Las desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito laboral en ocasiones pasan desapercibidas. Aunque las diferencias de sueldos entre sexos son anecdóticas, las trabajadoras siguen teniendo menos poder económico que sus compañeros varones. Así lo afirma la consejera de Igualdad en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández.
“Nos quedamos en la simpleza. Yo no hablaría de brecha salarial, que se puede producir puntualmente… el gran problema es la brecha laboral”, explica. Y es que, en nuestro país, el 95% de las bajas para la crianza son solicitadas por mujeres.
Esta simple, pero generalizada decisión, responde a cuestiones educativas en las que todavía los cuidados siguen ligados al sexo femenino y no al masculino. Mientras los más pequeños no aprenden a ser buenos padres las brechas salariales continúan cebándose con las mujeres. Ellas solicitan más bajas por maternidad, más excedencias o más jornadas partidas y, en consecuencia, cobran menos. “Las mujeres son las que interrumpen su carrera profesional para hacerse cargo” de sus hijos e hijas o de familiares.
Según Fernández, “este mayor nivel de interrupción en la vida laboral” se traduce en sueldos más bajos. “Cobramos de media un 25% menos que nuestros compañeros hombres y eso corre porque durante nuestra vida laboral hemos ascendido menos porque hemos interrumpido más nuestra carrera profesional”, explica la consejera. Es decir que, estas trabajadoras, tendrán pensiones más bajas que las de los hombres porque sobre ellos no se pone la carga de los cuidados. “Por ello las mujeres tenemos mayor nivel de precariedad”.
“Hablamos de cargas familiares porque no se comparten, porque no se reparten, cuando tendríamos que hablar de la cosa tan bonita que es poder dedicarte a la familia”, añade Fernández quien recuerda que nuestra sociedad todavía “piensa que la crianza es una labor de las mujeres y no una tarea y una obligación moral, política y social. Si no hay una sensibilización hacia la corresponsabilidad finalmente seremos siempre las mujeres quienes asumamos estas tareas”.
“El problema es complejo” y la solución pasa por una educación en igualdad
Ante esta brecha de género laboral, Fernández identifica “soluciones que ataquen muchos puntos de vista, no solo las leyes y la inspección de trabajo, si no esa corresponsabilidad que debe ser familiar y social”.
Según la consejera, nos encontramos ante un “problema complejo” que se agrava en las zonas rurales. “Lo tenemos más difícil en las comunidades autónomas donde hay mucho componente de ruralidad” y donde “el sector primario está muy masculinizado”. Factores que dificultan la igualdad de género real que el Ejecutivo regional pretende conseguir con el Estatuto de las Mujeres Rurales.
“No tiene ni siquiera un año y hay que darle recorrido” a sus políticas que, según Fernández, responden a un interés feminista de su Gobierno. “No es solamente una cuestión ideológica, es una cuestión de interés. Si las mujeres abandonan los pueblos, los pueblos no tienen futuro”.
Fernández busca que todas y cada una de las mujeres de los pueblos castellanomanchegos tengan la oportunidad de trabajar. “El gran hándicap es la falta de oportunidades laborales. Si hay oportunidad hay un problema de conciliación pero con oportunidad de trabajar. El gran problema es que si no tienes oportunidad de trabajar la brecha de género está clara: sin cotizar, sin salario y dependiendo de los ingresos de quien sea tu pareja”.
“El Estatuto de las Mujeres Rurales no es una varita mágica pero sí que es un instrumento muy potente para que el propio Gobierno no se olvide de que ha adquirido un compromiso con las mujeres que viven en el medio rural”, es decir, con “casi el 50% de las mujeres de Castilla-La Mancha”.
“Hay determinadas políticas que son compromiso de país”
Sin corresponsabilidad las mujeres de nuestra sociedad seguirán sufriendo una violencia económica que les afectará durante toda su vida. Con el problema identificado, instituciones como la que representa Fernández incluyen entre sus prioridades la implantación de soluciones. “La tarea de la conciliación es cara”, advierte la consejera quien considera que acabar con la injusta educación que sigue relegando a las mujeres al hogar debe ser tarea de todos. “Hacen falta leyes que se tomen en serio la racionalización de los horarios o la compatibilidad del trabajo con la vida” pero también hace falta “tomárselo en serio como país”.
La implicación de toda la sociedad pasa por políticas transversales con las que todas las Consejerías aplican la perspectiva de género. “Más allá” el equipo de Fernández ya prepara un “Plan de Corresponsabilidad” basado en tres líneas de actuación: “el servicio de apoyo a las familias para la conciliación, un programa de sensibilización hacia la corresponsabilidad e investigación”.
La consejera advierte: “hay determinadas políticas que son compromiso de país, que gobierne quien gobierne se tienen que llevar a cabo. No se puede dar un empujón en una legislatura y me olvido en la siguiente y digo que ese problema no existe como Rajoy, que decía que eso de la brecha laboral qué era.”