La temprana y amplia ola de calor que durante diez días ha castigado el centro peninsular llevó a la Consejería de Educación a autorizar a los centros escolares de Castilla-La Mancha a que tomaran libremente las medidas oportunas para paliar las consecuencias de las altas temperaturas tanto en los alumnos como en el personal docente y no docente. Después de que varios alumnos fueran atendidos en las provincias de Guadalajara y Toledo, los equipos directivos de varios institutos y colegios decidieron aprobar una reducción del horario.
Este fue el caso del IES La Cañuela de la localidad toledana de Yuncos, en la comarca de La Sagra (una de las más castigadas por el calor) que decidió adelantar las clases a las 8.40 horas y finalizar el horario escolar a las 12.00, junto cuando las temperaturas empiezan a subir. No obstante, esta resolución del equipo directivo chocó con la Inspección educativa a principios de semana: esa medida no podía llevarse a cabo sin la autorización de todos los padres.
La sorpresa entre el personal docente ha sido mayúscula ya que este centro escolar se encuentra actualmente a su máxima capacidad y alberga a casi 800 alumnos. Consideran que pedir la autorización para todos ellos es un trámite que solo generará más “dificultades” en la gestión. Por eso, han decidido no aplicar la medida y seguir con su horario habitual, pese a que han sido ya varias las quejas de los alumnos por el calor.
Desde la dirección del centro alegan no obstante que esta petición expresa a los padres no aparece como tal en la circular enviada a los centros escolares la pasada semana. Concretamente, en este documento la Consejería estipula que en los casos en que sea necesario tomar medidas excepcionales, el alumnado “tendrá garantizada la realización de pruebas finales y de recuperación”, algo que ya se había programado como tal.
Situación a la inversa
Asimismo, explica la circular que en el caso de que los centros tomen medidas que “alteren el horario lectivo” las familias podrán solicitar al centro la no asistencia a clase, y si los alumnos se encuentran en el centro y los padres o familiares autorizados deciden recogerlos antes de la fiinaización de la jornada, “lo harán previa comunicación a la jefatura de estudios”. Es decir, esta posibilidad se contempla a la inversa, pero no ante la posibilidad de que sea el centro quien reduzca el horario.
El matiz lo explica el director provincial de Educación en Toledo, José Manuel Almeida. Según detalla, es “de sentido común” que los centros educativos deban pedir a los padres esa autorización, ya que muchos de ellos trabajan y no están en disponibilidad de recoger a sus hijos a una hora más temprana. Añade que ha habido otros casos en que la Inspección educativa lo ha solicitado de igual manera, sobre todo en centros de primaria y en institutos incluidos en rutas escolares. Al IES de Yuncos tan solo se trasladan por carretera desde Cedillo del Condado, pero aún así “todos los padres deben dar su autorización”.
Educación considera que en la circular esta instrucción queda clara, pero no aparece como tal expresamente, sino que se da libertad a los centros para esa “flexibilidad”. De cualquier forma, el director provincial argumenta que se trata de una medida coherente y que los inspectores así lo están trasladado en otros casos donde sí se ha aprobado un cambio de horario tras autorizarlo todos los padres. Aunque sean 800 alumnos, ha dicho, “es una gestión que puede hacerse de un día para otro”.
En el caso por ejemplo de la Comunidad de Madrid, la Consejería de Educación ha señalado que si los centros opten por reducir el horario, se garantizará la posibilidad de que aquellos alumnos cuyas familias lo deseen puedan permanecer en el centro hasta finalizar la jornada lectiva establecida para este momento del curso escolar.