La Policía Nacional ha registrado la pasada semana en Toledo cinco llamadas comunicando falsos secuestros virtuales. En ninguno de los casos de Toledo se llegó a efectuar el pago. Además los agentes han constatado que las últimas llamadas recibidas en la ciudad, pese a realizarse desde teléfonos ocultos, se han realizado desde Santiago de Chile.
La Delegación del Gobierno ha explicado que, en realidad no se trata de un secuestro real, sino de una modalidad de estafa telefónica, en la que se busca generar una situación de bloqueo y angustia en el interlocutor, haciéndole creer que un familiar cercano ha sido raptado y que será torturado si no paga de forma inmediata un rescate.
Los intentos de fraude realizados en la última semana en Toledo siguen el mismo patrón que los detectados hace más de un año, cuando la Policía Nacional localizó a los miembros de esta trama en Santiago de Chile, en una operación realizada en colaboración con las autoridades chilenas.
Los supuestos secuestradores realizan llamadas generalmente por la tarde, --entre las 16.00 y las 23.00 horas--, desde teléfonos ocultos o con el prefijo 0056 (Chile), e intentando desde el primer momento intimidar a la víctima para que, ante su situación de nerviosismo, les facilite más información sobre el supuesto familiar secuestrado y hacer incluso más creíble la situación.
El objetivo es que, ante frases como "mamá, estoy secuestrado" o "me quieren matar", la víctima no pueda colgar para comprobar la veracidad de los hechos y pague el rescate que oscila entre los 10.000 y 20.000 euros.
El 'modus operandi'
Su 'modus operandi' consiste en efectuar llamadas indiscriminadas, referiblemente a teléfonos fijos, de potenciales víctimas españolas y en el momento en que estas descuelgan les comunican que su hijo/a u otro familiar están secuestrados.
Los investigadores apuntan a que cuando una llamada les produce resultados positivos, los delincuentes continúan telefoneando a los números sucesivos. Esto explica que numerosas víctimas se concentren en los mismos barrios o localidades, en este caso en la ciudad de Toledo. En uno de los casos se dio el hecho de que la víctima no tenía hijos.
Para darle más credibilidad a la amenazas, los delincuentes, con marcado acento suramericano, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar la voz de los presuntos familiares secuestrados, imitaciones que duran apenas segundos para evitar que la víctimas, inmersas en un gran nerviosismo por las amenazas recibidas, descubran el engaño. También recurren a efectos sonoros que despierten terror en los interlocutores y les atenace.
En este nuevo repunte de llamadas, los delincuentes han intentado que se les realizara el pago mediante giros monetarios a través de locutorios. Ante estas situaciones los especialistas en secuestros y extorsiones de la Policía Nacional recomiendan a los ciudadanos que desconfíen de este tipo de llamadas y contacte de inmediato con la Policía Nacional --a través del 091 o en cualquier comisaría-- si recibe una de estas comunicaciones desde un número privado o desconocido.