Analizar cómo los productores locales agropecuarios y los negocios gastronómicos pueden dinamizar y atraer población a zonas despobladas es el objetivo de proyecto de investigación que desarrolla la profesora de Turismo de la Universidad de Alcalá (UAH), Blanca García Henche, junto al investigador Pedro Cuesta.
Bajo el título de ‘Estrategias comerciales y uso de Redes Sociales: Aumento de la visibilidad de la Guadalajara vaciada y la puesta en valor de la producción agroalimentaria y turismo gastronómico como instrumento para evitar una mayor despoblación en la provincia de Guadalajara’, se está llevando a cabo un estudio que terminará el próximo mes de diciembre y que va a sacar a la luz las estrategias para que zonas despobladas se conviertan en foco de atracción turística gracias a la riqueza de su gastronomía y de sus productos agroalimentarios de calidad, pequeñas producciones del entorno.
Según Blanca García Henche, alcarreña y miembro del Instituto de Cultura Gastronómica de Castilla-La Mancha, “el turismo relacionado con la gastronomía es el punto fuerte que podemos explotar para mantener a la gente en los pueblos porque donde hay trabajo hay población”, asegura.
Durante estos cinco meses que lleva el proyecto en marcha se han realizado entrevistas con asociaciones, organismos, administraciones, asociaciones de turismo rural, hoteles rurales, empresario de agroturismo y gastronomía que también desarrollan actividades de turismo experiencial, hoteles y restaurantes.
Jornadas en Guadalajara
Una de sus próximas acciones serán las jornadas profesionales ‘Turismo y Gastronomía como Instrumentos para el Desarrollo Rural y Caminos para evitar la Despoblación’, que se celebran mañana miércoles 1 de diciembre en Guadalajara, en la que se han convocado dos mesas redondas, una de ellas dedicada a las instituciones en las que estará la Diputación provincial, las Cortes regionales, la asociación Mujeres en Gastronomía o el Instituto de Cultura Gastronómica, entre otros; y una segunda de emprendedores del mundo rural, con la asistencia de empresas como Finca Río Negro, Trufa Zero, Despelta, Salinas de San Juan o restaurantes como El Molino de Alcuneza.
La unidad como uno de los elementos importantes para construir marca y convertir a la zona en referente es uno de los objetivos de estas mesas. “Queremos exponer que realmente los emprendedores tienen que estar unidos entre ellos para generar una imagen de marca, para unirse en la comercialización, en el turismo gastronómico; pero también tiene que haber un apoyo tanto de la asociaciones como de las instituciones”, señala.
Considera que queda mucho por hacer pero que se están dando pasos en este sentido. “El paso principal es la colaboración, la colaboración no por sí misma sino con el fin de generar visibilidad. Tenemos un producto de calidad, pero falla toda la parte de comunicación y distribución; tenemos establecimientos, productores que en muchos casos no se conocen entre ellos y por lo tanto no pueden hacer ‘feed back’ entre ellos y tampoco los conoce la gente porque no usan las redes sociales, no tienen página web, es difícil comprar el producto, es difícil hacer las reservas porque no hay mucha información”, asegura.
En este sentido, considera que “generar una marca de garantía como ‘alimentos de Guadalajara’, que lo restaurantes y las tiendas tengan una etiqueta que dice ‘aquí tenemos alimentos de Guadalajara’, que se vaya a las ferias de forma conjunta como estrategia de venta, que la página web de Diputación de Guadalajara ofrezca rutas gastronómicas, o que las empresas de guías empiecen a vender experiencias es posicionar producto”, asegura y todo esto, que ya se está trabajando “es el camino”.
Se están haciendo cosas pero queda mucho por hacer. “Es verdad que ahora se ha dado un empuje muy grande en los últimos dos años para crear prescriptores, crear marca; nuestros cocineros están por media España en ferias, en proyectos comunes, a cuatro manos, yéndose de un sitio a otro, pero si nos comparamos con determinados sitios de Castilla y León, o del País Vasco, o zonas de Cataluña”, ni Guadalajara ni Castilla-La Mancha estás tan bien posicionadas como otras zonas de España; aunque cree que tenemos un punto a favor: “Tener Madrid cerca es una ventaja porque el turismo gastronómico muchas veces es turismo de un día”, asegura.
Variables que arraigan población
Aunque aún no se han extraído las conclusiones de este proyecto, Blanca García Henche señala que ya se están viendo dos o tres variables que hay que tener en cuenta a la hora de valorar la capacidad de los productos locales y la gastronomía para fijar población. Así, “cuando hablamos de productos agropecuarios que tiene que ver con la ganadería, esto general un arraigo importante porque en esos casos es necesario que la población viva en la zona porque hay que atender al ganado, más que en la agricultura como tal”, apunta. En este sentido, “se está viendo que en Guadalajara hay más empresas que están trabajando temas cárnicos, embutidos, quesos, que generan arraigo local porque se necesita que la población viva en la zona”.
Otra conclusión muy interesante, según afirma esta investigadora de Guadalajara, es que “muchos emprendedores son mujeres y estamos viendo con estos estudios pero cuando es el entorno femenino el que tiene el trabajo en el pueblo hay muchas posibilidades de que la familia se quede en el pueblo y que se arraigue ahí”. Así, por ejemplo, “en el Alto Tajo hay unas asociaciones de mujeres que está generando emprendimiento y eso hace que la familia se quede en el pueblo. Cuando es la madre la que tiene el trabajo, siempre que haya servicios cercanos, la familia suelde quedarse”, asegura.
Precisamente uno de los elementos importantes del proyecto será la extrapolación de las conclusiones a otros territorios de la comunidad autónoma como son varias zonas de Cuenca o de la sierra de Albacete que también cuentan con producciones agropecuarias de calidad y altos niveles de despoblación.