La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, ha defendido que las obras del Hospitalito del Rey para dar servicio a la salud mental en el Casco Histórico de Toledo, en las que, según ha dicho “se cumplen los plazos” y se pretende que esté listo antes de final de legislatura. “Las obras continúan a buen ritmo a pesar de las circunstancias actuales que afectan a empresas constructoras, pero cumpliremos con nuestro compromiso”, ha concluido.
Fernández también ha informado de que el Consejo de Gobierno ha aprobado un gasto de 3,8 millones de euros para aumentar en 90 plazas residenciales el total disponible en la comunidad autónoma para atender a pacientes con problemas de salud mental grave y que no puedan llevar una vida autónoma en su domicilio. Concretamente, se destinarán 698.000 euros para 24 plazas en Albacete; 20 más en Ciudad Real por 623.000 euros; y 46 para el área Mancha Centro, por 2,5 millones de euros. En todos los casos, para mantener estas plazas un total de 30 meses, a contar desde el día 1 de junio.
"Atender con dignidad a personas con problemas de salud mental"
Estas 90 plazas se suman a las casi 600 que ya tiene la región en todo tipo de servicios para “atender con dignidad a personas con problemas de salud mental que necesitan apoyo en su día a día”. Se cuenta además con dos residencias propias en Cuenca y Talavera de la Reina gestionadas por la Fundación Sociosanitaria para un total de 188 plazas residenciales.
“Tener un problema de salud mental no tiene que avergonzar a nadie pero no lo podemos minimizar. Debemos tener el presupuesto para dar condiciones de dignidad a los pacientes”, ha dicho. En el año de la pandemia de COVID-19 fueron 61.000 consultas de evaluación y diagnóstico y 421.000 seguimientos y técnicas terapeutas, tal y como ha recordado.
Cribado de cáncer de mama
Por otra parte, Blanca Fernández ha dado cuenta de otro gasto de dos millones de euros para financiar las pruebas de cribado de cáncer de mama en las provincias de Albacete y de Ciudad Real, dentro de un programa que “salva vidas”.
Según Fernández, el 81% de las mujeres convocadas a hacerse la mamografía, entre 45 y 70 años, están acudiendo a estas pruebas para las que se realizaron un total de 150.000 llamadas el pasado año con una participación de más de 121.000 mujeres. “Cuando antes se coge la enfermedad, mejor se puede tratar, y de manera menos tortuosa para las mujeres”, ha defendido Fernández.
Este programa permite detectar precozmente el cáncer de mama “en un estado menos avanzado”, lo que hace mejorar el diagnóstico y reducir el riesgo de la enfermedad.