Las colas en las puertas de los Centros de Salud castellanomanchegos se han convertido en la estampa de estas fiestas ante la imposibilidad de coger cita online ni telefónica para que te vea tu médico o médica o para realizar gestiones tan sencillas pero necesarias como tramitar una baja laboral.
Coger cita para Medicina de Familia es imposible en estos últimos días del año, ni a través de la web ni por teléfono. Ómicron le ha clavado la puntilla final a un sistema de atención primaria totalmente extenuado con la pandemia.
La aplicación del SESCAM para solicitar cita previa online con Medicina de Familia en algunos Centros de Salud remite a que contactes con ellos por teléfono, y el teléfono no lo cogen, pero no es culpa del personal sanitario sino de la mala previsión y planificación de los gerentes.
Alguien en algún despacho es responsable de la planificación de los servicios sanitarios de Atención Primaria, y ese alguien ostenta el cargo de director general de Atención Primaria que a su vez depende el director general de Asistencia Sanitaria y éste a su vez está bajo las órdenes de la directora-gerente del SESCAM. Si seguimos ascendiendo en el organigrama, en cuanto a responsabilidades políticas, llegamos al consejero de Sanidad y al presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Entre todas estas cabezas pensantes no han sido capaces de “planificar” una gestión sanitaria que no desbordara los centros de salud sino todo lo contrario. A las consultas normales, ya saturadas antes de la pandemia, la COVID ha sumado la teleconsulta, la vacunación y la realización de las pruebas PCR con el mismo personal prácticamente. El resultado no podía ser otro que el colapso de la atención primera y más cercana a la ciudadanía.
Ante este previsible resultado, el Gobierno de García-Page no hace más que improvisar sobre la marcha de los acontecimientos políticos, que no sanitarios, en vez de pensar y planificar en base a los posibles riesgos para la salud de la ciudadanía castellanomanchega.
Ayer anunciaron deprisa y corriendo la apertura de grandes "centros de diagnóstico" en las capitales de provincia para descongestionar los servicios de urgencia, pero permítanme dudar de que sirvan para descongestionar nuestro sistema de salud, tan castigado ya a estas alturas de la pandemia, ya que para acceder a estos centros es necesaria la prescripción facultativa.
Y en el caso de que estos puntos de diagnóstico, que llegan tarde, alcancen a descongestionar algo, lo harán solamente en las ciudades, porque de nuevo los centros de salud rurales vuelven a seguir olvidados.
Otra gran mentira del Gobierno de García-Page es el anuncio del incremento de las plantillas, puesto que lo que están haciendo es usar los contratos COVID para cubrir las bajas e incidencias.
Grandes anuncios e improvisación, mientras la ciudadanía hace cola en la puerta de su Centro de Salud. Esta es la gestión política, que no sanitaria, de la COVID por parte del gobierno del señor García-Page.
Carmen Fajardo Barba. Secretaria de Servicios Públicos y Políticas Sociales de Podemos CLM