“Kudu es un viaje donde lo que importa no es el destino si no el camino que recorres”. Así define el fotógrafo Alejandro Olea su exposición que se puede disfrutar hasta el 6 de diciembre el Hotel La Salve de Torrijos (Toledo). La exposición ‘Kudu’ formada por 14 obras en blanco y negro, refleja una visión distinta de África a través del alma de sus animales. “Vivimos saturados de imágenes y yo mismo fuí muy contaminado por ellas cuando me enfrenté a este viaje pero conseguí encontrar una mirada distinta y creo que eso es lo primero que se encuentra el visitante”.
Cada una de las fotos que componen esta exposición tienen una historia personal detrás. “El león tumbado de mirada desafiante que después se levantó herido, el viejo elefante que lanzaba polvo por la trompa para retarme, la manada de ñus que se pierde en el infinito como fantasmas… Son pequeñas historias congeladas en un instante”, explica Alejandro. Las fotografías fueron tomadas en Tanzania en los Parques Nacionales de Ndutu y el Serengeti durante una semana.
“De cara a la exposición intenté seleccionar aquellas que mejor transmitían el alma del animal. Aquellas con las que yo me sentía más conectado”. Un kudu es un antílope africano muy codiciado por sus cuernos en forma de lira, pero para el fotógrafo, su “kudu” fue el leopardo, el animal que más soñaba fotografiar pero se dio cuenta de que “lo que importa no es el destino si no el camino que recorres”, y por eso en vez de obsesionarse con tenerlo delante de su objetivo, decidió disfrutar de su búsqueda.
“Empezamos con Kudu en noviembre de 2016 en el restaurante Casa de Fieras de Madrid y desde entonces Walltic ha encadenado una exposición tras otra de diferentes artistas. En mi caso, Kudu es la segunda vez que se expone este año y además participó en el festival Hybrid en Madrid. Elegimos el Hotel La Salve por la paz que transmite, el ambiente distendido que han creado, por su gusto por el arte y por su pasión por la naturaleza”, explica Alejandro Olea.
Alejandro Olea lleva trabajando como fotógrafo y editor gráfico en un periódico nacional desde hace 15 años. Pero además ha desarrollado a lo largo de todos estos años otro tipo de proyectos fotográficos “mas personales” casi siempre relacionados con la naturaleza. Estos proyectos nunca han sido mostrados al público hasta el año pasado que comenzó a colaborar con Walltic, una plataforma que promociona y exhibe el trabajo de artistas buscando la fusión entre la obra y el espacio.
De cara al futuro, Alejandro Olea está trabajando en varios proyectos aunque le gusta ir “despacio” y “pulirlos poco a poco”, ya que además, su trabajo como editor no le permite dedicar todo el tiempo que le gustaría a nuevos proyectos. “Por ahora estoy muy satisfecho del trabajo que he hecho con Kudu y seguro que habrá más exposiciones”.