“La cultura es segura” es la frase que más repiten todos los trabajadores y trabajadoras que se dedican a las artes escénicas en España cuando defienden la apertura de este sector en el escenario de la actual pandemia de COVID-19. En Castilla-La Mancha, donde la Red de Teatros ha sido siempre parte de la vertebración territorial de la región, estas salas ya pueden reabrir tras un mes de restricciones máximas y con un aforo que por ahora no puede sobrepasar la tercera parte de su capacidad. Lo han hecho después de otros sectores no esenciales como la hostelería, pero con una desventaja esencial: la mayoría dependen de los presupuestos públicos para salir adelante, es decir, de la programación que realicen los ayuntamientos en sus salas. En las grandes capitales “se está aguantando el tirón” pero en los municipios más pequeños, cientos y cientos en la región, no ha sido así.
Aníbal Laespada es presidente de Aunarte, asociación de reciente creación que agrupa un total de 26 compañías de artes escénicas de las cinco provincias castellanomanchegas. “Triste” y “desesperante” es como resume la situación del colectivo. Desde marzo el porcentaje de trabajo ha descendido más de un 80%. “Muchas compañías ya han cerrado, mucha gente se ha quedado sin trabajo y también hay multitud de empleos indirectos que han quedado fuera. Son puestos de trabajo ya irrecuperables”, detalla.
El problema ha sido principalmente que las programaciones de espectáculos y representaciones se han visto canceladas o aplazadas continuamente. Todo el trabajo previsto para la primavera de 2020 se aplazó al otoño, pero tampoco en el último trimestre del año fue posible llevarlo a cabo en su totalidad. Muchos ayuntamientos se negaron, por restricciones municipales los que las tenían o simplemente porque la segunda ola de coronavirus les llegó de lleno y “no quisieron”. El año se salvó para varias compañías teatrales por la iniciativa de algunos grandes ayuntamientos de programar en verano, pero “no ha sido suficiente”.
“Todo esto nos deja en un estado permanente de incertidumbre y vértigo porque al final tememos que 2021 sea finalmente otro año en blanco. Al final, siempre se considera que la cultura no es lo más importante y quedamos en un segundo plano, cuando eso no es así y la gente demanda teatro”. Por ello, cuando la hostelería reabrió pero no lo hicieron ni teatros ni cines, Aunarte, junto con ESCENOCAM y la Asociación de Profesionales de la Gestión Cultural (ARTEC), remitió un documento conjunto al Gobierno castellanomanchego donde solicitaron que se tuviera en cuenta la situación del sector en la desescalada. “No vamos a negar la necesidad de ayudas directas, pero lo que queremos es trabajar, queremos que se abran los espacios públicos y se recupere la normalidad”.
Recuerda este colectivo que el pasado verano, en una reunión con el presidente regional, Emiliano García-Page, y con la viceconsejera de Cultura, Ana Muñoz, les trasladaron que todo el dinero público “se quedaría en la región” y que se iban a gastar todos los presupuestos. Ese mismo encuentro se repitió a principios de año y “nos encontramos con un problema de burocracia”: “La Consejería de Cultura había hecho su programa de la campaña de otoño destinando ayudas para que los ayuntamientos programaran espectáculos. Pero en el momento en que un ayuntamiento cancelaba la programación o no gastaba ese dinero, ese presupuesto no vuelve a la Junta. Simplemente no se gasta”.
“No podemos decir que es cuestión de la Junta, sino de los convenios con los ayuntamientos que han desperdiciado un dinero que se tenía que destinar a ello. Si el presupuesto no se gasta en el año, no desaparece, pero si no se ha utilizado en cultura, no se puede acoplar en otro lado, y el presupuesto de un nuevo año se realiza en función del anterior, así que en 2021 puede pasar lo mismo. Sabemos que puede haberse hecho por prevención o por miedo, pero quizás ahora ya no es el caso”, explica el presidente de Aunarte.
Teatro "solo en las grandes ciudades"
Ahora, el sector va “al día y con lo que podemos”. La reapertura permite que se pueda programar lo cancelado desde hace un año, pero “solo se está haciendo en las grandes ciudades”. El resumen es que al final, este sector hará en un año y medio “lo que antes se hacía en medio año”. Y un problema de fondo, insiste Aníbal Laespada, es que hay presupuestos municipales, partidas finalistas, que no se han gastado.
De momento, las asociaciones de artes escénicas han entrado a formar parte, con un representante cada una, de las asambleas de la Red de Teatros de Castilla-La Mancha, donde hasta ahora solo participaba la Administración y los gestores culturales. “Aunarte nace con intención de diálogo. No queremos conseguir nada con ruido ni pataletas, pero sí tenemos la intención de trabajar y de pelear por nuestro sector, porque somos necesarios”.
“Defendemos las medidas anti-COVID, son necesarias, pero también defendemos que la cultura es segura y está muy controlada. Tenemos años de experiencia con la venta online, por lo que el seguimiento de contagios puede ser muy amplio; el público está con mascarilla todo el rato y mirando hacia una misma dirección”, argumentan al respecto y también para animar a los pueblos a apostar por las artes escénicas. Unen a ello el hecho de que puede ser un buen momento para ampliar la programación de teatro en la calle y, en general, para poner en marcha “un proyecto a largo plazo de lo que quiere ser la cultura en esta región”.
Precisamente, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha anunciado que va a ampliar los plazos para que los ayuntamientos que forman parte de la Red de Artes Escénicas de Castilla-La Mancha puedan reprogramar las actuaciones teatrales o musicales contempladas dentro de esta red y que no han podido celebrarse en los últimos meses por motivo de la pandemia. Así se lo ha transmitido la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, a los asistentes a la Asamblea de la Red de Artes Escénicas, en la que también ha participado la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz, así como gestores culturales de 57 consistorios de la región y, efectivamente y por primera vez, miembros de las asociaciones ESCENOCAM y Aunarte, que engloban a las compañías y empresas profesionales más importantes de la región.