evolucionado:
En Ciudad Real, la población en 2018 era de 74.743 personas. Son un 0,14% menos y esta ha sido su evolución en los últimos años:
Muy similares son los datos en Albacete, la ciudad más poblada de Castilla-La Mancha, donde residen 173.050 personas, con un incremento de 234 en el año 2018, tan solo un 0,14%. Ha subido muy nítidamente desde el año 2015:
En cuanto a las zonas más despobladas de la comunidad autónoma, los datos de Guadalajara son muy significativos si comparamos la capital provincial con municipios como el de Molina de Aragón, en la España más vacía. En esta última localidad ha bajado la población en un 2,98% en el último año, un descenso en picado desde el año 2014:
En esta misma provincia pero lejos de las zonas más despobladas, es muy relevante también que en municipios como Sacedón, uno de los pueblos ribereños del trasvase Tajo-Segura, la población siga cayendo:
Y en otra zona muy despoblada, como es la provincia de Cuenca, encontramos una situación similar. En la capital apenas ha habido variación: residen 54.898 personas, solo un 0,04% más que el año anterior, pero en municipios como Valdemoro de la Sierra la población sigue descendiendo, como ocurre en otros muchos de la Serranía:
También respecto al trasvase, es revelador que en la localidad de Buendía, otro de los municipios ribereños del acueducto, pierda población. Residen actualmente 414 personas, un 0,72% menos. Su población no deja de caer en picado desde hace seis años:
Finalmente, resulta también esclarecedor echar un vistazo a otras grandes ciudades de Castilla-La Mancha. Las variaciones son dispares, pero reflejan la complejidad de sus aspectos demográficos y uno de los motivos por los que el INE apunta a sus previsiones negativas: