Miguel, más conocido como Pulpo en el barrio, ha conseguido durante este curso reunir a casi medio centenar de niños en el taller infantil 'Fantasía', una iniciativa lúdica en la que los más jóvenes del barrio toledano de Palomarejos han disfrutado y aprendido trabajando el reciclaje a través de manualidades, tomando clases de presolfeo, de apoyo escolar o de baile, e incluso cuidando un huerto vecinal.
Además, madres y padres de los niños y vecinos del barrio han participado también de manera voluntaria en este taller no lucrativo que ha sido financiado con la prestación económica que recibe Miguel, que tiene leucemia. Para él, esta actividad que ha desarrollado desde el pasado mes de octubre en el centro cívico de Palomarejos suponía un aliciente en su día a día, según manifiesta a toledodiario.es
"Todo fue de maravilla", hasta que, asegura, comenzó a sufrir una situación "de acoso y amenazas" con el cierre de su proyecto por parte de la presidenta de la Asociación de Vecinos La Voz del Barrio, una entidad que dispone de permiso para utilizar el centro cívico donde se llevaban a cabo estas actividades.
Finalmente, la junta directiva de esta asociación ha decidido terminar con el convenio y "hacer todo lo posible" para que el taller no se desarrolle el próximo curso de forma externa a la asociación, un hecho que preocupa a Miguel "por los niños del barrio", de quienes lamenta que no dispongan ahora de una iniciativa como esta para desarrollar este tipo de actividades conjuntamente a las que también se han ido sumando los padres e incluso vecinos del barrio, cuidando incluso de manera comunitaria el huerto que han instalado.
Miguel afirma que no tiene estudios de magisterio ni formación para desarrollar esta especie de ludoteca que ha llevado a cabo durante este curso, pero lo compensa con la ilusión y el amor que los niños y sus familiares han demostrado concentrándose para apoyar a su Pulpo y exigir la continuidad de esta iniciativa. Una concentración en la que han dejado clara su postura contraria a la presidenta de la mencionada asociación, Ana Isabel Escolante, y a uno de los miembros de su junta directiva, Paco Arce.
"Ana dimisión, por un barrio digno y justo", "Paco a tu casa", "Pulpo, amigo, el barrio está contigo", o "Queremos el taller fantasía" fueron algunas de las proclamas con la que decenas de vecinos del barrio pidieron contar con este taller a la puertas del centro cívico, en la plaza de Alquisgran.
Cuatro aulas "vacías"
Miguel explica que al principio las razones por las que la presidente y la junta directiva no estaban de acuerdo con la realización del taller en el centro eran que estaban acudiendo niños y familiares que no pertenecían a la asociación de vecinos. Por ello, instaron a los padres de los jóvenes a inscribirse a La Voz del Barrio, consiguiendo ampliar de manera significativa el número de miembros de este colectivo.
"Era un taller abierto a quien viniera, podían ver como funcionaba y muchas madres pedían quedarse a hacer algo, echaban una mano. Ha habido días que he tenido 25 niños en la misma clase. Ha sido un éxito rotundo", manifiesta Miguel, que apunta que la presidenta le tiene "tirria" y "quizá piense que quiero quitarle el puesto", algo que "no tiene sentido", subraya.
"Me molesta y me jode mucho por los niños, este barrio necesita un taller así o similar para no ver otras cosas poco saludables con las que pueden encontrarse en el parque. Habiendo cuatro aulas vacías como hay, los niños no tienen necesidad de estar en la calle viendo esas cosas. Estamos todo el barrio en contra de que lo hayan cerrado", agrega el responsables del taller.
No obstante, Miguel apunta que ya ha creado su propia asociación, a la que ha bautizado con el mismo nombre del taller y por la que ya ha pedido permisos al Ayuntamiento para disponer de un local en el que seguir desarrollando estas actividades con las que los niños aprenden, entre otras cosas, a diferencias las plantas o a desarrollar nociones básicas de solfeo, entre otras cosas.
Ahora, con el taller cerrado, los niños siguen yendo al parque a ver a Pulpo, aunque "ya no es lo mismo", dice Miguel que, a pesar de todo, sigue formando parte de la Asociación de Vecinos La Voz del Barrio porque no se da por vencido, ni él ni los vecinos que le apoyan, en poder recuperar este espacio público en favor de los niños de Palomarejos.