Un año de "sentimientos encontrados", es como define Helena Galán, técnica en enfermería de Toledo, el pasado 2020. "Una mezcla de sentimientos que nunca pensé que se daría en tan poco tiempo. Nos ha servido para demostrar la capacidad de aguante y recuperación que podemos tener, me ha servido para demostrarme el lado humano que todas tenemos y cómo es posible que una sola mirada sea capaz de transmitir tanto", recalca. Recuerda el sacrificio que ha supuesto no poder vivir con su madre, "siempre te llevaré a mi lado y te echo mucho de menos".
Galán se reincorporó a su trabajo dentro del SESCAM tras haber sido concejala en el Ayuntamiento, "enlazando contratos en distintos servicios". Pero desde marzo, la "característica común", ha sido trabajar con pacientes COVID y recuerda que en los primeros casos "nadie pensó lo que realmente ocurría". "Nadie imaginó lo que se nos venía encima, nadie podía pensar que se convertiría en un campo de batalla, donde faltaban medios personales y materiales, pero donde se fraguaron relaciones intensas de amistad". Durante la primera ola, recuerda, era lo único que tenía en su mente, la preocupación, que lograba paliar con vídeollamadas o WhatsApp.
"En esa época no faltaron palabras de ánimo, muestras de preocupación por mi estado de salud y emocional de aquellas personas que se han relacionado conmigo y que sabía que las tenía ahí, no faltaron las llamadas para oír mi voz y quedarse tranquilos, no faltaron los momentos necesarios para llorar entre amigas, porque la situación emocional era tan tan dura que era más que necesario sacar fuera lo que sufría por dentro". Momentos de "rabia, dolor e impotencia", recuerda, cuando veían morir a un paciente tras veinte días luchando. "Se despedían sin poder hacer nada, en silencio y solos", lamenta. Además, asegura que "nos colocaron capas que no pedimos, nos pusieron de héroes, pero se olvideron que tenemos sentimientos y con la capa sola no podíamos".
También hubo momentos de alegría, "cuando veías que los pacientes salían de las UVI con lágrimas en los ojos, con "un gracias" dirigidas a quienes habíamos sido "su única familia, su única mano que apretar cuando el dolor se apoderaba de ellos". También recuerda que faltaron material y medios personales, e incluso tres meses después del primer caso que seguían "sin rumbo y sin escuchar a los protagonistas" de la situación. Durante la desescalada, lamenta que se culpabilizó a los jóvenes, y se seguía sin "encontrar el verdadero mensaje, que nos hacía entender que la nueva normalidad no tenía nada que ver con lo prometido". "Aún no hemos entendido que mientras no haya salud no habrá economía y que no saldremos de esta mientras en la provincia de Toledo tengamos decenas de muertes diarias por COVID-19". "Mascarilla, distancia de seguridad 1,5 m, lavado de manos y evitar reuniones de muchas personas. Vacunarse y responsabilidad", pide, con un "feliz 2021".
Francisco Javier Gómez, portavoz de la Policía Nacional: "También salíamos con miedo, nos sentíamos vulnerables"
Francisco Javier Gómez, portavoz de la Policía Nacional, recuerda que la pandemia también puso a prueba a todo el cuerpo. "Teníamos que intentar velar por el cumplimento de las medidas que limitaban la libertad de movimiento pero que garantizaban la seguridad de los ciudadanos, y también de los establecimientos", recuerda. Estos fueron los dos ámbitos en los que trabajó el cuerpo, para garantizar el cumplimiento de las medidas de prevención establecidas por las autoridades sanitarias, un "reto" para el cuerpo de la Policía, una "prueba de fuego" que les obligó a sacar su lado "más humano".
"Hemos realizado numerosos servicios humanitarios, como ayudar a la compra de medicamentos, alimentos o para todos los ciudadanos que necesitaban un servicio y llamaron en su momento al 091 para ver cómo podían solucionar sus problemas. Hemos estado al servicio de los ciudadanos, velando por la salud y la necesidad", señala. En este sentido, asegura que como institución han "dado buena respuesta, en general, y han respondido a pesar de las cifras que se manejan de las infracciones".
Y también ha sido la ciudadanía la que ha colaborado con las medidas impuestas por la autoridad sanitaria. "Los incumplimientos son casos aislados, nosotros estamos muy satisfechos y también con nuestra respuesta, porque hemos puesto nuestro granito de arena en una labor en la que había muchos agentes implicados", señala. También quieren recordar que los agentes de la Policía "también salíamos con miedo". "También nos sentíamos vulnerables porque podíamos ser víctimas del virus. Hemos tenido compañeros contagiados, con problemas graves y el miedo ha estado ahí, por supuesto".
Miren Rojo, especialista en estética oncológica: "He vivido su miedo al contagio pero también la tranquilidad que les dabas al sentirse seguros en tu negocio"
Por su parte, Miren Rojo, es especialista en estética oncológica y regente un comercio local en el barrio toledano de Santa Bárbara -Nura Estudio-. Además, es la presidenta de la Asociación de Comerciantes de este barrio. Como todos, ha vivido este 2020 "con incertidumbre ya que era algo totalmente nuevo que no sabíamos cómo nos iba a afectar tanto a nivel empresarial como personal". "Finalmente en mi caso he salido fortalecida y con nuevas ideas tanto para mi negocio como para los negocios de la asociación de comerciantes", explica.
También ha sentido un agradecimiento especial de su clientela durante estos meses: "En mi caso concreto, lo he sentido mucho. Al trabajar con pacientes oncológicos he vivido su miedo al contagio pero también la tranquilidad que les dabas al sentirse seguros en tu negocio y mejorando su apariencia física en uno de los momentos más duros de su vida ya que durante la pandemia ha habido muchos diagnósticos de cáncer y han tenido que lidiar tanto con la pandemia como con una enfermedad que te debilita a nivel inmunológico".
Y sobre sus deseos para 2021, Rojo espera que las asociaciones de comerciantes, Fedeto, el Ayuntamiento de Toledo o la Diputación trabajen "juntos para enfrentarse a la pandemia y al caos económico que ha generado". "Lo de siempre ya no vale y hay que comenzar a trabajar desde cero siendo creativos y sostenibles, el dinero no es la solución a todo lo que está sucediendo", agrega la presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santa Bárbara, a la que están adheridos decenas de establecimientos que nos han permitido en estos difíciles meses contar con servicios esenciales.
Rut Navarro, peluquera y propietaria de The Room: "El tiempo se nos arrebató"
Rut Navarro Martínez abrió las puertas de su salón The Room en 2013. Desde 2014 imparte además formaciones por todo el mundo de la mano de una conocida firma cosmética española. Para Rut, 2020 se presentaba "apoteósico, un año plagado de eventos, trabajo en salón y formaciones por todo el mundo, y en marzo ese sueño se acabó. El sector servicios donde nos encontramos los peluqueros ha sufrido mucho, las pérdidas son irrecuperables ya que nuestro mayor aliado es el tiempo, y el tiempo se nos arrebató".
Para ella, la vuelta al trabajo en el mes de mayo fue muy buena: "con nuestras restricciones hicimos lo que buenamente se pudo, pero aguantamos, y es que nuestro sector es genial. Por mi parte, en mi salón The Room las medidas de higiene son muy altas y no hemos tenido ningún problema ni con clientes ni con el personal, y eso es algo de lo que me siento orgullosa".
Este 2021 asegura que "se presenta tímido, sin planes a largo plazo, pero con ilusión. Los eventos, como las bodas, seguirán siendo pocos pero estando al pie del cañón y con el equipo que tengo de profesionales bien formados seguiremos dando guerra y haciendo que los clientes se sientan seguros y por supuesto más bellos que nunca", concluye.
Este artículo se escribió con la colaboración de Alicia Avilés, Carmen Bachiller, Bárbara D. Alarcón, Fidel Manjavacas, Pilar Virtudes, Diana Calzado y Francisca Bravo.