“Castilla-La Mancha ha hecho un trabajo excepcional en el control de la epidemia”. Con estas palabras ha querido resaltar el director del Centro de Coordinación de Emergencias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, la labor que realiza esta comunidad autónoma durante la pandemia de COVID-19. Ha detallado los motivos concretos por los que las provincias de Cuenca y Guadalajara han pasado a la fase 1 de la desescalada, mientras que Toledo, Albacete y Ciudad Real permanecen por ahora en la fase 0.
A este respecto, Simón ha remarcado que Castilla-La Mancha tiene unas condiciones “particulares” por su distribución geográfica y su relación con la Comunidad de Madrid, lo que ha hecho que sea, junto con Castilla y León, de las dos comunidades más afectadas por el coronavirus después de Catalunya y Madrid.
“Esto ha tenido un impacto importantísimo en sus servicios sanitarios pero ha sabido adaptarse, ha mejorado su capacidad asistencial, pero lo cierto es que en las tres provincias de Castilla-La Mancha en las que no se progresa a fase 1 la situación epidemiológica no era la adecuada en este momento”. De hecho, ha recordado que esta situación, con los datos iniciales “no era exactamente la que luego quedó reflejada en la decisión final”.
Concretamente, el experto ha subrayado que en el caso de la provincia de Guadalajara, fue la primera en la que se detectó la epidemia en esta comunidad autónoma, lo que tuvo gran impacto en centros socio-sanitarios, pero que después “se controló muy rápidamente el problema y ha progresado magníficamente”.
En cuanto a Cuenca, ha resaltado su “población dispersa y aislada”. Esto le ha permitido tener una situación “más favorable” que las otras tres provincias, que tienen “riesgos mayores asociados a la movilidad”. Aún así, se ha mostrado convencido de que las provincias de Toledo, Albacete y Ciudad Real estarán “en breve tiempo” en condiciones de pasar de fase.
Lo que pesó en la decisión final
A esta cuestión se ha referido también el consejero castellanomanchego de Sanidad, Jesús Fernández Sanz. Ha insistido en que el Ministerio de Sanidad reconoció que esta comunidad autónoma tiene la capacidad asistencial suficiente en las cinco provincias, pero que otros criterios como la situación epidemiológica y la movilidad fueron “los que pesaron en la decisión final”. Precisamente, por ser la situación de la epidemia uno de los indicadores principales, ha recordado, como ayer avanzó la portavoz, Blanca Fernández, que ya se han puesto en marcha una serie de trabajos para que Toledo, Ciudad Real y Albacete pasen a la fase 1, relacionados con el diagnóstico precoz del coronavirus.
Así, se reforzará la atención primaria para el seguimiento de casos sospechosos y de detección precoz, al tiempo que se implantará un nuevo sistema de comunicación telemática con el Ministerio de Sanidad, mientras que continúa el estudio propio de Castilla-La Mancha sobre la seroprevlancia en la comunidad autónoma.