A lo largo de la historia el ser humano ha fabricado objetos y herramientas destinados a atacar o defenderse de sus enemigos en combates, enfrentamientos o guerras. Instrumentos que, en definitiva, tenían como objetivo herir gravemente o matar a otro ser humano, como es el caso de las espadas.
En el caso de este arma, la artesanía y la tecnología se han unido durante siglos para perfeccionar su utilidad, eficacia y la calidad de los materiales con los que se construye. La espada, además de su provecho como arma, han servido también para identificar el estatus de una persona en la sociedad. "En excálibur -la legendaria espada del rey Arturo- la espada simboliza el reino. Si tienes la espada eres el rey".
Así lo afirma Marc Gener, arqueometalurgo e investigador en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se especializó en en la tecnología del hierro y en su aplicación al armamento a través del estudio de armas y la utilidad que tuvieron en cada época.
"Lo importante de estudiar un objeto no es tanto entender cómo está hecho sino por qué está hecho de la forma en que está hecho. Es lo que nos enlaza con las personas y el contexto histórico. Un objeto se convierte en un vehículo para el conocimiento y, en el caso de un arma, necesitas saber cómo se utiliza", apunta Gener en una charla con toledodiario.es antes de participar en una de las conferencias que se han llevado a cabo en Toledo esta semana con motivo del festival Pint of Science.
Gener, especializado también en Esgrima Antigua, explica que las espadas de Toledo, ciudad reconocida internacionalmente por su damasquinado y la elaboración de este arma, eran "tan famosas durante los siglos XVII y XVIII que "se imitaban muchísimo", igual que puede suceder en la actualidad con "un bolso de Prada".
"Comprarlo -un bolso de Prada- a 80 euros es complicado, cuando valen 2.000", dice el arqueometalurgo en comparación con "el estatus" que la persona que adquiere este objeto considera obtener en la sociedad. Esto, dice Gener, "habla de la importancia de las espadas de Toledo", que eran "las más apreciadas" y con las que se podía "atravesar una puerta gruesa de madera" o incluso se decía que podían "doblarse cogiendo la punta y llevándola hasta el pomo y luego soltarla y recuperar su forma".
No obstante, aunque el experto remarca "la ciencia y la historia dicen que las espadas de Toledo eran las más apreciada", se desconoce por qué los artesanos de la capital regional consiguieron la calidad de las mismas, un asunto que desea poder investigar con espadas que "de verdad" se sepa que fueron elaboradas en la ciudad imperial.
En este sentido, Gener, licenciado en Física y doctor en Química por la Universidad de Barcelona, detalla que existen piezas del siglo XVIII firmadas por uno de los artesanos más reconocidos en esta labor, Tomás de Ayala, cuando se sabe que él había fallecido a finales del siglo XVI y su hijo -Luis de Ayala, que siguió firmando con el nombre de su padre las espadas- también se sabía en 1609 que había muerto porque en ese año su madre "deja dinero en su testamento para que se digan misas para el alma de ambos".
Fijación de precios para que los artesanos no se aprovecharan
Otra de las curiosidades que Gener contó después en esta conferencia, bajo el título de 'No me envaines sin honor. Armas y estatus una larga relación’, es que, en el siglo XVII, la Corona dictaminaba los precios que podían alcanzar las espadas con la intención de que, "en tiempos de guerra", los artesanos no pudieran "aprovecharse de ello y disparar los precios".
Sobre la información histórica a la que se llega con al análisis de este tipo armamento antiguo, Gener argumenta que puede llegar a entenderse también las relaciones comerciales que se daban en la época o cómo funcionaba la economía de la sociedad. En definitiva, se trata de "un elemento social" y "material" con el que se lleva a cabo un estudio del ser humano en su contexto histórico.
La espada, recalca el experto, es "un objeto de ingeniería" y es "el primer instrumento que no se deriva de una herramienta de caza o cotidiana, sino que está diseñada única y exclusivamente para esto, para enfrentarnos a otro ser humano".
"La espada fue como un complemento, como un reloj a día de hoy o el bolso… es parte del complemento que llevamos", señala el arqueometalurgo, detalló algunos procesos de elaboración en los que el acero, el hierro y el carbono se combinan para crear este tipo de arma.
¿Cómo se estudia una espada?
Respecto al proceso de los estudios que ha llevado a cabo de las espadas, Gener pone como ejemplo la cesión que hace un museo de las mismas para llevarlas a un laboratorio en el que, a través de distintas técnicas de reconocimiento, examinan los materiales de los que está compuesta y sus cualidades.
"Con el análisis elemental de hierro y acero obtenemos relativamente poca información, por lo que necesitamos saber la microestructura del material, que es lo que le da sus propiedades mecánicas y el motivo por el cual se eligen unos determinados metales en lugar de otros", subraya.
Cuestionado sobre qué arma elegiría para enfrentarse a otra persona, Gener aclara que depende del tipo de amenaza a la que tuviera que enfrentarse. "Para competir en un duelo, depende si es a muerte o a primera sangre... cada objeto es óptimo para una cosa".
Así, pone como ejemplo que en el siglo XIX los duelos con arma blanca se solían hacer con espadas de duelo (con una hoja muy larga, sin filo y con una punta extremadamente afilada) o con sable de duelo (hoja mucho más estrecha que los sables militares y con la punta redondeada y afilada). "Si pretendías salvar el honor y arriesgarte lo mínimo utilizabas un sable, porque es más intuitivo y, sobre todo, es más fácil hacer sangrar en un combate con sable".
Gener ha tenido que lidiar con su dedicación para poder disfrutar de películas o series de televisión en los que aparecen este tipo de armamento y no analizar constantemente la adecuación del tipo de arma que aparezca según el contexto que se narre.
"Tuve que pasar por un proceso para disfrutar de este tipo de cosas. El lenguaje cinematográfico tiene sus propios códigos. Una serie o una película no tienen el objetivo de ser realista sino de contar una historia. Qué más da si es realista o no lo es, si cumple su función... cuando aprendí a ver películas desde este punto de vista volví a disfrutar del género", sostiene este experto que tiene como "sueño llevar a cabo un proyecto que cuente porqué las espadas de Toledo eran realmente tan apreciadas" y revele "su secreto tecnológico si existe".