Más de cuatro siglos después de que el Corpus Christi se institucionalizara en Lagartera, el municipio toledano se prepara de nuevo, tras el parón por la pandemia, para celebrar una de las procesiones más bellas y singulares en esta festividad. Fue el 21 de febrero de 1.589 cuando Sixto V otorga cartas apostólicas para la fundación de la Cofradía del Santísimo Sacramento de Lagartera y el 21 de junio de ese año tuvo lugar la primera procesión.
En esta Fiesta de Interés Turístico Regional desde el año 2007 y Bien de Interés Cultural, Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2017, son protagonistas las labores y bordados de Lagartera, una de las artesanías más únicas y vistosas de Castilla-La Mancha. Los altares y los trajes regionales de lagarteranos y lagarteranas muestran los colores, formas y dibujos a través de tejidos centenarios.
"Lo más interesante para los visitantes es la visita guiada que se hace a los altares, a partir de las 9.30 horas -del jueves 16 de junio-. Hay varios guías que llevan a grupos de 15 personas para visitar la colección -alrededor de 40-", explica a este medio la concejal de Cultura y Artesanía, Charo López, tras la presentación que realizaron del Corpus en la Oficina de promoción turística de Castilla-La Mancha en Madrid, situada en la Gran Vía.
Después, a las 12.00 horas, da comienzo la misa y posteriormente se hace la procesión, en la que la Custodia de Lagartera sigue el mismo recorrido desde el siglo XIII, desde la Iglesia del Salvador por la Corredera de los Toros, calle de Alonso Herrero, Real, Curato y Plaza del Comercio y de la Iglesia, regresando al templo.
Durante el recorrido, la Custodia se para delante de cada altar para bendecirlo. La mayoría están ubicados en la puerta de las casas, pero también se están instalando en la confluencia de varias calles, donde algunos grupos de vecinos y vecinas se juntan para realizarlo. "El pueblo se transforma. Se forma una arquitectura diferente y se crea un espacio muy bonito", recalca le edil.
Joyas textiles y un ambiente diferente
Todo el recorrido cuenta con adornos, las plazas y calles de la localidad se tapiza de hierbas aromáticas como mistranzo, romero, hinojo, hierbabuena y albahaca. Y en el terreno artístico se produce un verdadero despliegue de joyas textiles: colchas de malla, bordadas, deshiladas, delanteras, frontales... salen de las arcas para ver la luz sólo en este momento, pues, una vez finalizada la procesión, vuelven a su lugar de origen.
El traje de lagarterana ha sido siempre un medio de identificación social y ha perdurado hasta nuestros días. Se exhibe de forma especial en la procesión del Corpus Christi.
Los altares, explica la concejala, se conforman de la misma manera, con las mismas piezas, "pero ninguno es igual". Han sido labrados por lagarteranas y entre sus piezas cuentan con el frontal o las colgaduras laterales en las que hay escenas de La Pasión, así como imágenes bordadas en colchas centenarias que transforman las fachadas y narran los Evangelios en las calles de Lagartera.
Todos disponen de una mesa central en la que, vestida ritualmente, sirve de trono a la talla del Niño Jesús. En la presentación que hicieron en Madrid llevaron una del siglo XVI. Generalmente, describe la concejala de Cultura, son figuras barrocas e incluso la mayoría la exponen con la vestimenta lagarterana.
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