El Gobierno de Castilla-La Mancha ha realizado un balance de la situación de la comunidad autónoma en cuanto a la pandemia de coronavirus y en relación a las últimas dos semanas, en la que ha pasado de 19 brotes de COVID-19 a 33 detectados hasta el día de hoy. Se trata de una incidencia acumulada que está por debajo de la media estatal, ha afirmado el director general de Salud Pública, Juan Camacho, quien también ha destacado que no hay transmisión comunitaria y la situación “está controlada”.
Concretamente, la incidencia acumulada en los últimos siete días en la región es de 26 casos por cada 100.000 habitantes, por debajo de la media nacional, y aunque son buenos datos, ha insistido en que ese contexto “nos obliga a renovar esfuerzos” en prevención precoz, vigilancia epidemiológica y control. Desde el 6 de julio al 6 de agosto se han realizado 58.000 pruebas PCR y TMA, es decir, 2.000 pruebas al día.
De los 33 brotes activos en Castilla-La Mancha, ocho son en la provincia de Albacete, diez en la de Ciudad Real, tres en la de Cuenca, dos en la de Guadalajara y diez en la de Toledo. En todos ellos se han declarado 321 casos positivos por estudios de contacto, la gran mayoría asintomáticos. Tan solo cinco han requerido hospitalización hasta hoy.
Un detalle que ha resaltado el director general de Salud Púbica es que más de 1.100 contactos permanecen actualmente en seguimiento, lo que significa “un control razonable sobre gestión de los brotes”. Igualmente, ha precisado que del total de brotes, 21 se han producido en el ámbito familiar entre convivientes cercanos, y en 25 de los casos son diez o menos contagiados por brote. Es decir, la mayoría “son de pequeño tamaño”.
Dicho esto, ha repasado algunos de los más importantes como el de Socuéllamos (Ciudad Real) o el de Corral de Almaguer (Toledo), donde ha habido importantes restricciones de actividad. Hoy se cumplen 13 días sin casos confirmados y Sanidad espera que a partir de mañana se consideren inactivos y pasen “a otro nivel de seguimiento y estudio”. También se ha referido al brote de Arroba de los Montes (Ciudad Real) donde actualmente hay 38 personas afectadas, ninguna de ellas hospitalizada.
En las últimas horas también se ha procedido al cese de la actividad en dos empresas hortofrutículas de las localidades de Manzanares y Membrilla, ambas en la provincia de Ciudad Real, al registrarse sendos brotes en el ámbito laboral. El director general de Salud Pública ha dicho que confía en el control de ambos “lo antes posible”.
Una situación "optimista" pero "sin relajar medidas"
Pese a los buenos datos, Camacho ha referido que “si algo nos ha enseñado esta pandemia es a ser enormemente humildes y huir de triunfalismos”. “Las circunstancias son múltiples, nos afectan y nos arrastran, pero habiendo sido unas de las comunidades autónomas más golpeadas, a día de hoy estamos en una situación optimista en proporción y comparación, siempre sin relajar medidas”.
Por eso ha resaltado la estrategia de detección precoz y vigilancia epidemiológica consensuada entre todas las autonomías y el Ministerio de Sanidad. Y también ha precisado que actualmente se lleva a cabo una nueva forma de diagnosticar: entre marzo y abril solo se hacían PCR a casos graves o de colectivos concretos como personas mayores o personal esencial, y ahora se realizan cualquier persona con síntomas. Por tanto, ha señalado que los datos de entonces no se pueden comparar con los de ahora, ya que la metodología es diferente.
En cuanto a la vigilancia del virus, el director general ha dicho que Castilla-La Mancha cuenta con un “verdadero ejército” de enfermeras (las denominadas 'rastreadoras'): 427 encargadas de esta misión que están siendo “absolutamente esenciales”. Unos 2.100 casos confirmados han sido vigilados por estas enfermeras y más de 7.000 contactos permanecen en seguimiento. Sobre el sistema de control, ha defendido los sistemas activos de geolocalización y gestión en tiempo real, junto con un cambio de modelo de información de residencias de mayores que se pondrá en marcha a partir de hoy.
“El sistema sanitario de Castilla-La Mancha reaccionó y se preparó para la primera ola de contagios, que vino con una virulencia enorme y con mucha información que no teníamos y que ahora sí tenemos. Se adaptó en su momento, hemos aprendido, y no hemos bajado ni bajaremos la guardia en ningún momento”, ha concluido.