“Un periodista que escribe libros”. Así le gusta definirse a Jesús Cintora, que se encuentra en plena promoción de su última obra, ‘Conspiraciones’ (Editorial Espasa), donde desvela las claves de lo que pasó entre diciembre de 2015 y octubre de 2016 y que convulsionaron sobre todo al PSOE.
Tras entrevistarse con decenas de personajes protagonistas de ese año sin gobierno en España, relata los mensajes lanzados, los pactos y las alianzas que nunca salieron a la luz. El periodista, actualmente en La Sexta y también colaborador asiduo de eldiario.es, estará este miércoles, día 10 de octubre, en el espacio socio-cultural Urbana 6 de Toledo, a las 19.30 horas, para hablar de estas y otras cuestiones y realizar un debate participativo con el público.
¿Cómo surgió la idea de este libro y por qué ‘Conspiraciones’, en plural?
Soy un periodista que escribe libros. Ahora mismo, tampoco me considero escritor. Sí es verdad que me licencié en Audiovisual y tuve la suerte de estudiar estructuras literarias, guión y cine. Me gusta trazar historias y al libro quise darle una forma de suspense, que enganchara desde el principio. ‘Conspiraciones’ tiene de bueno que cuenta cosas muy interesantes, de una forma amena. Lo que narra tiene mucho que ver con la dinámica actual de los poderes influyentes, la luya por tener la sartén por el mago o eso de mirar bastante la encuesta y la intención de voto constantemente.
Si pudieras enumerar dos causas principales, ¿cómo consiguió Pedro Sánchez retomar las riendas del Partido Socialista?
Hay varias causas. Si me pides dos, por una parte, se agarró a un relato que movilizó y le creó adhesiones. Ahora mismo, ese relato habrá quien se lo crea y quien no, pero lo cierto es que animó a muchos de los suyos. Influyeron también bastante los errores de sus adversarios. Por otro lado, Sánchez dio el paso de seguir adelante, con el empuje de algunos que habían quedado en su círculo más cercano.
Actualmente, el pacto entre PSOE y Ciudadanos para gobernar, en ese año sin gobierno, parece haber quedado muy lejano en el tiempo. ¿Por qué se hizo y por qué ahora parece inviable?
No te creas ni una cosa ni la otra. En política, pienso que muchas circunstancias cambian según convenga. No te extrañe nada si en unos meses ves pactar a PSOE con Ciudadanos. También hubo un tiempo en el que parecía imposible que Podemos apoyara a los socialistas o que (Albert) Rivera permitiese que Rajoy siguiera en el poder, después de prometer varias veces que no lo haría por los casos de corrupción.
Lo cierto es que hoy en día, sí que hay un gobierno del PSOE, pero con una minoría que no termina de fortalecerse en base a acuerdos firmes con otros partidos como Podemos. ¿Crees que hubiera pasado lo mismo hace dos años?
No lo sé. Desde mi punto de vista, una de las desgracias del tiempo que vivimos es que no hay grandes debates sobre asuntos decisivos para la sociedad. El empleo precario, la sanidad, el modelo educativo, la despoblación… Con los votos tan fragmentados, quien gobierne parece condenado a pactar. Esos acuerdos parecen más condicionados por las perspectivas de voto en una próxima cita con las urnas que por el interés de la ciudadanía. O esto se calma o será difícil que cualquier gobierno planifique a medio y largo plazo.
Como dices, las medidas sociales quedan ensombrecidas por dimisiones, grabaciones, Cataluña, frases dentro o fuera de contexto… ¿Nos hemos acostumbrado entonces a una oposición, sobre todo del PP, que poco o nada tiene ver con los problemas de los ciudadanos?
Todo hay que contarlo, pero insisto en que el escándalo del día a día no está dejando mucho espacio para los grandes problemas. De todo se tiene que hablar. Una cosa no debería impedir la otra. En cuanto a la oposición, hay aspectos como el de la unidad de España que están en primera plana. No solo por iniciativa del Partido Popular, porque los independentistas y otros partidos también han influido.
En la época que reflejas en el libro, no se había aristado (tanto) el conflicto catalán ¿Qué papel ha cumplido el ‘procés’’ en el desgaste de la izquierda?
El libro arranca en un año en el que los grandes poderes vieron venir una especie de tormenta perfecta. Y ahí estaba ya el recrudecimiento del independentismo catalán. Hablo de 2014. Igual que los escándalos de corrupción estaban tocando al jefe del Gobierno, al rey, la crisis económica y los recortes pasaban factura, surgía Podemos, Ciudadanos cobraba más fuerza. Por unas u otras razones, explica bastante lo que está ocurriendo después.
¿Hay una salida dialogada a este conflicto catalán?
Sí. No llevan razón los que creen en los procesos unilaterales de independencia, ni los que dicen que aplicar el 155 es la fórmula definitiva. Al final, en Cataluña hay prácticamente un 50% de independentismo y de gente que quiere seguir en España. Olvidar a una de las partes es hacer trampas. Hay que convivir. Al menos, es el proyecto en el que creo yo. Es cierto que se ha llegado a un punto enrarecido, con muchas sensibilidades e intereses en juego. No está el patio para echar leña al fuego.
En ese juego de crispación ha entrado también Ciudadanos. ¿Cómo valoras su viraje a la derecha? ¿Les pasará factura?
Ciudadanos está fuerte en Cataluña, donde el PP pasó a ser una fuerza residual en las pasadas elecciones. En cuanto a la política nacional, en el día a día, Ciudadanos es el partido que más interés tenía en llegar a elecciones, porque tenían buenas encuestas. Habría que ver si se hubieran cumplido, pero sí es cierto que a Rivera le rompió los esquemas la llegada de Sánchez al poder. Eso sí, veremos por cuánto tiempo. Ya te digo que la política está cambiando a todo gas.
El eje de posibles pactos para formar gobierno puede dar mucho de qué hablar hoy y mañana"
¿Debería Pedro Sánchez haber incluido a Podemos en su Gobierno?
A mí, como ciudadano, me interesan más las políticas que se lleven a cabo. Si Podemos considera que estando dentro del Gobierno tienen más capacidad de influir, es algo que deben resolver con sus inscritos y con el PSOE. Y si Sánchez tiene que mantener apoyos, tendrá que ir viendo cómo lo hace. El eje de posibles pactos para formar gobierno puede dar mucho de qué hablar hoy y mañana. Ya lo verás. ¿Te imaginas un pacto PP, Ciudadanos y Vox para gobernar? Pues tampoco lo descartes. Es un tiempo de alianzas, por la fragmentación.
¿Ves a Pablo Casado como el nuevo José María Aznar?
En la trayectoria, hasta ahora, son perfiles distintos, porque Aznar venía de presidir una comunidad autónoma, como Castilla y León, antes de alcanzar el liderazgo del partido. Lo que sí vemos es a Aznar recuperando una gran influencia en el PP. También Esperanza Aguirre ha salido de donde estuviera y está retomando el discurso público.
¿Crees que iremos a alecciones anticipadas? ¿En qué situación pondría esto al país?
Quien diga que sabe lo que ocurrirá, no tiene ni idea. Puede haber una semana más tranquila y, de repente, complicarse todo. La actualidad política está en una vorágine. A grandes rasgos, es cierto que el PP o Ciudadanos no han asumido que una moción de censura con el PSOE, Podemos, los nacionalistas catalanes y vascos y Compromís haya dado un vuelco a Rajoy. Por otra parte, esto se ve alimentado con la promesa de Sánchez de que convocaría otras elecciones pronto. Pero vaya, que si hay otra cita con las urnas, todo indica que volvería a haber necesidad de pactos.
Por último, ¿cómo valoras la transformación de los medios de comunicación en la última década? ¿Hay un reflejo de la pluralidad?
Los medios de comunicación van a experimentar un cambio muy importante. Las nuevas tecnologías están cambiando los modos de consumo. Entre los jóvenes, aún más. De una manera drástica. Ya ves que accedemos a los medios a través del teléfono móvil y de la tableta cada vez más. En cuanto a los contenidos, ojalá seamos cada vez más libres y vayamos venciendo resistencias de los más poderosos, que a veces solo entienden la libertad de expresión de boquilla. Invito a la gente a que venga al acto de Toledo de este miércoles y hablaremos de todo esto y más.