
Escombros tras el derribo de parte de las casitas bajas del paseo de la Rosa / Foto: Fidel Manjavacas
La demolición de las cinco casitas bajas del paseo de la Rosa, que arrancó a finales del pasado mes de enero con el derribo de dos de ellas, ha sido paralizada tras la aparición de restos de uralita en una tercera para proceder a la retirada conforme al tratamiento que requiere ese material, según ha podido confirmar este medio.
Estos inmuebles, situados entre los números 19 y 27 del mencionado paseo, formaban parte de un acuerdo de expropiación que negoció el Ayuntamiento con los propietarios cuando ejecutó el nuevo bulevar y que posteriormente dejó sin efecto tras la negativa de un inquilino a abandonar una de las viviendas en las que reside y con quien no consiguieron alcanzar un acuerdo.
Este vecino presentó un recurso de reposición contra el mencionado acuerdo alegando que el recurrente no es precarista, tal y como lo considera el Consistorio, sino arrendatario del inmueble en el que reside. El recurso fue desestimado por la Junta de Gobierno Local pues no pudo acreditar la existencia de un contrato en vigor.
En este sentido cabe recordar que, tras dejar sin efecto la expropiación, la Junta de Gobierno Local acordó que la propiedad pudiera enajenar los inmuebles a la mercantil Desarrollo Urbanístico Paseo de la Rosa en las condiciones que suscribió con el Ayuntamiento en octubre de 2020. Se establecía un montante de 125.000 euros para la expropiación y el objetivo era convertir esta parcela "en una gran zona verde de paseo y de tránsito".

Escombros tras el derribo de parte de las casitas bajas del paseo de la Rosa / Foto: Fidel Manjavacas
Así lo apuntó la alcaldesa, Milagros Tolón, que el pasado mes de febrero indicó que el mencionado promotor, que está haciendo las viviendas frente a las vías del tren, trabaja "en coordinación con la Concejalía de Urbanismo" para que la actuación prevista resulte "lo más fácil posible también para las personas que viven allí". Precisamente, en esta vivienda en la que han aparecido los restos de uralita y en la que comenzó el derribo este pasado martes, residía puntualmente otro inquilino.
El objetivo urbanístico en esta zona, en la que mantiene varias naves Aceites Moro -propietaria también de las casitas bajas-, es que "en un futuro se convierta en un corredor importante para hacer viviendas" ya que "hay promotores interesados y creemos que es importante para Santa Bárbara", agregó Tolón.