La pandemia de COVID-19 ha dejado al sector cultural, en su sentido más amplio, relegado a un segundo o tercer plano en la mayoría de los casos. Su extensión y complejidad, junto con la prioridad que se ha dado a otras áreas económicas, ha provocado que no exista un plan de rescate concreto para los eventos culturales ni para los y las profesionales que viven de ello.
En Castilla-La Mancha, las medidas puestas en marcha han conseguido impulsar algunas áreas pero hablamos con la consejera del ramo, Rosa Ana Rodríguez, sobre lo que queda por hacer. En este segundo bloque de la entrevista de Rodríguez con elDiario.es de Castilla-La Mancha (elDiarioclm.es) analizamos también la situación de los yacimientos arqueológicos, de las bibliotecas y las medidas que adopta la Junta para recuperar su patrimonio en ruinas:
La cultura es uno de los sectores que más sigue sufriendo por la COVID. En Castilla-La Mancha siempre ha destacado por ser un elemento vertebrador del territorio como sucede, por ejemplo, con la Red de Artes Escénicas. ¿Cómo se han combatido desde el Gobierno estas nefastas consecuencias para el sector cultural?
Hemos puesto en marcha muchas medidas, algunas muy importantes. En primer lugar, mantuvimos la Feria de Artes Escénicas y Musicales, que además este año cumple su 25 aniversario y la haremos más potente. Fruto de esta iniciativa, hubo una presencia muy importante de compañías de la región que ya actuaron allí, que presentaron sus proyectos y se les ha captado para diferentes acciones. Es una forma de ayuda que agradecen mucho. También hemos puesto en marcha el Programa PLATEA encaminado a las residencias de mayores y centros de día, con la doble función de aliviar emocionalmente a estas personas pero también permitir que nuestras compañías tuviesen plataformas de trabajo para seguir actuando. Esto se deriva del hecho de que tuvimos reuniones periódicas con todo el sector, nunca les dejamos solos, y fuimos recogiendo las necesidades y cómo canalizábamos la ayuda.
Por eso pusimos también en marcha el programa del Teatro Andante: pequeñas compañías que van a pequeños pueblos donde nunca ha llegado el teatro y no ha llegado durante mucho tiempo, algo muy emocionante. Porque para nosotros la cultura es un derecho y debe ser accesible allá donde vivas. Pusimos también en marcha los programas de digitalización en exposiciones virtuales, los programas para que los libros puedan llegar a todas partes y hemos dejado abiertos museos, yacimientos arqueológicos y bibliotecas. Asimismo, realizamos una campaña para llevar producciones escénicas a centros educativos. Y hemos estado al lado de los festivales, a los que hemos acompañado y financiado, así como eventos culturales. Otra medida que ha venido para quedarse la constituyen las exposiciones en formato de calle como la de Patrimonio para Todos o El Prado en las Calles, que han sentado precedente para llegar a todos los entornos.
Todos son mecanismos para ‘sacar’ la cultura de sus centros físicos tradicionales…
Claro, lo importante es que en momentos de pandemia, la cultura debe cumplir una doble función: por una parte mantener el trabajo de nuestras compañías, y por otro, el factor de alimentar el alma y el espíritu. Es importante que trabajemos la sensibilidad, el encuentro, la emoción. Hemos fomentado esa idea del museo flexible, que sale de sus propios muros, y lo mismo ha sucedido cuando hemos llevado el trabajo de las compañías de artes escénicas a centros educativos y residencias.
Ya hay menor temor y más voluntad por parte los ayuntamientos de programar espectáculos de la Red de Artes Escénicas"
En el caso concreto de las artes escénicas, las compañías nos han comentado en muchas ocasiones que su trabajo depende de la programación que hacen los ayuntamientos, algo que muchos no han hecho debido a las restricciones por la COVID. ¿Qué puede hacer el Gobierno al respecto cuando todavía existe ese temor?
Lo que hicimos fue alargar las campañas de manera que haya una única, lo que permite a los ayuntamientos ser más versátiles y tener más opciones porque lo pueden calendarizar de forma mucho más abierta. Pero efectivamente, la Red de Artes Escénicas y Musicales depende en parte de los ayuntamientos, tiene que haber una voluntad para hacerlo. Es cierto que en un momento determinado pudo haber una mayor restricción en cuanto al aforo de los teatros y por tanto mayor temor, pero ahora ese aforo es mucho más permisivo y creo que hay más voluntad por parte los ayuntamientos de ponerlo en marcha. Nosotros hemos puesto todos los medios para que ellos puedan modificar la programación y en este sentido seguimos trabajando con las compañías y asociaciones. Seguimos trabajando con ellos.
Ahora que se ha aprobado el techo de gasto de cara a los Presupuestos regionales de 2022, en aras de esas medidas de ‘rescate’, ¿el Gobierno regional tiene previsto dedicar una mayor partida para seguir fomentando esas medidas o también otras nuevas?
Todavía no están cerrados los Presupuestos, pero sí puedo decir que nuestra intención y nuestra meta es seguir trabajando por ello. Seguiremos con las exposiciones, tanto las grandes como las más pequeñas que viajan por toda la comunidad autónoma, y lógicamente tenemos nuestra mirada puesta en la modernización de teatros y la digitalización de los espacios culturales.
Castilla-La Mancha una de las regiones con más monumentos en ruinas o a punto de desaparecer, según la Lista Roja de Hispania Nostra. ¿Trabaja la Junta con algún mecanismo para recuperar este patrimonio tan inmenso y que puede contribuir a aumentar el turismo?
Sí, trabajamos continuamente por la recuperación del patrimonio, es una obligación. Hay inversión en este capítulo pero tenemos más de 600 momumentos de interés cultural. Incluso habrá más que lo sean pero no están reconocidos y no porque no lo merezcan. Se trabaja con los consorcios, con los ayuntamientos, para poder consolidar su patrimonio, y también hacemos continuos llamamientos a los propietarios y titulares privados de los bienes. Incidimos mucho en nuestros yacimientos y parques arqueológicos, cada vez más en la línea de investigación, no solamente para descubrir sino también para consolidar. Por tanto, la conservación del patrimonio la hacemos en el llamamiento a los propietarios y también en aquello que nos interesa, que es la promoción turística. Es una fuente de recursos económicos muy importante, y además de los Bienes de Interés Cultural (BIC), tenemos también un patrimonio folclórico, musical y gastronómico muy interesante en la región y podemos ofrecer mucho al visitante, al viajero, al turista.
Efectivamente, los yacimientos y parques arqueológicos están en plena eclosión en Castilla-La Mancha. ¿Cómo se prevé su desarrollo y conservación?
Ya nos han dado muchas alegrías. Tenemos además la suerte de tener unos yacimientos y parques que no solamente se refieren a una época determinada sino que hacen una panorámica prehistórica e histórica muy interesante. Tenemos desde las culturas prerromanas, como sucede en Valdepeñas, en Libisosa o en Lezuza, con piezas enteras impresionantes; hasta la época romana. Esa grandeza hace de Castilla-La Mancha uno de los territorios más explorables del país. Tiene mucho descubrir. Por ejemplo, en Noheda, con solo el 5% explorado ya ha salido uno de los mejores mosaicos figurativos del país. Por lo tanto, ahí va a haber grandes descubrimientos. En Recópolis y en Alarcos, igual, darán mucho que hablar. Además, en todos ellos estamos combinando la tecnología más moderna, en 3D, con aquello que realmente queda del pasado. Presente y pasado se unen para sacar a la luz un producto increíble. Los investigadores se dejan la vida en esos parques y es impresionante. Además, hemos incluido el voluntariado juvenil en estos espacios y creo que vamos a continuar porque la gente joven es nuestro relevo generacional y está entusiasmada con el trabajo.
En cuanto a la Red regional de Bibliotecas, que es la segunda más grande de España, ¿existe un diagnóstico de cómo ha sufrido la pandemia y cómo se está recuperando?
Trabajamos continuamente con la dotación de equipamiento y personal. Es muy extensa y en algunos casos es municipal y cada ayuntamiento lo ha gestionado de manera distinta bajo las directrices y pautas de la Viceconsejería. Se ha trabajado mucho de manera virtual, ha habido varios programas de préstamos adaptados, además de un incremento de los programas eBiblio y eFilm. Han hecho una labor magnífica. Poco a poco van retomando la normalidad, van realizando sus actividades presenciales de animación a la lectura, de encuentros con los autores, y se van recuperando poco a poco. Pero como en todo, tenemos que seguir trabajando porque precisamente el Ministerio nos ha reconocido en numerosas ocasiones el impulso que damos a la Red de Bibliotecas. Eso ha sido gracias a la labor de los bibliotecarios y bibliotecarias, que ha sido fundamental.