Mientras se escriben estas líneas, el hombre que mataba a su mujer el pasado domingo, 27 de diciembre, en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), es el último que ha cometido un asesinato machista en Castilla-La Mancha. La consejera de Igualdad, Blanca Fernández, se trasladaba al municipio para participar en el minuto de silencio y definía estos crímenes como “la otra pandemia para la que no tenemos cura”. En consonancia con la titular del Gobierno regional se vienen pronunciado activistas, colectivos feministas y demás sectores sociales desde que el coronavirus entrara en nuestras vidas.
Sin embargo, son muchas las investigaciones e instituciones que señalan la educación en igualdad como la única herramienta eficaz para frenar un tipo de violencia que se ejerce porque se aprende. “No podemos establecer una causa efecto pero lo que está claro es que la educación es prevención de todas las violencias y desde luego de la violencia machista”, afirma la investigadora Soledad Andrés Gómez.
Y es que la igualdad de género conseguida sobre el papel, en leyes y en términos teóricos, sigue sin trasladarse a la práctica. Así lo reflejan las cifras: en 2020, 44 hombres asesinaron a sus parejas o exparejas, 1.077 desde 2003, según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.
El asesinato se convierte en el punto más visible de la violencia de género, tal y como explicaba en una entrevista con eldiario.es la propia consejera. “Ellos se encargan de dinamitarlas psicológicamente primero para luego machacarlas físicamente”.
Más de 3 mil hombres tienen seguimiento policial por ejercer violencia de género
La Secretaria regional de Mujeres e Igualdad del sindicato Comisiones Obreras, Rosario Martínez, recuerda que en Castilla-La Mancha hay 3.534 casos activos de violencia de género con seguimiento policial: “uno de ellos considerado de riesgo extremo, y 22 calificados de alto riesgo”.
Según marca la legislación española, una vez comenzado el proceso judicial, los casos de violencia de género se clasifican según el riesgo para la vida de la víctima. En las situaciones de riesgo extremo, la víctima cuenta con protección policial permanente mientras que se realiza “un control intensivo de los movimientos del agresor”. Por su parte, las más de 20 mujeres en situación de “alto riesgo” cuentan con el respaldo de las autoridades y, además, de servicios públicos de protección como los centros de acogida.
Castilla-La Mancha cuenta con una red de acogida en todas las provincias. “Ojalá estos recursos no existieran, que las mujeres no tuvieran que salir huyendo de sus casas. Pero mientras haya violencia, estos recursos son tangibles y necesarios”, explicaba en declaraciones a este diario Mari Cruz García García-Cid, trabajadora social y coordinadora del Centro Integral de Guadalajara para mujeres víctimas de violencia género y sus hijos e hijas. “No están solas, que salgan, que vamos a estar a su lado”.
2020 y el confinamiento: más allá del miedo al virus
"Consideramos que ha habido un aumento en la violencia de género", afirmaba Pilar Callado, directora del Instituto de la Mujer regional el pasado mes de junio, tras explicar cómo crecieron las llamadas que se hicieron a los números nacionales y regionales de ayuda a las víctimas durante el confinamiento.
En Castilla-La Mancha, las llamadas por violencia de género crecieron en un 30% durante el estado de alarma y en comparación con 2019. Un repunte que llegó a ser de un 60% en el mes de abril. Las consultas y peticiones de ayuda aumentaron en todo el país: entre el 14 de marzo y el 15 de mayo se produjeron en España 18.700 peticiones a los servicios de asistencia, un 61'56% más que en el mismo periodo de 2019.
"Las víctimas de violencia de género además de estar aisladas, estaban encerradas con su maltratador. Muchas de las llamadas demandaban apoyo emocional al tener que convivir así con su agresor”. Por su parte, asociaciones como la toledana ‘María de Padilla’ relatan su propia experiencia con las víctimas. “Hacia la mitad del confinamiento empezamos a tener más llamadas con casos terribles”, comentaba su presidenta, Macarena Alonso.
Durante el estado de alarma todos los servicios públicos para proteger a las víctimas mantuvieron su actividad e incrementaron sus prestaciones con iniciativas como ‘Mascarilla 19’, para solicitar ayuda en las farmacias, la aplicación ‘Alertcops’ o los servicios de mensajería instantánea.
“Los derechos de las mujeres nunca deben darse por consolidados, debemos estar siempre vigilantes”
Desde las propias instituciones públicas son conscientes del largo camino que queda por recorrer para conseguir una sociedad igualitaria, es decir, en la que no se ejerza ningún tipo de violencia de género. Tal y como afirmó la consejera de Igualdad, “después de cualquier crisis, quienes más sufren son las mujeres". La provocada por la pandemia de coronavirus todavía no ha acabado y ya podemos ver sus consecuencias.
En el ámbito laboral, la nueva normalidad no mejoró el acceso al empleo de las mujeres en Castilla-La Mancha. Según la Encuesta de Población Activa EPA, el desempleo femenino en la región durante el verano de 2020 fue del 23,25% mientras que el de los hombres era del 14,58%. El 2020 tampoco mejoró la brecha género en las pensiones que rozaba el 40%.
Las Navidades dejaron ver otro tipo de violencia que sigue vigente: la hipersexualización de las niñas y las desigualdades de género de juguetes y publicidad. Tal y comentaba la investigadora Andrés, la educación llega a ser tan importante que el Gobierno regional lanzaba una campaña para evitar regalar sexismo. Sin embargo, la Administración pública también es fuente de machismos y, por suerte, es consciente y también intentó poner solución durante el año pasado. La Junta lanzaba 'Consejerías + libres de machismos cotidianos', una iniciativa para combatir “el machismo de pasillo” y abordar los problemas de desigualdad entre el personal de las consejerías.
Y es que, independientemente de los logros conseguidos “todavía queda mucho por hacer”, tal y como también coinciden en afirmar investigadoras, activistas, portavoces institucionales y demás personas relacionadas con la igualdad y el feminismo. Ya lo advertía a comienzos de 2020 Natalia Simón, la primera mujer decana del Colegio de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha. “Los derechos de las mujeres nunca deben darse por consolidados, debemos estar siempre vigilantes”.
Desde todos los rincones de la región se realizaron durante el año pasado acciones para fomentar la igualdad de género y prevenir las violencias machistas. Bibliotecas, asociaciones, ayuntamientos, consejerías y concejalías, organizaciones o medios de comunicación, organizaron iniciativas para fortalecer el feminismo.
El movimiento feminista se mantuvo vivo durante 2020 siguiendo una estela morada que comenzó un 8 de marzo de 2018 y que todo apunta a que continuará este 2021.